"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 14 de abril de 2016

El oro: por qué causó la Gran Depresión

Krugman tiene un post contra el candidato republicano Ted Cruz, porque éste es firme partidario de restablecer el patrón oro.
 (Antes de seguir, no se preocupen: no tiene ninguna posibilidad de hacerlo, caso de que llegue a la Casa Blanca: ninguno de los principales países del G7 y del G20 le apoyarían; y es muy improbable que un país se imponga a sí mismo una regla monetaria sin la cooperación de los principales países. Sería un suicidio.)
Krugman tiene bastante razón en sus argumentos contra el patrón oro, pero Glasner le pone los puntos sobre las íes, pues dice que comete algunas ligerezas en su argumentación. 
En todo caso, vale la pena una visita al debate, que seguramente gana Glasner, pues es un gran experto en la historia del Patrón Oro y el papel central que jugó en la Gran Depresión del veintinueve (se suele poner esa cifra, año del Crack bursátil, pero la verdad es que la Gran Depresión es lo que vino después, en los años treinta). 
Pero tanto Krugman como Glasner coinciden en lo principal: el Patrón Oro, restaurado en la Conferencia de Génova de 1922, fue la causa de la gran contracción monetaria que causó la Gran Depresión.  El pecado de Friedman fue obviarlo es su explicación "tan detallada" de los hechos, grueso error que ha empezado a reparase en la economía académica, pero no totalmente. 
¿Por qué fue el Patrón oro la causa de la Gran Depresión-Deflación? 
Pensemos en lo que hace la gente, todos nosotros, cuando hay una crisis y cunde el pánico: todos buscamos convertir nuestros activos, sean los que sean, en liquidez. Esa demanda ilimitada de liquidez hace caer a plomo los precios de todo lo que es suceptible de venderse, sea lo que sea, hasta depósitos bancarios incluidos. Si la demanda de liquidez no es satisfecha por el único que puede hacerlo, el banco central, se produce lo que llamó Irving Fisher (en la única teoría que para mí sigue plenamente vigente), una Debt-Deflation: una deflación que agudiza el problema de la deuda acumulada, pues la caída de los precios multiplica el valor de la deuda por un múltiplo igual al porcentaje de caída. 
En 1930 (como en 2008), se había acumulado una gran cantidad deudas, no sólo de especulaciones previas, sino de antes: las deudas de la Primera Guerra Mundial. La caída de los precios a tasas superiores al 30%, provocaron una subida real de la deuda en un tercio. Cuando empieza una dinámica así, lo malo es que se retroalimenta, pues aumenta el deseo de obtener liquidez. 
Ahora, ¿que hicieron los bancos centrales en esa dinámica? La alimentaron. Es más, dice Glasner, la originaron, en realidad. En vez de hacer lo contrario que la gente, los bancos centrales se pusieron a demandar liquidez, su liquidez, que era el oro. Se pusieron a competir entre ellos para acumular oro, sobre todo el Banco de Francia, y luego la Reserva Federal. La escasez de oro provocó una caída de la cantidad de dinero mundial, lo que trajo la Deflación. Esa política de acumular oro, que era la base monetaria de entonces, agravaron enormememte los problemas de países como Alemania, con indemnizaciones de guerra ya impagables de por sí. Francia, la principal acreedora de Alemania, se estaba disparando a su propio hígado, pues su acumulación de oro aumentaba el riesgo de impago de Alemania. Alemania acabó denunciando la deuda cuando llegó Hitler, el cual no llegó al poder, en las urnas, sino por el malestar económico incontenible que había causado el GEO, Gran Error Oro. Hitler era un error histórico, una consecuencia no deseada de los grandes errores cometidos por la grandes potencias desde La Paz de Versalles, denunciadas por Keynes en su profético libro de 1919 "Consecuencias económicas de La Paz". El último gran error que llevó a la Segunda Guerra Mundial fue la restauración del patrón oro. 
[Plausibilidad: una demostración de la plausibilidad es que una deflación en un país no tiene por qué extenderse a los demás, si éstos no cometen el mismo error.]
Ahora hay que rematar la historia preguntándonos, ¿por qué esta vez no ha habido una gran deflación como aquella? la respuesta viene por sí misma. Porque los bancos centrales, liderados por la FED, han hecho  una política contraria a la que hicieron entonces. Si hubiéramos "gozado" de un patrón oro, es posible que la deflación habría sido similar, y la depresión consiguiente, también. 
Sin embargo, en Europa no hemos evitado el peligro del populismo, porque el Euro no ha dejado de funcionar como un patrón oro, hasta que Draghi llegó al BCE. Desgraciadamente, Europa se ha tendido una trampa a sí misma: queriendo evitar los graves conflictos de entonces, ha originado una situación social de riesgo para la Democaria Europea. 

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