"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 19 de julio de 2015

Ilusión monetaria

Keynes no creía que el nivel de salarios se ajustaría al pleno empleo, por muy alta que fuera la tasa de desempleados. Los neoclásicos decían que un exceso de oferta sobre la demanda de empleo haría bajar el nivel de salarios. Eso , a su vez , haría aumentar la demanda de trabajo y bajar su oferta, lo que tendría a restablecer el pleno empleo.
(Debemos distinguir entre nivel de salarios y salarios relativos: siempre hay una escala relativa de salarios según la aportación al producto, y un nivel general que representa esa constelación de salarios. Los salarios relativos pueden no variar, pero el nivel salarial, sí, que es el que importa a la macroeconomía. Cuando hablamos de un paro causado por un excesos e nivel salarial, nos referimos a ese segundo concepto.)
Podemos pues, dejar de lado la micro (salarios relativos), y centrarnos en la relación entre nivel salarial y nivel de empleo.
 
Ahora veamos lo que decía Keynes, qué pasaba en el mercado laboral cuando se producía una contracción de la demanda.
 
Los trabajadores, dice, están mejor dispuestos a admitir una bajada del salario real si éste llega por un aumento de la inflación que por una reducción voluntaria del salario nominal. Esto es bastante intuitivo. Al trabajador no le gusta que le propongan una rebaja salarial; no sabe cual es la gravedad de la crisis, y si no ve que aumenta el paro masivamente (lo que puede tardar) prefiere que le despidan y buscar otra empleo. En cambio, si los precios de los bienes y servicios aumentan, le salario real se reduce, pero el trabajador admite mejor eso, porque dentro de ciertos márgenes, le importa mas el salario nominal que el real. En condiciones recesivas, no se fija tanto en que la caída de la inflación le aumenta el salario real, y resiste que le toquen el salario contratado.
 
Algunos lo llaman Ilusión Monetaria: todos, no sólo los trabajadores, sufrimos un grado de ilusión que nos impide ser conscientes del salario real. Tampoco las empresas están en todo momento deflactando los beneficios. Les importa más su continuidad en el futuro, comparado con los pagos a los que se enfrentará en el futuro.
 
Ese inevitable grado de ilusión monetaria -irreductible- se debe a lo trabajoso que sería estar en todo momento recalculando las variables reales, cuando no sabe exactamente cuáles van ser su trayectoria futura. Es mas importante tener una idea de las trayectorias futuras; además, nos movemos entre contratos la mayoría en términos nominales, así que simplemente comparamos ingresos nominales con intereses nominales, valor de nuestros activos nominales con los pasivos, también nominales. Deflactar una variable para ver si aumenta o disminuye su poder adquisitivo (¿frente a qué, bienes físicos, activos financieros?) es un ejercicio estéril.
 
De ahí, como dice Janet Yellen, que sea mejor mantener una inflación moderada pero positiva, porque da un margen de flexibilidad a que los trabajadores y los empresariados ajusten sus salarios y sus márgenes.
 
Este grado de ilusión monetaria es distinto en cada cultura. No es el mismo en Turquía que en EEUU, por poner dos ejemplo muy alejados. En todo caso, la explicación de Keynes se ajusta al fracaso del la "devaluación intenta" ensayada en Europa. En una contracción, la resistencia a la baja de los salarios, aun cuando la inflación sea nula, frena el ajuste, y además da pie a dinámicas perversas: la pérdida de empleo, junto con la bajada salarial (que no es suficiente si los precios bajan), baja la demanda de consumo y de inversión. Pesa más las malas perspectivas sobre las ventas que el posible salario real idóneo... Y falso.
 
Un dinamizador potente del ajuste es el tipo de cambio. Una devaluación, junto con la ilusión monetaria, reduce el salario real vía aumento del precio de los biene de importación componentes de la cesta de la compra. Además, do rebuje a aumentar la inflación interna, lo que acelera el ajuste salario/precio/margen.
 
Estos mecanismo no son del agrado, o no debería serlo, de la izquierda cerril, porque se trata de lograr por la puerta trasera lo que no se puede a base de bajar salarios nominales.eep como decía LK en "Soxial Swmocray for XXI Century", "abomino de esos socialdemócratas europeos que han condenado a sus países al euro".
 
La ilusión monetaria es una imperfección humana que no reconocen los racionalistas, como tantas otras que, sin embargo existen y juegan un papel en la economía real. Por eso me hace tanta gracia la declaración del Papa, tan inhumana, tan estéril, y tan arrogante:
 

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