Hay una cosa que no entiendo en el nuevo caso Aizoon. Me explico: Aizoon es la empresa títere que el Empalmado Urdanga y su esposa montaron cuando tuvieron que dejar Noos, presuntamente por indicaciones del rey. Fue un chiringuito particular, familiar, entrañable, con el que seguían ingresando dinero, eso sí, facturado a nombre de la empresa. Así, los ingresos no salían en la declaración del IRPF, y se pagaban por el impuesto de sociedades, tributando un 25%. La mitad de lo que hubiera correspondido en en IRPF.
Hasta ahora lo tengo claro. Y también tengo claro que es imposible, como pretende la Agencia Tributaria, dejar al margen a la Infanta, pues era socia, y ¿acaso ella hacía la declaración a hurtadillas de su marido y decía la verdad? Estos esfuerzos hercúleos por no imputar a la Infanta, que, evidentemente, viene de la presión de la larga mano del rey, acabarán con la monarquía. Al tiempo.
Pero lo que no me acabo de explicar qué es lo que vendía esta puta empresa, una más de las que Urdangari-el-empalmando creaba como churros (Luego dicen que no hay espíritu de emprendimiento; pues si lo hay de empalmamiento). Noos vendía humo, pero humo envuelto en celofán, de alguna manera documentado, y se veían cosa, eventos, actos. Pero, al parecer, con Aizoon lo único que hacia Urgandarín era sablear a empresas multinacionales, como Ricard, ofreciéndoles su gran sabiduría en forma de "consejos verbales". Consejos verbales, nunca documentados, escuchados con fascinación por unos directivos y CEOs fascinados por esa sabiduría que destila el yerno del rey. A cambio de eso, una retribuciones de cientos de miles de euros.
Aquí hay tomate. Un tomate que huele a chantaje puro y duro tipo el padrino, bajo aspecto de intermediación. lo que pasa es que no me creo yo que el padrino sea el "Empalmado". No veo que le pagaran por mostrar sus habilidades empalmatorias. No. Hay detrás una mano que mece la cuna, digo yo. Un tipo de empalmamiento a larga distancia, como el capo di tutti le capi en la venerable compañía siciliana. ¡Quién les iba a decir a los de la Cosa Nostra que tenían tanto que aprender de la corona española, venerable compañía que nació para luchar contra los abusos austro-borbónicos! El rey es inimputable, improcesable, inexpugnable en suma. Hasta ahora estaba convencido de que en nombre de la estabilidad debería ser así. Pues ya no.
O se aclara esto o me parece que va a haber una rebelión fiscal la mar de justificada. Yo, el último monárquico vivo, he dejado de serlo. Tampoco soy republicano, así que estoy en una especie de crisis de identidad que me aligera el peso de decidir. En otras palabras, me la sopla todo. Me la pela. Mientras, la Agencia Tributaria sigue acosando a mi madre enferma y en coma, con cartas de sobre negro que dan miedo. Hoy iré a pagar la última misiva, pero me dan ganas de no ir, que metan a mi madre en la cárcel, y por lo menos sacará fruto de esta acoso fiscal. Total, va a estar igual o mejor cuidada.
Hasta ahora lo tengo claro. Y también tengo claro que es imposible, como pretende la Agencia Tributaria, dejar al margen a la Infanta, pues era socia, y ¿acaso ella hacía la declaración a hurtadillas de su marido y decía la verdad? Estos esfuerzos hercúleos por no imputar a la Infanta, que, evidentemente, viene de la presión de la larga mano del rey, acabarán con la monarquía. Al tiempo.
Pero lo que no me acabo de explicar qué es lo que vendía esta puta empresa, una más de las que Urdangari-el-empalmando creaba como churros (Luego dicen que no hay espíritu de emprendimiento; pues si lo hay de empalmamiento). Noos vendía humo, pero humo envuelto en celofán, de alguna manera documentado, y se veían cosa, eventos, actos. Pero, al parecer, con Aizoon lo único que hacia Urgandarín era sablear a empresas multinacionales, como Ricard, ofreciéndoles su gran sabiduría en forma de "consejos verbales". Consejos verbales, nunca documentados, escuchados con fascinación por unos directivos y CEOs fascinados por esa sabiduría que destila el yerno del rey. A cambio de eso, una retribuciones de cientos de miles de euros.
Aquí hay tomate. Un tomate que huele a chantaje puro y duro tipo el padrino, bajo aspecto de intermediación. lo que pasa es que no me creo yo que el padrino sea el "Empalmado". No veo que le pagaran por mostrar sus habilidades empalmatorias. No. Hay detrás una mano que mece la cuna, digo yo. Un tipo de empalmamiento a larga distancia, como el capo di tutti le capi en la venerable compañía siciliana. ¡Quién les iba a decir a los de la Cosa Nostra que tenían tanto que aprender de la corona española, venerable compañía que nació para luchar contra los abusos austro-borbónicos! El rey es inimputable, improcesable, inexpugnable en suma. Hasta ahora estaba convencido de que en nombre de la estabilidad debería ser así. Pues ya no.
O se aclara esto o me parece que va a haber una rebelión fiscal la mar de justificada. Yo, el último monárquico vivo, he dejado de serlo. Tampoco soy republicano, así que estoy en una especie de crisis de identidad que me aligera el peso de decidir. En otras palabras, me la sopla todo. Me la pela. Mientras, la Agencia Tributaria sigue acosando a mi madre enferma y en coma, con cartas de sobre negro que dan miedo. Hoy iré a pagar la última misiva, pero me dan ganas de no ir, que metan a mi madre en la cárcel, y por lo menos sacará fruto de esta acoso fiscal. Total, va a estar igual o mejor cuidada.
Y que tenga cuidado Urdangarín, que entre Empalmado y Empalado sólo hay una letra de diferencia.
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