"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 20 de septiembre de 2014

La democracia frívola

Extraordinario artículo de Arcadi Espada en El Mundo. El título lo dice casi todo: "La democracia frívola". Vivimos un tiempo de frivolidad política en el que cualquier sueño pueril puede ser convertido en un tema electoral. Todo se puede votar, las más frívola de las ocurrencias, porque hemos decidido que la verdad oculta se descubre votando. Un referéndum es la sentencia inapelable a unas opiniones encontradas. Como los votos nunca dicen nada concreto y definitivo, todo queda para la siguiente votación inútil, prue no nos va a aclarar con derteza si la leyes de Albert Estein son verdaderas. Ni tampoco, por cierto, si un nonnato es un ser humano o no, como parecen certificar la izquierda.

Es bastante parecido la democracia frívola a las mal llamadas redes (a)sociales: ahí cualquier analfabeto puede llevarse la victoria con 140 caracteres y muchos retwits. Acaberemos celebrando elecciones en ese terreno, que es el colmo de la frivolidad. Ojo, de la frivolidad malsana: yo soy muy frívolo, pero lo soy -espero- cuando es el momento de serlo. Lo malo de la democracia frívola es que se cree que todo es frivolizable.

Estamos muy cerca del adanismo de Ortega y Gasset, el hombre a-histórico, que no sabe que el mundo en que vive no es perenne, es el resultado de un proceso histórico IRREVERSIBLE, y cualquier frivolidad puede desencadenar una ruptura también irreversible de los lazos que nos unen. Véase los Balcanes: se escandalizan los progres por poner de ejemplo los Balcanes, cuando lo que está ocurriendo en España es la cosecha de odio sembrada por unos locos durante treinta años, odio imposible de meter otra vez en la caja de Pandora. Vemos esas manifestaciones de la Diada con niños que gritan las consignas de odio que sus padres les han enseñado. Millones de catalanes odian a millones de españoles, incluso aquellos que viven en Cataluña. Millones de niños españoles no odian a los catalanes, porque no les enseñan a ello.

Eso es lo que denuncia Arcadi Espada: la frivolidad como solución a conflictos imposibles de controlar una vez desatados, conflictos totalmente artificiales, vanos, pero que abren cauces de poder a los cínicos políticos, que de repente se ven reyezuelos de una Uganda. Prefieren eso que ser parte de una gran nación histórica.

Algunos párrafos, que les inciten a leer el artículo original (negritas mías):
Querido J:
Ya tuvieron su estúpido referéndum autorizado por el peor primer ministro de la Historia de Gran Bretaña, y por uno de los grandes peligros europeos. ... Primera constatación: alguien se embarca en el agónico proceso de un referéndum sobre la continuidad de un Estado cuando ni siquiera lo reclama la mayoría de los ciudadanos. La democracia frívola.
Ahora imagina conmigo, incluso, que los resultados hubieran sido a la inversa. ¿Basta un 55 por ciento de los votos de un censo para destruir un Estado? ¿Es un porcentaje razonable? No. Es la democracia frívola.
Y lo es, naturalmente, porque a ese 55 por ciento habría que añadir los millones de británicos que están en contra de la destrucción de su Estado. Nadie se ha ocupado de ellos. Al menos en el eco español del referéndum. El hecho de que Escocia celebrase su referéndum se justificaba campanudamente porque hace 300 años fue un país independiente. El virus historicista en la mesa de todos los días. Es decir, el hecho de que hace 300 años unos escoceses, que eran muchos menos que los de hoy, vivieran en la independencia política tiene mucho más peso y resulta políticamente más decisivo que el hecho de que en los últimos 300 años Escocia haya sido el resultado de la acción conjunta del Reino Unido. Por lo visto, esos tres siglos de acción mancomunada, moral, política, económica y sentimentalmente, da menos derechos políticos que el remoto precedente de una independencia ejercida, por cierto, en unas condiciones democráticas radicalmente distintas a las contemporáneas. Resolviendo: un ciudadano inglés de nuestro tiempo que haya contribuido a la construcción de Escocia tiene menos derechos que un cadáver escocés de trescientos años y un día que, eso sí, fue independiente. La democracia frívola...
..En nuestro tiempo interconectado, de soberanías múltiples, un referéndum de autodeterminación, cualquiera, es una estafa a los ciudadanos. Gentes cargadas de la mejor voluntad, y víctimas, claro está, de la insolencia política de Artur Mas, han alabado la pregunta escocesa por concreta, firme, transparente. Pero es un espejismo. ¿Quiere usted que Escocia sea un Estado independiente? es una pregunta ininteligible. Nadie sabe lo que eso significa. Nadie puede contestar con conocimiento de causa. ¿Cómo puede contestarse esta pregunta sin saber si Escocia tendrá libra o euro, si estará en Europa o no, y si hasta tendrá su reina? Una pregunta que abre un proceso de tal magnitud indecisa no puede contener al tiempo un cierre categórico que imponga la destrucción de un Estado. Un referéndum no puede hacer preguntas incontestables. Solo en la democracia frívola.
La razón se ha impuesto en Escocia, y con mayor ventaja de lo esperado. Aún así, ... El referéndum ha fijado en el imaginario escocés una idea maligna. Como lo hizo en el Quebec hace unos años y por dos ridículas veces. La democracia frívola.
La democracia frívola es la que acepta que en política exista lo inefable. Esos sentimientos previos e indiferentes a toda legalidad.
La política es un asunto inmenso. La clave de la vida social. En algún momento del siglo XX se ideó la utopía de su desaparición. La política como una transparencia, como un oxígeno del que no cupiera preocuparse. Técnicos dirigiendo el mecanismo. Una reconversión gigantesca. Pero se trataba, y se trata, de una utopía descerebrada.
... El referéndum de Escocia es, por el contrario, la negación de la política como legislación de lo real. El último ejemplo de la política como invención y como artefacto y no como el iluminador paciente y humilde de los conflictos humanos. El referéndum escocés es un ejemplo de frivolidad insoportable cuando se piensa en Palestina, en Siria, en la isla de Cuba. Una bobada pequeño burguesa de esas que una vez en el siglo traen consecuencias funestas. Dijo Gordon Brown, el único que merece respeto en todo esto: «El país que había sido un modelo para el mundo se ha hecho más pequeño, y no más grande, a los ojos del mundo.»
La democracia frívola es que dimita Salmond y ahí quede Cameron, el estólido.
Sigue con salud,

