La reforma del mecado de trabajo está al caer. No sé hasta dónde llega, pero seguro que va a ser la más profunda que se ha hecho en España jamás. No es exgerado: nunca se ha pasado de reformar mínimamente la ley laboral franquista, salvo corregirla por un derecho de huelga de tipo marxistoide: chantajista. Vivimos, pues, en el peor de los dos mundos posibles. A eso se añade un sistema también franquista de legislación, pues se sacraliza lo que salga de las negociaciones entre las partes como ley. Ambas partes, además, están subvencionadas; supongo porque cuando se hizo, en tiempos de Suarez, se confiaba todavía en esos resabios del Régimen anterior, en el que se esperaba que tener en nómina a ambas partes les haría pastueños y no subirían mucho los salarios. El resultado es que estos representates de las partes no representan a nadie del mundo alboral/empresarial, al que imponen, sin eembargo, ssus dicterios.
De todas formas, está la opinión pública tan retrasada respecto a la verdadera libertad de contraatación, que, pese a que será la reforma más atrevida jamás vista, no llegará al nivel de homogeneidad con el peor país de Europa. En todo caso, saldrán ganando los parados, sobre todo los que no tienen subsidio. Ahora bien, si el salario medio resultante va a ser menor que la ayuda percibida en el paro, hummm, habrá que hacer algo. ¿Pondrá el gobierno la diferencia? ¿Pondrá también lo que falte o sobre en otros puntos de fricción? ¡Servirá de algo? Yo creo que la urgencia con laa que se hace impide que sea definitiva desde el punto de vista de asignación del factor taabajo al puesto más productivo. Productivo quiere decir que aporte beneficios a la empresa, y que esta le pague en conseucuencia.Si seguimos manteniendo un abanico salarial tan estrecho como el que tenemos, sin relación con la productividad del trabajador, sino con una idea de justicia marxistoide de que cuanto más igualados estemos, mejor. Cuanto más iguales, peor: la única forma de aumentar la productividad es permitir que los trabajos más productivos estén pagados acorde con su aportación.
Pero, además, aunque por milagro se consiguiera la recojoreforma, hay que decir que si la demanda interna y externa se contrae -como pasará seguramente- Puede que la reforma sea insuficiente para contentar a los que esperan milagros de ella. Una combinación de PIB a la baja, precios y salarios a la baja, esto sólo puede retrae más el crédito bancario, ya bastante precario. Veo casi inevitable un escenario contractivo, pues todos los países están recortando mucho, entre un 5% y un 15% sus gastos.
Un escenario contractivo no es bueno ni para los activos de la banca, ni para el consumo ni la inversión. Los efectos nominales a la baja se retroalimentan, como lo hacen al alza. ¿No sabemos que la inflación genera más inflación? Pues al revés también. Como la política fiscal se ha malgastado, y habrá que seguir recortando, la única compensación posible sería una política monetaria expansiva, que el BCE no va a hacer (a menos que Alemania se lo pida). A Trichet se le vio el otro día, en la rueda de prensa, reacio a decir la palabra "Deflación". Casi se le escapa, pero soltó un escupitajo antes que se le entendiera. Pero es que el BCE no es un banco al que le preocupen esos problemas...
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