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DECADENCIA DE OCCIDENTE

miércoles, 26 de octubre de 2011

Qué podemos esperar de hoy

Hoy se cierra una  de las últimas oportunidades de enderezar la crisis del euro. No debemos esperar ningún milagro. Lo que se lleva a la cumbre como propuestas máximas no satisfacen lo que los analistas más expertos han demandado. Un largo verano de caída en la crisis ha dado tiempo para una serie de textos que intentaban fijar el problema: al final, se ha llegado a una decantada doctrina a la que casi todo el mundo ha convergido. Esta doctrina (sobre la que podríamos citar decenas de artículos) dice que el BCE es el único con capacidad para parar el deterioro de las deudas soberanas y del sistema financiero.
Pero esta solución, salvo sorpresa de última hora, es descartable por completo. Lo que se contempla es una potenciación del fondo EFSF, creado apresuradamente el año pasado, para que se encargue de garantizar las nuevas emisiones -o de comprar deuda en el mercado secundario- de manera que los tipos de interés se estabilicen. No es la solución definitiva, aunque supongo que se ganaría tiempo si por un momento los mercados creyeran que iba a funcionar.
No es definitivo porque, primero, no es un fondo de recursos ilimitados como los es el BCE. Por mucho que se ampliara su capacidad -se habla de elevarla de 440 mm de € a 1 billón- este fondo es de todos incluidos los países en dificultades. Sería un fondo confiable si fuera de los países ricos, , pero es claro que no están dispuestos a poner un euro más. Ver Grauwe.
Münchau añade que hacer un fondo con miembros bajo sospecha es muy parecido a los convolutos originarios de la crisis, de infausta memoria, en los que se mezclaban deudas de diferentes calidades y luego se vendían como títulos AAA.
Se quiere vender el producto a los BRICs (Brasil, Rusia, India y China), los emergentes más potentes. Pero si estos quisieran comprar deuda en paquetes combinados, lo podrían hacer en el mercado: habría que ofrecerles un incentivo mayor que el tipo de interés de un AAA, el de Alemania, por ejemplo.
Cuando los países han perdido la virginidad de que su deuda soberana ya no es la mejor garantía, todo lo demás se desmorona. Y ahora hay demasiados países que no son insolventes, pero que han perdido esa virginidad y si no son apoyados con plena liquidez, ya nadie cree en su solvencia total.
Hasta hace poco la deuda soberana era el activo más seguro. El que ya no lo sea, y hayan sido la causa principal de la crisis bancaria, lo dice todo de la causa de la crisis europea y del euro. La causa es exclusivamente el euro y su pésima gestión. Ha sido una moneda férreamente custodiada por Berlín, tanto, que se ha asfixiado a sí misma. El sentimiento de culpa que nos hemos echado unos a otros no tiene nada que ver con el problema.
Lo demás es anecdótico. Con un BCE como BCE de todos, es decir, como prestamista de última instancia, hasta lo de Grecia sería más fácil.
Así que esperemos, como mucho, un EFSF ampliado que al menos nos de unos meses más para esperar un milagro. 

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