El Banco Nacional Suizo ha decidido fijar el tipo de cambio de su franco al nivel de 1,20 francos/euro. El franco suizo está siendo comprado masivamente como refugio contra las incertidumbres europeas, y su demanda y apreciación consiguiente no gustaba a las autoridades suizas, pues es un factor contractivo sobre la economía interna y el saldo exterior. Algunos colegas como Marcus Nunes y David Glasner han alabado sin reservas la medida, aunque la mayoría la ha criticado.
Suiza desde 2007, está sufriendo una contracción monetaria por la enorme demanda de franco suizos, que son retirados de la circulación (la ley de Gresham predice que la moneda deseada se retendrá y la no deseada se soltará: la mala moneda desplaza a la buena. O, dicho de otro modo, los bancos que reciben euros querrán inmediatamente cambiarlos por francos suizos en el banco central).
En el gráfico se ven los efectos en la economía interna: Una inflación plana (línea azul) del 0% anual, un crecimiento del PIB nominal cercano a 3% rojo), y un paro en miles de personas muy alto (verde), aunque "alto" en Suiza es del 4% de la PA.
Limitar la revaluación de una moneda es una forma alternativa de expandir la oferta monetaria interna: El banco central se obliga a cambiar toda oferta de moneda extranjera en franco suizos al precio artificial fijado, y como la demanda de éste no va bajar todo franco suizo usado en la compra de la moneda extranjera entra en la circulación interna y externa. Aumenta, pues, la oferta de dinero, lo que aumentará la inflación y la producción, aumentarán las exportaciones y bajarán las importaciones. Por lo tanto, durante cierto tiempo, si se consigue mantener el nuevo precio, mejorará la economía suiza interna. Nótese que es una medida similar a que el banco central aumente la base monetaria; en ese caso el efecto residual ería una devaluación de la moneda. Suiza empieza por este extremo, porque es el frente de donde le vienen los problemas.
Cuando la expansión monetaria empiece a ser excesiva, y amenace con un aumento de la inflación, se volverá a liberar el precio del franco frente al euro.
Un efecto colateral de esta operación es que las reservas internacionales- las divisas compradas a cambio del franco suizo- aumentarán; como en China aumentan por su control del yuang. Luego eso exigirá una gestión de las reservas muy delicada.
Pero son situaciones distintas. Suiza quiere provocar los efectos internos de la fijación de su cambio, mientras que China no, pues tiende a estar sobre calentada y con exceso de inflación, pero limita los daños (inflación, exceso de demanda) gracias a la falta de democracia y de propiedad privada en su plena expresión. Por lo tanto, China sigue una política contradictoria, de divisa devaluada pero de oferta monetaria contractiva, lo que es imposible para un país integrado y libre.
Suiza puede justificar sobradamente la medida por su situación interna, reflejada en el gráfico, de deflación y paro creciente. Seguro que cuando se normalice, suavizará o quitará la medida.
Suiza desde 2007, está sufriendo una contracción monetaria por la enorme demanda de franco suizos, que son retirados de la circulación (la ley de Gresham predice que la moneda deseada se retendrá y la no deseada se soltará: la mala moneda desplaza a la buena. O, dicho de otro modo, los bancos que reciben euros querrán inmediatamente cambiarlos por francos suizos en el banco central).
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Suiza: PIBN (rojo) IPC (azul) parados, miles (verde) |
Limitar la revaluación de una moneda es una forma alternativa de expandir la oferta monetaria interna: El banco central se obliga a cambiar toda oferta de moneda extranjera en franco suizos al precio artificial fijado, y como la demanda de éste no va bajar todo franco suizo usado en la compra de la moneda extranjera entra en la circulación interna y externa. Aumenta, pues, la oferta de dinero, lo que aumentará la inflación y la producción, aumentarán las exportaciones y bajarán las importaciones. Por lo tanto, durante cierto tiempo, si se consigue mantener el nuevo precio, mejorará la economía suiza interna. Nótese que es una medida similar a que el banco central aumente la base monetaria; en ese caso el efecto residual ería una devaluación de la moneda. Suiza empieza por este extremo, porque es el frente de donde le vienen los problemas.
Cuando la expansión monetaria empiece a ser excesiva, y amenace con un aumento de la inflación, se volverá a liberar el precio del franco frente al euro.
Un efecto colateral de esta operación es que las reservas internacionales- las divisas compradas a cambio del franco suizo- aumentarán; como en China aumentan por su control del yuang. Luego eso exigirá una gestión de las reservas muy delicada.
Pero son situaciones distintas. Suiza quiere provocar los efectos internos de la fijación de su cambio, mientras que China no, pues tiende a estar sobre calentada y con exceso de inflación, pero limita los daños (inflación, exceso de demanda) gracias a la falta de democracia y de propiedad privada en su plena expresión. Por lo tanto, China sigue una política contradictoria, de divisa devaluada pero de oferta monetaria contractiva, lo que es imposible para un país integrado y libre.
Suiza puede justificar sobradamente la medida por su situación interna, reflejada en el gráfico, de deflación y paro creciente. Seguro que cuando se normalice, suavizará o quitará la medida.
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