4 comentarios:

Miguel E. dijo...

Dos comentarios:

1) Como siempre, me sigue sorprendiendo muchísimo que en España la Nación sea algo discutido y discutible y sin embargo la existencia de la "nación catalana" sea algo indiscutible. También que los derechos de los animales a no sufrir maltrato sean indiscutibles y el aborto como derecho NO.

Inciso relacionado con el comentario 1 que me ha pasado hace poco; alguien NO CATALÁN me ha dicho; "¡¡no!!, ¡es que creo que en el Siglo XIII Cataluña fue independiente a pesar de no ser un reino! y los catalanes no nacionalistas tendrán que asumir la democracia si saliese un sí a la independencia. Yo le respondí; "ya, pero, es algo que afecta a su identidad; el Estado no puede hacer dejación de sus obligaciones hacia esos españoles no nacionalistas" y me contestó "bueno, es como yo, en Madrid los toros son bien de interés cultural y yo soy antitaurino; eso afecta a mi identidad en su vertiente cultural y me tengo que aguantar..."

2) Simplemente precisar algo que has dicho. "Hemos decidido que la verdad oculta se descubre votando." Error (desde mi punto de vista). No hemos decidido eso. Hemos decidido que NO HAY VERDAD. No hay forma de descubrir la verdad y, en consecuencia, todo vale, porque nada es mejor que otra cosa. Ya lo comenté en una ocasión; en Filosofía del Derecho se ve hoy en día (y desde hace tiempo) que el Liberalismo Político (REPITO; NADA QUE VER CON EL ECONÓMICO) propugna que, al no haber verdades absolutas, sino que todo es discutible, la Democracia no puede verse limitada por Constituciones o Tribunales Constitucionales; es decir, que una Constitución no puede contener mecanismos para NO ser reformada ni tampoco partes de la misma IRREFORMABLES. Incluyendo derechos (como el derecho a la vida).

Inciso relacionado con el comentario 2; ya dijo Zapatero enmendando a Jesucristo (LO CUAL MANDA HUEVOS, POR CIERTO) que lo correcto no era decir "La Verdad os hará libres" sino "La libertad os hará verdaderos". Ése es el resumen del Liberalismo Político imperante.

www.MiguelNavascues.com dijo...

No creo que digamos algo tan distinto: que la gente crea que la verdad la posee la mayoría o que no crea en la verdad se parece un huevo.

Miguel E. dijo...

Tienes razón; es casi lo mismo.

Por cierto una reflexión; qué penosa va a ser la vida intelectual en unas décadas, cuando posiciones como la tuya (crítica al dogma abortista) sean tabú y hayan desaparecido de la intelectualidad (mmás aún).

Sucederá con todos los dogmas progres, ssupongo.

Y qué pocos cojones hay en España. La Autonomía Catalana debería haberse suspendido hace décadas, como siempre dices. No viene a cuento pero quería decirlo.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Acabó de ver a Sabina con Ristro. Mira que me gusta Sabina, pero ambos aplauso espose porque lo votarían todo. ¿todo? Que aberración. Votemos entonces la pena de muerte contra los separatistas. Ya veríamos lo que salía.