"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 8 de julio de 2013

Incertidumbre

Un excelente blog de filosofía de la economía: "Fixing the Economist", de Pilkingtonphil, supongo, espero, que un Nick.

El link que les dejo es sobre el concepto de incertidumbre y su importancia en economía. La incertidumbre es tanto más importante por cuanto está oscurecida en los modelos económicos. La racionalidad lo exige. Si un agente es racional, es porque no tiene incertidumbre. Afronta siempre riesgos que son cuantificables.

Esa es la diferencia esencial entre la mayoría de la economía y los pocos keynesianos. Keynes dijo que hay decisiones que simplemente se hacen a oscuras, porque no hay información viable, y por lo cual la decisión (por ejemplo, una inversión en un inmovilizado durante 30 años, en vez de comprar un bono a treinta años con riesgo nulo y tipo de interés fijo) se toma echando mano de lo que haya más cerca: y lo que hay más cerca suele ser el Tam-Tam. Es decir, los rumores extendidos, la creencias firmemente asentadas, etc. Lo que Keynes llamaba "Animal Spirits", que no es que sea renunciar al cálculo racional, es que no hay otra fuente de información disponible.

Y esta la fuente de la inestabilidad intrínseca del capitalismo, de los auges y las depresiones, que se forman en infundadas creencias que, sin embargo, tiran de la economía, y a la vez las alimenta, lo mismo que cuando vienen las dudas y las caídas.

Por cierto, siempre se dice, cuando las cosas van bien, que "Esta vez es distinto" (que no habrá caída, es una cosa del pasado), lo que estira más la cuerda el crédito.

¿Es posible una economía sin auges y depresiones profundas? Hay largos periodos que hacen pensar que sí. Por ejemplo, The Great Moderation de 1990-2000, que alimentó la falsa creencia que era un auge basado en la innovación tecnológica (que la hubo) pero no se quiso ver la insostenibilidad creciente del sistema financiero. Así que sí: a priori sí hay economías prósperas y estables, pero a posteriori resulta que no habíamos mirado de cerca ciertas burbujitas que creímos que eran del champán. Y esas burbujas la historia enseña que nunca se ven.

Es que es muy difícil que la ganancia de unos pocos no se difunda, se contagie el optimismo, y todos quieran participar en él. Cuando ha tomado fuerza, entonces políticamente es muy costoso ponerle freno. Se deja esa desagradable tarea para el siguiente gobierno, que intentará subirse al tren y prolongarlo.

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