En BI, David Rosenberg nos ofrece 35 gráficos que nos dan una panorámica del estado de las expectativas de la economía mundial. Algunos son muy interesantes.
Como no puedo reproducirlos todos, he hecho una pequeña selección que ilustran muchas cosas de las que aquí hablamos. Recomiendo un visita al original.
Por ejemplo, en el de la izquierda, el recorrido que todavía han de hacer las familias en EEUU para normalizar su situación financiera. Pese a lo que ya se ha avanzado, la deuda en relación a los activos, y la deuda en relación a la renta, están a niveles históricamente altos si quitamos los que alcanzo en 2007.
Este es el freno más duradero a la normalización y al crecimiento sostenido.
El segundo es mi indicador favorito: El bono privado frente al bono del Tesoro USA. Como se ve a la izquierda, el bono corporativo ha bajado enormemente desde la crisis (zona sombreada) sin embargo, si lo medimos en diferencial con el bono público, como hemos visto muchas veces, se mantiene a niveles extraños a un crecimiento fuerte. La media el periodo es un 2%, como ya hemos dejado establecido aquí. (Nota: en este caso el autor usa el bono BBB, de ahí las diferencias con mi gráfico).
El siguiente es el output GAP, o diferencial entre el PIB y el PIB potencial, en los países e la OCDE. La brecha se empezó a recortar en 2010, pero desde enronces se mantiene donatante En el 3%. En EEUU, la brecha llega al 7%.
El siguiente es la Zona Euro untando directamente a una recesión. A la izquierda, el PIB, a la derecha, el empleo.
Sin comentarios.
Si un político dice que el año que viene estaremos ya en condiciones de crear empleo y bajar el paro, agárrelo por el pescuezo (metafóricamente) y tírenlo al pilón donde beben las vacas, o mejor, los cerdos. Estos gráficos son una representación de las dimensiones de la crisis, una crisis como no hay otra si no te remontas a los años 30 el siglo pasado, también precedida por un alto endeudamiento que es muy difícil de digerir, es decir, de desapalancar a lo deudores. Eso bloquea a deudores y acreedores, pues estos tienen serias dudas de cobrar sus deudas, y en consecuencia cierran la espita del crédito. A su vez, eso alimenta la rueda de deflación de activos y de empeoramiento de los deudores, como se ve en el siguiente gráfico.
A la izquierda, la caída de un 43% del precio de las casas. A la derecha, la caída el crédito a las familias en EEUU.
Sólo recientemente ha cambiado tímidamente de rumbo.
Finalmente, el síntoma más inquietante de todos: la demanda de liquidez esterilizada en las carteras de las empresas y los bancos, como se ve a continuación.
Estés el el primer efecto de la crisis, y se retroalimentación mientras no se acaben con las incertidumbres reinantes.
Las incertidumbres reinantes es una expresión inconcreta, pues no se puede medir la incertidumbre.
Esta insaciable demanda de liquidez es la otra cara de la moneda de la "generosa" confianza con que se desdeñaba dicha liquidez antes de la crisis, en un contexto de muy bajo miedo al riesgo en el que cualquier inversión se consideraba rentable. Por otra parte, esta demanda contrarresta en parte los impulsos del Banco Central para animar la economía.
Estamos en una situación de Zero Lower Bound (limite que el banco central no puede traspasar) en la que la gente prefiere retener liquidez a tipos de interés reales negativos a aceptar riesgos a cambio de más rentabilidad. La única forma de reanimar la economía sería reducir el tipo de interés real mediante la inflación. Eso alentaría una expectativas de rentas nominales superiores al tipo de interés. En el último gráfico, el tipo de interés oficial actual y el que sería conveniente en una airuacion de crecimiento sin inflacion según la llamada regla de Taylor.
Como no puedo reproducirlos todos, he hecho una pequeña selección que ilustran muchas cosas de las que aquí hablamos. Recomiendo un visita al original.
Por ejemplo, en el de la izquierda, el recorrido que todavía han de hacer las familias en EEUU para normalizar su situación financiera. Pese a lo que ya se ha avanzado, la deuda en relación a los activos, y la deuda en relación a la renta, están a niveles históricamente altos si quitamos los que alcanzo en 2007.
Este es el freno más duradero a la normalización y al crecimiento sostenido.
El segundo es mi indicador favorito: El bono privado frente al bono del Tesoro USA. Como se ve a la izquierda, el bono corporativo ha bajado enormemente desde la crisis (zona sombreada) sin embargo, si lo medimos en diferencial con el bono público, como hemos visto muchas veces, se mantiene a niveles extraños a un crecimiento fuerte. La media el periodo es un 2%, como ya hemos dejado establecido aquí. (Nota: en este caso el autor usa el bono BBB, de ahí las diferencias con mi gráfico).
El siguiente es el output GAP, o diferencial entre el PIB y el PIB potencial, en los países e la OCDE. La brecha se empezó a recortar en 2010, pero desde enronces se mantiene donatante En el 3%. En EEUU, la brecha llega al 7%.
El siguiente es la Zona Euro untando directamente a una recesión. A la izquierda, el PIB, a la derecha, el empleo.
Sin comentarios.
Si un político dice que el año que viene estaremos ya en condiciones de crear empleo y bajar el paro, agárrelo por el pescuezo (metafóricamente) y tírenlo al pilón donde beben las vacas, o mejor, los cerdos. Estos gráficos son una representación de las dimensiones de la crisis, una crisis como no hay otra si no te remontas a los años 30 el siglo pasado, también precedida por un alto endeudamiento que es muy difícil de digerir, es decir, de desapalancar a lo deudores. Eso bloquea a deudores y acreedores, pues estos tienen serias dudas de cobrar sus deudas, y en consecuencia cierran la espita del crédito. A su vez, eso alimenta la rueda de deflación de activos y de empeoramiento de los deudores, como se ve en el siguiente gráfico.
A la izquierda, la caída de un 43% del precio de las casas. A la derecha, la caída el crédito a las familias en EEUU.
Sólo recientemente ha cambiado tímidamente de rumbo.
Finalmente, el síntoma más inquietante de todos: la demanda de liquidez esterilizada en las carteras de las empresas y los bancos, como se ve a continuación.
Estés el el primer efecto de la crisis, y se retroalimentación mientras no se acaben con las incertidumbres reinantes.
Las incertidumbres reinantes es una expresión inconcreta, pues no se puede medir la incertidumbre.
Esta insaciable demanda de liquidez es la otra cara de la moneda de la "generosa" confianza con que se desdeñaba dicha liquidez antes de la crisis, en un contexto de muy bajo miedo al riesgo en el que cualquier inversión se consideraba rentable. Por otra parte, esta demanda contrarresta en parte los impulsos del Banco Central para animar la economía.
Estamos en una situación de Zero Lower Bound (limite que el banco central no puede traspasar) en la que la gente prefiere retener liquidez a tipos de interés reales negativos a aceptar riesgos a cambio de más rentabilidad. La única forma de reanimar la economía sería reducir el tipo de interés real mediante la inflación. Eso alentaría una expectativas de rentas nominales superiores al tipo de interés. En el último gráfico, el tipo de interés oficial actual y el que sería conveniente en una airuacion de crecimiento sin inflacion según la llamada regla de Taylor.
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