"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 31 de diciembre de 2014

¿Quién gobierna Europa?

El (des)gobierno económico de Europa está descontado en algunos círculos. Lo malo es que los gobiernos nacionales no están interesados en aventar esto demasiado, pues están enganchados a la droga de que lo que hacen de desagradable es obligado por Europa. Hace unas semanas, Wolfgang Münchau ofrecía una descripción muy acertada de los criterios con los que se gobierna Europa: la ley de "hierro" del comportamiento de las instituciones es que cuanto más arriba están en la escala de poder, menos poder tienen. Está ley insalvable se basa en unas instituciones mal diseñadas, que como no tienen competencias definidas ni responsabilidades asignadas:

"because everybody is constrained in terms of what they can do, they spend most of their time hectoring others. That is why Europe’s central bankers talk incessantly about fiscal policy and structural reforms, while the finance ministers are obsessed with monetary policy."

Algunos ejemplos de arriba abajo de la jerarquía nominal de poder:

-El Consejo Europeo dedica largas sesiones a debatir si el presupuesto anual debería pasar del 1% al 1,02% del PIB de la zona.

- En el siguiente escalón, el Consejo de ministros de finanzas dedica sesiones a discutir si los déficits de Italia o Francia sobrepasan en unas décimas lo que es norma de la UE en déficits máximos y déficits estructurales, pero escapa a su ciego radar si hay algún problema macroeconómico serio (ya se sabe: la macroeconomía no existe en Europa: todo es micro).

- Luego está la Comisión, que con el relevo de la presidencia ha querido marcarse un tanto con un programa fantasmal de estímulo fiscal, que no mueve ni un euro de las arcas: sólo pone 20 mm en garantías. Como dice Münchau:

"If you were a chief executive, the equivalent of such a programme would probably not lure you away from the golf course. You would delegate it to your chief financial officer, if only to avoid the many unpleasant technical details."

- Por debajo (teóricamente) está el BCE, al que descubrimos recientemente mandando cartas expeditivas diciéndole al gobierno de España como debe reformar el mercado de trabajo y cumplir el déficit fiscal, con un nivel de detalle de verdad humillante.

(Luego vendría esa pieza intercambiable que son los gobiernos nacionales, a punto de perecer por falta rotal de competencias)

¿A qué se refiere este último punto, el BCE decidiendo en política fiscal (y reformas laborales)? Se refiere a la carta conminatoria que en agosto de 2011 (en plena tormenta del mercado de bonos) envió Trichet, el entonces presidente del BCE, al presidente del gobierno de España, Rodríguez Zapatero, para que tomara medidas de reducción del déficit y de flexibilización de mercado de trabajo. Carta que iba co-firmada por el entonces gobernador del Banco de España Fernández.

Lo que es el colmo de la incompetencia en esta caso es que Trichet pretendía culpar al gobierno español de la crisis del bono español entonces, cuando el principal culpable era él mismo, que había desatado al tormenta subiendo los tipos de interés. La prueba es que los mercados se han calmado cuando Draghi demostró que el BCE no dejaría caer los mercados.

Veamos lo que opina un economista europeo tan destacado como Paul De Grauwe de esa infamia:

First,... In doing so, it substitutes itself to national governments in the formulation of national economic policies.

Second, it is striking to find that these policy prescriptions are based on an economic theory for which there is actually no serious empirical evidence. On the contrary, there is a strong empirical research suggesting that the degree of decentralization of wage bargaining should not go too far.

... The ECB is a public institution, which has been given a strong status of political independence... In doing so, she puts her own independence at stake.

The ECB has set itself the target of keeping inflation close to 2%. It is failing spectacularly in reaching that objective and as a result, creates a risk of deflation that today increases the debt burden of national governments.

The instructions the ECB gives in its letter to the Spanish government lead to an even more fundamental governance problem. The ECB consists of civil servants who bear no political cost of the decisions they try to impose on national governments. The latter bear the full political costs of these decisions. They risk to be thrown out of office when they implement policies forced upon them by the ECB. The civil servants of the ECB go home unharmed.

