"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Ni zorra idea

Aquí, Don Antonio España, del Condidencial, confunde el rábano con las hojas y llega a conclusiones falaces que confunden al lector de buena fe. Cree que el PIB no es significativo del estado de la economía por una razón: porque es la suma de bienes y servicios finales producidos durante un año. Él interpreta mal la palabra "finales", que atribuye erróneamente a "consumo", con lo que según él, el PIB sería la suma de bienes producidos para el consumo. Crasísimo error, como veremos, pero veamos primero como lo expresa:

Y es que lo que mide el PIB no es sino el valor monetario -expresado en euros, dólares, etc.- de todos los productos y servicios finales que se producen y prestan en una zona geográfica concreta -típicamente un país- durante un periodo de tiempo determinado -normalmente un trimestre o un año-. Fíjense que la palabra final está convenientemente resaltada. Y es porque esta métrica está muy condicionada por la creencia generalizada de que lo que impulsa una economía no es tanto la producción de riqueza, sino su consumo.

Centrarse exclusivamente en bienes finales, como hace el PIB, es caer en la fantasía de que estos emergen meramente del deseo de los consumidores
. Es decir, en el esquema conceptual en el que se basa la contabilidad nacional, y toda la corriente dominante de economistas, basta con que alguien desee tener algo para que, inmediatamente y sin solución de continuidad, ese ente abstracto llamado “la economía” se lo proporcione. Esta es la economía buenista de los libros de Paulo Coelho, en los que “cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo”. Pero, como ustedes saben, la realidad que hay fuera de los modelos matemáticos y de los libros de autoayuda es bien distinta.


Lo que subyace en el marco teórico del PIB es la ausencia del factor tiempo, obviando el hecho fundamental de que la producción de un determinado bien implica el haber recorrido previamente una serie de etapas, antes de poder fabricarlo. Es decir, en la vida real y no en el mundo de las hadas de la economía neoclásica, no basta con que haya demanda de un bien para producirlo. Hace falta, además, que estén disponibles todos los medios necesarios para hacerlo. Y si no lo están, habrá que producirlos. Piensen, por ejemplo, en un producto de los más sencillos que pueden encontrarse en la tienda de la esquina, como una barra de pan, y párense a pensar qué ha sido necesario para fabricarla y cuántas etapas ha conllevado.

Si lo piensan un momento con detenimiento, quizás se sorprendan de la complejidad que hay en algo tan sencillo como una simple baguette: para fabricarla se necesitan semillas de trigo, tractores y aperos de labranza, camiones para transporte, molinos para fabricar harina, tuberías para transportar el agua, centrales eléctricas para hacer funcionar el molino, la amasadora y el horno, y también para iluminar la tahona, etc. Pues bien, según el armazón teórico del PIB, todo ello se materializa por arte de magia en momento que ustedes deciden comprar pan.

No he leído nunca tal cúmulo de mamarrachadas seguidas, nunca. ¿Soy implacable con este señor? Sí, porque hace una cosa muy fea: intrusismo, pero además infunde desconcierto entre los lectores. En España falla todo, pero un escalón que falla esencialmente es el periodismo especializado. Da igual que sean de la prensa deportiva o de la económica, es un desastre. Pues fíjense cuando hablan del calentamiento global, es para echarse a llorar. El periodismo es ahora, se quiera o no, especializado, y los periodistas parecen cada vez peores formados para divulgar lo más elemental.

En primer año de carrera explican, para el que quiera enterarse, la Contabilidad Nacional, o método contable par calcular el PIB.
El PIB es la suma de bienes y servicios producidos en un periodo, en toda la cadena de producción, PERO por su valor añadido. Esto es lo que quiere decir finales: en la fabricación de la baguete entra la masa, que el hornero ha comprado a otro. En el precio final de la baguete se incluriá el coste de la masa, más el valor añadido por el hornero. De ese precio, se restará ese coste o valor de la masa, porque ya está computada, pues el PIB ya la ha contabilizado por su valor añadido.


Si no se hiciera, habría doble y triple contabilidad, lo que sería una contabilidad bien chunga. Es decir, finales, eso que tanto le perturba a don Antonio, quiere decir buena contabilidad, no que sólo se computen los bienes de consumo. Se incluyen todos los bienes que se transmiten por la cadena de producción, desde la extracción de materias primas a las maquinarias, de estas a la producción de la masa, y de esta a la baguete, pero restando de cada una lo que se ha pagado por la anterior, pues ya ha sido contabilizada.


Por supuesto que se computan los bienes de inversión producidos por las empresas que los producen, pero al vender (o alquilar) esos bienes a otra empresa que los usa para hacer otro producto, lo que es un ingreso para el primero es un coste para el segundo, que lo resta de la cuenta de resultados. En el PIB queda computado el bien de inversión cuando es vendido (eso es un producto final, no lo que cree don Anronio), pero luego, del precios de venta del segundo es restado, y queda el valor añadido de cada uno de la cadena.

