"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 18 de agosto de 2013

Rajoy no es Lincoln

Hay una Carta del Director, de PJ Ramírez, en El Mundo de hoy, que te deja los ojos ojoplaticos.

Según la venal carta del causante directo del mayor daño hecho al gobierno y al PP, al que odian sin fisuras todos los militantes y toda su mesnada periodística (vaya papelones, Herman Tertcht, Isabel Durán, Jaime González, etc), resulta que Rajoy seria un trasunto de nada menos que Abraham Lincoln. Tócate el níspero.

¿No hizo trampas Lincoln para aprobar la enmienda que abolía la esclavitud mientras ocultaba que había una delegación de los sudistas para acordar La Paz? Lincoln mintió para retrasar esa noticia, a riesgo prolongar la guerra con ello, pero sobre todo debía aprobar esa enmienda, porque sino todo es esfuerzo bélico hubiera sido vano.

Lincoln tenía un sentido de la importancia de cada cosa, y mintió al Congreso pues temía que éste no aprobaría la enmienda abolicionista si se enteraba que La Paz era posible e inminente. ¿Pero qué sentido hubiera tenido una paz para dejar las cosas igual que antes de la guerra, con el derecho a poseer esclavos en vigor? Sin la mentira de Lincoln La Paz hubiera sido una rendición, una vuelta al punto cero, porque los nuevos congresistas sudistas no hubieran aprobado la abolición.

Cualquiera puede ver la rectitud moral de esa mentira. Su fin era aprobar la abolición para siempre, que eso se aceptará en el Tratado de paz. Era una mentira arriesgada para su imagen, por lo que no se pude hacer el juicio de PJ Ramírez, poco menos que lo hizo para elevar su ya agrandad figura. Lo hizo porque la alternativa era ensuciar la memoria de tantos muertos que habían luchado por sus ideales. Y no es lo mismo una paz en el que el perdedor acepta que ha perdido y que la abolición (si no es noble esta idea...) es un hecho.

La guerra es de por sí innoble, sin barreras morales, sucia, inmiserdorde. Si encima se le pone un final borroso, en el que se vuelve a la situación previa a cinco años de muertes y vidas truncadas, el político que lo permita es simplemente un chapucero y un traidor.
PJ Ramírez se acoge a una ficción tirada por los pelos: el buen fin, el fin superior, que justificaría la mentira de Rajoy en el Congreso el 1 de agosto, es que la economía ya está saliendo de la crisis, que al fin el modelo impuesto por Europa funciona, y que eso justificaría cualquier mentira para permanecer en el poder y garantizar que no se descarrila la bonanza económica.

Primero, no hay tal recuperación. Los datos que cita PJ no confirman nada. Una relajación de la prima de riesgo, más que nada producida porque el tipo de Bund alemán ha subido 50 puntos básicos, no es un brote verde. Estamos en agosto, y sabemos que los fondos están huyendo de los países emergentes, y han encontrado más cálido refugio aquí. Los problemas institucionales europeos siguen en pie. Y si por acaso sí tenemo una recuperación, no será mérito de Rajoy.

Rajoy no es Lincoln, todo lo contrario. Es un funcionario "rata", que ha ocultado cosas para su beneficio. No tiene más nivel moral que ése. Lo que es peor, es que ha dejado meridianamente claro que sus fines políticos y crematisticos se mezclan indecorosamente, tan indecorosamente como para pensar que la política es el medio para llegar al final de la legislatura sin que se descubra de quién son esos millones que tiene Bárcenas en el extranjero. Esto condiciona, se quiera reconocer o no, lo que queda de legislatura. El gobiernos se va a ver acosado para cualquier decisión impopular que nos pidan de Europa. Ayer supimos que la deuda ha subido escandalosamente de nuevo. Cerrarse en la mentira no promete una estabilidad política mínima.

Porque aquí hay un agujero negro enorme, y es que nadie en su sano juicio puede pensar que ese dinero es sólo de Bárcenas, que le ha ido sisando al PP sin que éste se diera cuenta.

Lo malo es que el PP fue votado por una inmensa mayoría no por su ideología, sino por ser la única baza regeneradora que quedaba. Por lo menos estos serán más limpios que el Psoe, decíamos (decían, pues yo no les voté, ni a nadie). Mariano Rajoy se ha cepillado esa baza, la ha laminado con sus sobresueldos, su manera de conceder licencias mafiosamente (¡los defensores del liberalismo económico!), y su desgobierno que ha agudizado lao problemas sin que haya aportado nada cambio.

Cuando se vaya dejará un erial, una España más dividida y enfrentada y me temo que sin recuperación. Mariano Rajoy no es Lincoln. Es un especialista en aplazar decisiones que le puedan torcer su camino a un retiro áureo, con un Buen fondo dorado de pensiones en Suiza. Es un eslabón más en la trama de intereses que han montado los partidos con los enjuagues de la Máxima Autoridad, de la que tampoco podemos esperar nada bueno. Todos están en un modo: ocultar, mentir, trampear, todas las instituciones agarradas por do más duele, unas y otras dependientes de la cúpulas de los partidos.

Así que no veo yo ningún fin noble y superior que justifique la mentira para que este demoledor sistemático de la nación siga dos años más. Si, desde luego, si fuera cierta la normalización económica todos cerraríamos los ojos y haríamos borrón y cuenta nueva. Pero esa normalización requeriría un crecimiento prolongado del 3%, y eso no se ve ni harto de vino.


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