"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 13 de enero de 2011

La sombra (II)

... Y, ya que estamos, sobre una Idea descabellada que nos aprisiona a todos, un excelente artículo de Krugman, sobre el euro en el  NYTimes.
Del que destaco, por destacar algo no relacionado estrictamente con los factores económicos, esto:

"And now you see why many American (and some British) economists have always been skeptical about the euro project. U.S.-based economists had long emphasized the importance of certain preconditions for currency union — most famously, Robert Mundell of Columbia stressed the importance of labor mobility, while Peter Kenen, my colleague at Princeton, emphasized the importance of fiscal integration. America, we know, has a currency union that works, and we know why it works: because it coincides with a nation — a nation with a big central government, a common language and a shared culture. Europe has none of these things, which from the beginning made the prospects of a single currency dubious.

Krugman, un europeista confeso, se decanta por una solución de mal menor: que el euro caiga sería un tiro de gracia a la Unión, una Idea que funcionó hasta el lanzamiento del euro. Pero salvar al euro pasa por un acto de generosidad de los ricos, que deberían aceptar que el modelo alemán no es viable en todas partes. 
La caída del euro tendría una onda expansiva mundial, como se vio en la crisis de mayo. 
Ese acto de generosidad podría -debería- concretarse en dos medidas: 
1) el proyecto del euro-bono, la idea que lanzó hace poco Junkers y rechazó de plano Merkel. Tiene sus razones, y de peso, para rechazarlo: supondría igualar el coste de financiación de todos, algo que a los alemanes les resultaría difícil entender. Sería como premiar a la ociosa cigarra y castigar a la laboriosa hormiga. 
Pero Krugman tiene razón: salvar al euro pasa por algo así. Claro que, si se igualan los costes de la deuda de los países tan diferentes, eso implica igualar los ingresos y gastos fiscales. Es decir, aumentar enormemente los impuesto en España, Irlanda,  Portugal, y los que tienen baja presión fiscal. No veo que sea una salida rápida imponer a un país como el nuestro una subida de impuestos para igualarnos a Alemania o Francia. 
Es un camino de igualación y continuación del proceso de unión muy largo. No sé si ventajosos al camino alemán, de austeridad y devolución íntegra de las deudas. 
2) Una quita, o reestructuración, parece inevitable. Los tipos de interés de Irlanda y de Grecia así lo indican: es algo descontado ya por el mercado, y cuando España entre en liza, su volumen lo hará irremediable. CUanto antes se acepte esto, más corto será el camino hacia la normalización.

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