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DECADENCIA DE OCCIDENTE

miércoles, 24 de marzo de 2010

A Carlos, el del laberinto

Voy a intentar aclarar, sucintamente, por qué Carlos Díez, en su excelente post de ayer, tiene y no tiene razón. Dice que no ve por qué debe ser culpable el euro.
Yo lo que digo es que el euro ha fracasado en sus buenas e ingenuas (o cínicas) pretensiones, como unos pocos previmos hace ya 15 años. Por ejemplo, me honro en esto de haber conocido a RECARTE en esa batalla perdida de antemano, por desgracia. 
El euro ha fracasado porque el Informe Emerson (El Libro Blanco sobre el Euro) venía a decir que si entonces no éramos una zona monetaria óptima, en poco tieempo lo seríamos, porque el euro nos haría más virtuosos: nos obligaría a converger en productividad y flexibilidad salarial, lo que haría innecesarias las devaluaciones recurrentes que tanto odian los países "fuertes" (sólo hay uno: Alemania). Nunca me lo creí.
Es claro que el euro ha fracasado estrepitoramente. No nos ha hecho un poco mejores, es que somos mucho peores, endeudándonos hasta las cejas precisamente porque el euro lo favorecía.
Ahora hay que penar, y mucho, para que no se hunda. Es decir, nos ha hecho peores, y encima hay que sostenerlo como sea. No hay más remedio, pues su ruptura sería una ignota aventura nada agradable.
Pero, para sostenerlo, los países como España tienen que cambiar como decía el informe Emerson  que lo haríamos .
Ahora, piensen en nuestros políticos, que son los que deben liderar ese cambio, y díganme si es remotamente posible. NO.
Yo solo veo a un político que ha liderado la sociedad, como debe hacer todo político: ponerse delante, señalar el camino y tirar del carro: Aznar. Sin Aznar, probablemente NO hubieramos entrado en el euro. España presentó entre las mejores tarjetas de condiciones exigidas para entrar.
No quiero decir que no haya otro político; digo que no lo veo, como no veo tampoco su vuelta. Ni siquiera veo la sociedad eligiéndolo: cada vez que veo un debate, me asombro del espíritu mendicante que rezuma esta sociedad, que a mí me da vergüenza. Pero es así: no he visto, por ejemplo, a nadie criticar la Ley Obama, que es una aproximación a la mendicidad -y mendacidad- europea.
(Daría nombres, pero ¿para qué? mejor voy a señalar a alguien que lo criticó: una señora de gafas cuyo nombre no sé, en VEO7, pues ahora la pantalla esta llena de anuncios y mails y no ponen el nombre del que habla.)
Insisto: fíjense que este blog se llama: "Economía, Poder y Libertad"... no se pueden separar. Y, oh paradoja, muchas veces el poder no quiere la prosperidad, porque le hunde su tinglado clientelar, que rima con lanar. Zapatero es de esos: va a intentar ganar tirando de chequera. Y eso quiere decir que si les tiene que quitar a otros (los productivos) lo que reparte gratis, pues lo hará. Él cree que puede mantenerse así, en la cuerda floja del engaño, dos años. Y puede que sea verdad. Si pierde, no pasa nada: ¡menudo marronazo se come el que venga!

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