 

¿Es lógico no? Por eso en el PIB no se contabilizan las transacciones de segunda mano, porque ya se han contabilizado en el momento en que llegaron a su mercado final (no necesariamente de consumo). Un piso revendido no entra en el PIB. La especulación con acciones que cambian de manos varias veces en un año no entran en el PIB. Y por eso las transacciones de segunda mano no tributan al IVA. El IVA es un impuesto sobre el valor añadido la primera vez que se obtiene el producto.


El valor de un producto final es valor añadido de un producto de la cadena de producción, sea cual sea la fase en la que está. Deducir de esto que sólo se computan bienes de consumo es confundir al lector profano y sacar conclusiones totalmente erróneas. Por cierto, las conclusiones que saca sobre "esta métrica" y la "consideración del tiempo", son confusas y sin base alguna. El PIB es una contabilidad de lo que ha producido una nación en un periodo. Como una empresa en su contabilidad, va imputando en el haber la producción y en el debe el coste de adquisición de los medios necesarios para obtenerla. Lo mismo hará la empresa que le haya vendido esos medios, y lo mismo la que le haya vendido a ésta...


El PIB es la suma de eso: de los valores añadidos por cada uno. Luego esos valores se clasifican en grandes grupos, que son lo bienes de consumo, de inversión, materias primas, etc. ¿Cómo podría hacerse, si se siguiera la errónea metodología imaginada por don Antonio?


De paso me refiero a una falacia muy común en el periodismo económico. Hacer la comparación del valor de bolsa de una empresa con el PIB de un nación cualquiera. Por ejemplo, Google tiene un valor 100 veces el PIB de Ecuador, o el PIB de España "se lo llevan" 10 empresas. Esto es gruesamente falso. El valor de una empresa no es su valor añadido en un año, sino en los años de su existencia, y vale lo que el mercado dice que vale. Es decir, las espectativas de ganancias del futuro. Si se quiere ser veraz, se puede comparar el valor añadido por una empresa en un año con el PIB de ese año, y entonces sí son cantidades homogéneas. Eso se hace para "demostrar" el poder que tiene una empresa sobre un gobierno, pura demagogia.

3 comentarios:

Herejes sin Fronteras dijo...

Es cierto lo que usted dice. Y más cierto aún que se está estableciendo entre el Nuevo Mester de Progresía, el aserto de que el asunto de Gibraltar sólo preocupa a los fachas y no es cosa importante.

Dejando aparte lo anacrónico de una colonia en territorio de uno de sus aliados y además de un aliado estratégico por temas no solo económicos sino también geopolíticos; es importante poner de, manifiesto que Gibraltar con su condición de paraíso fiscal es un parásito de España.

Es como esa garrapata que se engancha a un perro y no lo suelta más que quemándola con alcohol y que no mata al perro pero si le "jode la vida".

No es tolerable (más que por el Imperio Británico, por lo que se ve, con la isla de Man y Jersey)que en territorio de la Unión Europea exista un lugar donde todo el que quiere hacer trampas (de cualquier tipo) es bienvenido.

No soy yo un fanático de los impuestos. Me parece que excesivos impuestos es malo para un país.

Pero el problema no es en el hecho de que tengamosmucho o pocos impuestos sino en que tengamos todos los mismos.

Mire usted, a mi; el que la roca sea o no británica, "me la refanfinfla por tiempos"; pero el que se sigan asltando a la torera las leyes no y el que sean refugio del contrabando y las empresas de dudosa moralidad como el juego por internet (con cuyas "limosnas" viven muy bien los llanitos) si que me importa y creo que nuestro gobierno debe seguir siendo firme con ellos.

Ahora bien, en cuanto a la "política exterior" de ZP y "Desatinos" prefiero no recordar. Han hecho el ri´diculo más grande de la diplomacia española en toda su historia (y mire que ha habido ridículos de campeonato, empezando por el tratado de Utrech), pero los españoles les votaron y no una sino dos veces, así que tuvimos lo que nos merecimos. Por tontos.


Anónimo dijo...

Le prensa española está muy, pero que muy especializada en confundir, mentir, despistar y todas la demás artes similares conducentes a ocultar la realidad.
Los titulares (que es lo que mas o lo único que se lee) no coinciden con el contenido de los artículos que suelen tener en su una clara intencionalidad y están próximos a otrs con toda suerte de banalidades y "cebos" pseodo-porno-eróticos y simlilares

Anónimo dijo...

El tal España lo ha leido en twitter y no le ha gustado nada. Como se ha puesto. Bueno y Daniel Lacalle, etc, etc.....

Ha sido divertido.