"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 17 de febrero de 2013

¿Y ahora qué toca?

El periódico de hoy es más dramático que el de ayer. Está alcanzando una cima de intensidad dramática que va a ser difícil mantener eternamente. Pero nos quedan ¿meses? De esta agradable sensación, desde la mesa del desayuno mañanera, con el café en una mano, leer tanto escándalo devastador. Ya sé, ya sé, esto nos afecta a todos, hay gente detrás removiendo las aguas, porque se la tienen jurada a la monarquía, que les birló el protagonismo en la Transición. Todos ellos juntos, pero no revueltos, están oliendo ya efluvios de la República III. Ni yo ni nadie sensato desea que llegue a eso, porque hay otras soluciones previas más prudentes -aunque pocos deseosos de aplicarlas. Mientras...

Un socio e implicado del caso Urdangarín mete al Rey en medio del drama. Su hija, la infanta, consorte del del Duque Em-Palma-do, habrá de ser necesariamente imputada, y puede que procesada. Primera pregunta, ¿se pondrá del lado de su Padre y de la institución, o de su marido al que dicen que ama con pasión?

Mientras se dilucidan estas cuestiones, la sociedad va a su aire, en un autobús sin conductor, que tampoco hace falta, porque no hay dirección, ni frenos, ni motor. Solo hay pasajeros ensimismados en leer la prensa y gritan mucho mientras toman cañas y tapitas. Yo creo que pocas veces se ha visto un fin de régimen tan acelerado y espectacular. Es fascinante que nos lleven hacia al abismo voluntades tan dispersas, sin haberse puesto de acuerdo unos y otros, más que por su personal interés en salvarse con la pasta que han trincado. Un dilema del prisionero pero a lo grande, con miles de prisioneros y un Policía perplejo, que no sale de su bloqueo mental, ensimismado en sus procedimientos, y que no ve el Sutnami que se viene encima.

¿Qué es mejor, la Verdad que reclaman los hipócritas, caiga quién caiga, o la estabilidad? La verdad no la sabremos nunca, porque a nadie le interesa. Los que dicen quererla, quieren condenar y arrasar, y luego refundar, eliminando previamente a unos cuantos. ¿Alguien se ha preocupado de la a verdad del 11-M, del que no se sabe quien de el autor intelectual? Yo creo que nadie sabe quién es el único condenado, y si creyeran que él es el autor se interesarían más por sus motivos, quien le ayudó, por qué aquí, etc... Fíjense la que se montó con el Turco que atentó contra Juan Pablo II, que ocupó las portadas de los periódicos durante años. Aquí nadie apenas ha levantado una ceja ese señor de nombre que no recordamos, que ahora resulta que los testigos que fueron la única prueba para condenarle estaban sobornados... Pero qué más da! Esto es España, y es tradicional no querer saber, si no es para montar una revolución.

¿Quien mató a Prim? Ese si fue un asesinato que decididamente torció la historia, y sin embargo, no sabemos todavía quién lo hizo. Ni nos importó ni nos importa. Prim murió antes de que Amadeo de Saboya, que había aceptado la corona, llegara a Madrid. Su único valedor estaba muerto. Iba a ser un rey constitucional, juró ante las Cortes. Pero se hizo lo posible para que fracasara, y llegó la República I. Como quieren ahora muchos que llegue la III. Y no se le pudo acusar de corrupto.

La Primera República debería ser el espejo de los españoles, donde mirarnos como somos, nuestra virtudes, pero también nuestros enormes deficiencias para vivir sin convulsiones. Por cierto, que no vino sin la inevitable crisis financiera, que casi nunca se menciona, si no es para añadir un pesar más. Entonces fue la burbuja de los ferrocarriles... Ahora también se dice: y esto, ahora, además de la profunda crisis económica... No, perdón, al revés. Las crisis económicas mundiales acusan malestar social que alimentan los ejércitos de gente que no tiene nada que perder. Esos que llega un momento en que les es entusiasmante tirarse al monte.

¿Seguirá el camino del exilio don Juan Carlos, como su bisabuela Isabel II? No basta con loarle, recordar los servicios que hizo a España: hay que tener voluntad de defenderlo. ¿Pero qué pasa cuando los que pueden defenderle, están defendiéndose a sí mismos por similares razones? ¿Y el hijo, será la solución? Solución harto complicada, si el padre no quiere dejarlo. En todo caso, nadie tiene un plan. Sólo salvarse a costa de los demás y de España, ¿por qué no?

 

No hay comentarios: