¿Rajoy, el peor de los peores? La guía más segura

Este país es irremediablemente bipolar. Resulta que está a punto de caerse en fragmentos tan pequeños como irrecuperables, y ya ha sacado al "hombre del saco" culpable de todo: Rajoy. Hombre, por Dios.

Rajoy es un impresentable, culpable en el caso Bárcenas, culpable de mentiroso, culpable de corrupción de Valencia, culpable de... Pero ¿quién no tiene esqueletos en el armario, bueno, cadáveres fresquitos todavía?

Si Rajoy es todo eso y más, aparte de un vago redomado, me pone los pelos como escarpias la posible llegada a jefe de gobierno del nebuloso Sánchez de la mano del tenebroso Iglesias. Nebuloso el uno porque no tiene luces, y tenebroso el otro porque sabemos lo que nos hará si llega. Y el que no lo vea es porque es sordo y ciego, porque no hay más que ver y oír lo que hace y deshace todos los días Siniestra Carmena en Madrid, cuál Penélope acosada por sus "pretendientes", una jauría de niñatos con tatuajes y camisetas llenas de graffitis, que no van a dejar ni el Monasterio del Escorial en pie. Ni siquiera por interés turístico. A estos el interés de cualquier tipo, ese que crea trabajo, se la pelan. Ada Colau ha señalado el camino.

Ya han demostrado su espíritu talibán, ya lo han ejercido, y están afilando la piqueta y la guillotina. No tiene teoría al respecto, sólo etiquetas y consignas, que inventan el Colita morada y El Niño Errejón, que para eso son profesores universitarios.

Yo alucino la deriva que lleva esto y la pasividad del rey, de Rajoy, y de mi ex admirado Rivera, que parece a punto de consentir una infamia. Al fin y al cabo es un forastero.

Rajoy no tiene la culpa de todo este carajal. Tiene su culpa, pero es el menos malo que hay en el chorizonte negro oscuro que tenemos delante. Rivera se niega a negociar con él, pero se presta a hacerlo con Sánchez, un hombre don la cabeza hueca, aunque muy guapo, dicen. Yo no sé cómo se puede ser guapo y tonto a la vez.

Y la gente sí que tiene líneas rojas mentales, izquierda y derecha, y no se atreven a saltarlas ni en la intimidad. Son unos maricomplejines, pero todos, ni por un segundo piensan, los muy glplls, en su propio interés, la guía más segura. Y luego se ríen de la mala conciencia de los católicos y sus confesiones... En todo caso menos dañino que él carajal mental de culpas y exculpaciones que tienen todos.

La verdad es que el elenco de politicos es para salir corriendo, ya que no podemos echarlos al mar. El único que muestra clarividencia es Álvaro Ojeda.