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DECADENCIA DE OCCIDENTE

jueves, 20 de octubre de 2011

Devaluación fiscal: Efecto sustitución sin efecto renta

En el monitor del FMI pueden ver un estudio sistemático del "truqui" de cómo devaluar cuando el tipo de cambio no existe por el euro. Ya saben, es el juguete con el que Juan Iranzo & Recarte & AL pretende arreglar las cosas de España. Otro camino de masoquización.
Recuerden: hay un salario medio nominal W rígido. Para recuperar la competencia (= a recuperar el coste de producción internacional), sin que W se mueva a la baja, se propone recortar el componente  NO salarial del coste laboral mediante la supresión de la cuota empresarial a la Seguridad Social. Fiscalmente, esto se compensa mediante un aumento del IVA.
De tal manera que, si el coste laboral por empleado es (W+SSe), SSe se reduce o suprime, y la empresa tienen más incentivo a contratar. Aumenta el empleo... ¿Seguro?
Bueno, no tanto. El resultado neto depende de:
1) que no se reivindique un aumento de W, al ver que el salario real merma considerablemente (por efecto del aumento del IVA).
2) que el efecto sustitución de demanda interna a exportaciones sea lo bastante fuerte para compensar esa caída de la demanda interna.
Por que lo que se pretende es precisamente disminuir la demanda interna, para que las importaciones caigan. Recarte: España sólo puede crecer vía exportaciones. Un aumento del IVA al 22% (Recarte) contraería la demanda vía rebaja del salario real. 
En realidad, todo lo que se maquina en España es a través de este efecto sustitución: el efecto renta, se desdeña. Poco aumento de la renta total se va a ver si para eso hay que aumentar el IVA 4 pp, hasta el 22% (Recarte). La caída d ela demanda interna sería morrocotuda.
Sin embargo, cuando se produce una devaluación, hay  un efecto renta a través de la revalorización de lo activos que se venden al capital exterior, una vez abaratados por la devaluación.
Luego no es lo mismo, ni mucho menos, crear efectos de sustitución internos, que a lo más lograrán una sustitución de unos trabajadores por otros, que crear ese efecto y un aumento de la demanda vía devaluación de verdad.
La masoquización interna que padecemos se reduce a prometernos eso: negar implícitamente que podamos crecer. Y es que eso depende de un Banco Central que no es el BCE. Lo que en el fondo decía Keynes es el efecto sustitución vía precios flexibles es insuficiente. Hay que crear expectativas de crecimiento de la renta, expectativas de que los que se produce se vende sin problemas,  expectativas de que el mejor dinero no es el atesorado, sino el gastado en bienes de consumo o en activos. Entonces sí, entonces ese efecto de sustituir los saldos de dinero estériles en consumo e inversión abrirá las puertas al crecimiento.
Una devaluación y una bajada selectiva de impuestos (hacia los sectores más endeudados) permitiría un aumento de la demanda interna y externa, revalorizaría los activos, dejarían de caer los precios de la vivienda, se generarían expectativas de crecimiento sostenido. Pero para eso hay que arreglar primero la gran empanada que hay en el mercado del dinero y del crédito.

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