This is a governance structure that is unsustainable and that will be rejected. It is important that the ECB realises this and reduces its ambition to rule the politicians. Failure to do so will greatly harm the ECB.

Palabras tan precisas como contundentes que, sin embargo, no tendrán efecto. Esta confusión de las instituciones -este desgobierno europeo-, es la causa principal de que las sociedades europeas (porque no hay sociedad europea) se estén fraccionando peligrosamente. Es la causa de que Grecia vuelva a ser una amenaza para Europa, porque Syrisas, el partido tan temido (similar a Podemos), es el que ha recogido del vertedero lo que alegremente tiraron por la ventana las instituciones europeas y los gobiernos nacionales. Tarde o temprano iba a pasar: el desgobierno de Europa lo pagan, como dice De Grauwe, no los funcinarios cooptados que lo hacen mal, sino los gobiernos nacionales, únicos en presentarse a las elecciones. Estos son culpables de haberse subyugado a las directrices europeas, pero su caída electoral tendrá graves consecuencias no buscadas.

"Tacita a tacita" hemos creado, por activa y por pasiva, un monstruo incontrolable. Es difícil pensar que milagrosamente vayan a empezar a marchar las cosas bien sin un cambio institucional de arriba abajo. O lo hacen ellos, los europeístas, o lo hacen los partidos radicales emergentes anti europeos, de izquierdas o derechas. Lo malo de este galimatías es que ha atrapado a grandes cabezas intentando dotarle de lógica y de efectividad, logrando sólo, con su escrutinio de los detalles, ser incapaces de ver el bosque. No hay una lógica que pueda corregir el proceso de decisiones sin tocar el diseño global, pero la ideología europea ha calado tanto que pocos quieren ver que "el rey está desnudo".

Hay un aspecto especialmente importante que no puede corregirse por medio de ajustes parciales: la relación del BCE con los gobiernos a quién teóricamente pertenece. Este área vital, de la relación de un Banco Cental con su gobierno, se ha convertido en un campo de minas en el que cualquier decisión puede ser anulada por la influencia esterna del más fuerte. De hecho esta falla ha sido la que ha provocado la reacción en cadena de la crisis a la ruptura de la estabilidad política nacional.

Como dice Wren-Lewis, la teoría de la Independecia del BC se ha demostrado falsa con la crisis -para el que lo quiera ver- : no puede funcionar un banco central sin un gobierno nacional que lo justifique. En realidad el banco emisor opera con bonos públicos emitidos por el gobierno, y el gobierno, por su parte, recibe del BC no sólo el señoreaje por ser el principal accionista, sino la estabilidad monetaria y de su deuda. Una crisis grave como ésta impulsa al alza la el déficit y al deuda, cuando el gobierno necesita financiación a bajo coste para reparar las deudas privadas y rescatar al sistema financiero. En otras palabras, necesita coordinarse con el BC para que la crisis dañe lo menos posible al sector privado. Esa relación básica se ha roto en el Euro, lo que se comprobó en la crisis de 2011. Pero es que ni siquiera se pensó, cuando se diseñó el BCE, que podría haber una crisis como la de 1929, porque ingenuamente se daba por hecho que el BCE lo impediría.

No hay más que ver la conminatoria carta de Trichet a Zapatero, con la firma estampada, además, de nuestro gobernador, para darse cuenta del trastoque total de valores y criterios que ha originado Europa: se culpa de la crisis de los bonos a los gobiernos nacionales, cuando los hechos demuestran que países con mayores niveles de déficits y deuda, pero con un banco cental nacional, no sufrieron ataques especulativos en su deuda. Una teoría totalmente fallida, pero que desgraciadamente es todavía pregonada por los gobiernos nacionales y gran parte de la clase dirigente... Que están a punto de verse fuertemente revolcados por la revolución en ciernes que ellos mismos han alimentado.

No hay comentarios: