"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 15 de mayo de 2016

El funcionaro perfecto. Harry Dexter White y la operación Nieve

En "la batalla de Bretton Woods", de Benn Steil (un libro muy recomendable), hay un capítulo fascinante sobre Harry Dexter White, quien sería el representante de EEUU frente a Keynes en la famosa Conferencia en la que se diseñó el orden monetario mundial para la post guerra. 
Porque White no sólo fue, en 1944, en Bretton Woods, el oponente invencible de Keynes. Según cuenta el autor, en 1941 fue el agente de la URSS que más contribuyó al ataque japonés de Pearl Harbour, que q su vez fue la espoleta que decidió la entrada de EEUU en la Seguna Guerra Mundial. 
Harry D. White era un ascendente funcionario del Departamento del Tesoro, inquieto y trabajador, hombre de confianza cada vez más influyente del secretario, Morgenthau: además tenía ideas propias, y una de esas ideas le había llevado a abrazar la causa soviética y a servir,  desinteresada pero apasionadamente, como espía de la URSS desde que empezó su carrera en el Tesoro. 
Su acción clandestina a favor de la URSS no era, en su opinión, un traición a su patria. Estaba convencido, como muchos intelectuales de entonces, que la URRS representaba el futuro, y que EEUU debía estrechar fuertes relaciones con la potencia comunista, aunque él mismo estaba lejos de ser comunista. Simplemente opinan que la URSS tampoco lo era, como se esforzaba en demostrar enmemorandos  en los que comparaba las libertades de EEUU con las de la URSS. 
Su entusiasmo se enfrió cuando Hitler y Stalin firmaron el acuerdo de no agresión en 1939 (pacto Ribentrop-Molotov), año en la que la pequeña red de espionaje se deshizo. Pero la empatía de White no había pasado desapercibida en el espionaje soviético, que en 1941 decidió reactivar a su antiguo agente para un caso mucho más trascendental: en junio 1941, Hitler decidió invadir Rusia, y ésta se temió entonces que el aliado de Hitler, Japón, les invadiera por la frente cornetas de Este.
Pero había un remota posibilidad de que Japón atacara a EEUU, y la URRS decidió movilizarse para tensar la relaciones EEUU-Japón, justo en el momento en que Japón había pedido a EEUU negociaciones para coexistir en el Pacífico: en suma, para que EEUU no les molestara en sus planes de invasión del continente chino. Unas negociaciones que los japoneses estaban seguros de llevar a buen término, dada la tibieza mostrada hasta entonces por EEUU en la agresión de Alemania en Europa. 
Pero ahí estaba Dexter White para reavivar hogueras, si éstas calentaban a favor de la URSS.
Los soviéticos mandaron a un emisario a White para pedirle que influyera lo posible a su gobierno para que las negociación con Japón se enconaran y no llegaran a buen término. El motivo era desviar en lo posible la agresividad del eje Japón-Alemania hacia EEUU, y evitar un doble frente del Eje. Mientras, White, se había hecho cada vez más imprescindible a su jefe, Morgenthau, hasta el punto que éste le había encargado que llevara en exclusiva todo lo relacionado con los problemas exteriores, especialmente el problema de Japón. Hay que decir que el Departamento de Estado, verdadero titular de exteriores, había tomado un perfil pacifista, en contra del Tesoro, donde el ambicioso White había conseguido atraer hacia sí poderes cada vez más amplios. Además, White era un verdadero convencido del activismo contra Hitler, una música que sabía muy bien que agradaba al presidente Rooselvet, quien se sentía en minoría en una administración hasta entonces muy sesgada a la neutralidad [recuerdese al padre de los Kenedy de embajador en Londres]. Sigamos a Steil:

¿Cómo llevaron a cabo esta operación? Ahí es donde Pavlov entraba en escena. Pavlov tenía apenas veintisiete años cuando fue enviado a Washington en la primavera de 1941, pues los oficiales más veteranos del servicio de inteligencia soviético habían sido diezmados por las purgas de Stalin. Su misión consistía en localizar a un «agente con influencia», Harry White, para averiguar si aún estaba dispuesto a cooperar a pesar del pacto entre nazis y soviéticos, y si así fuese, lograr que, ejerciendo su influencia en el sistema de política exterior de Estados Unidos, presionase a favor de un ultimátum a Japón que desencadenase la guerra. Cincuenta y cinco años después, Pavlov publicaría su versión sobre esta misión en un libro titulado Operatsia Sneg , (Operación Nieve)...
... La importancia de la Operación Nieve no radicó en que White actuase como lo hizo debido a que se le espoleó en ese sentido, y desde luego no por ir en contra de lo que él consideraba el interés de Estados Unidos, sino en que los soviéticos creyeron que White tenía la suficiente influencia y era lo suficientemente manejable, y que el conflicto entre Estados Unidos y Japón era lo bastante importante, como para escogerle para conseguir sus objetivos. En cualquier caso, la intervención de White tendría grandes consecuencias en el otoño. 
El 22 de junio, Alemania había roto su acuerdo con la Unión Soviética y la había invadido, momento en el que había surgido el crucial interrogante de si Japón desplazaría sus fuerzas hacia el norte contra los soviéticos, o hacia el sur contra los estadounidenses. Durante los meses siguientes, Pavlov y Akhmerov habían estado seguros de que White seguiría al pie de la letra lo establecido en la reunión en el restaurante, y así parecía ser. En noviembre, Japón había pasado a ocupar el primer puesto en las prioridades del presidente.

Se concitaron los más improbables factores para que la jugada [denominada "operación Nieve"] inicial de la URSS saliera redonda. Un White totalmente pro soviético y activista; con una influencia decisiva en las decisiones presidenciales a través de sus informes, que llegaban a manos del presidente gracias a que su jefe le había abierto las puertas... Cuando el enviado ruso a verle, White era el terreno idóneo para esa siembra; se puso inmediatamente a interferir en la negociaciones EEUU-Japón, con una eficacia tal que, cuando los japoneses oyeron las condiciones que exigía EEUU para dejarles el Pacífico en su poder (retirada de las tropas japonesas del continente), incrédulos se llevaron las manos a la cabeza. Sabían que Tokio no aceptaría, y probablemente iniciaría la guerra contra EEUU.  

No existe la más mínima duda de que White fue el autor de las exigencias principales del ultimátum, como tampoco existe la más mínima duda de que el gobierno japonés tomó la decisión de atacar Pearl Harbor tras recibir tal ultimátum. Pese a que el general George C. Marshall, entonces jefe de personal del ejército estadounidense, sugirió tras la guerra que Japón podría no haber atacado si las negociaciones no se hubiesen roto antes de finales de 1941, es muy posible que para entonces el ataque hubiese sido inevitable. Hay que destacar que los soviéticos, aliados de Estados Unidos en la guerra europea, estaban ansiosos por asegurarse de que tal ataque tenía lugar. «La guerra en el Pacífico se podría haber evitado», escribiría en el año 2000 el coronel Vladimir Karpov, oficial retirado de la inteligencia militar del GRU y «Héroe de la Unión Soviética» durante la Segunda Guerra Mundial, insistiendo en que «Stalin fue el verdadero instigador del ultimátum a Japón».
¿Cómo era eso posible? Según Karpov, «Harry Dexter White estaba actuando según un plan elaborado por [el oficial de inteligencia de la NKVD, Iskhak] Akhmerov y Pavlov. [White] fue quien preparó el memorándum para la firma de Morgenthau y del presidente Roosevelt». En esencia, Karpov sostenía que el bando soviético había utilizado a White para provocar a Japón para que atacase Estados Unidos. El plan incluso tenía un nombre, «Operación Nieve», en el que la nieve hacía referencia a White.

Pocos meses después, en diciembre de 1941, Japón atacaba Pearl Harbour, territorio nacional USA, lo que inmediatamente provocó la declaración de guerra de EE.UU al Eje Alemania-Italia-Japón. 
Así fue como Harry Dexter White, el espía soviético, futuro oponente -y vencedor- de Keynes en la conferencia de Bretton Woods, fue la espoleta que metió a EEUU en la guerra... Lo que fue celebrado por Churchill [El Imperio británico no ha tenido fortuna mayor en toda su historia». Por fin había ocurrido lo que tan desesperadamente deseaba: que Estados Unidos entrase en la guerra. «Me fui a la cama y dormí el sueño agradecido de los que se saben salvados.» ]y la URSS [En Moscú, los sentimientos eran similares. «Soltamos un profundo suspiro de alivio», recordaría posteriormente el director de la división estadounidense del Departamento de Inteligencia de la NKVD, Vitali Pavlov; 97 además, hay que señalar que no se trataba de meros vítores desde la banda del campo de juego, puesto que Pavlov había participado en la preparación del ataque en secreto.], pues por primera vez se aclaraba el panorama de la guerra hasta entonces europea. 
Bien se puede decir que Hitler empezó a perder su guerra cuando invadió la URSS, en donde enterró a su ejército. Ahora bien, ¿hubiera ganado la URRS a Alemania sin la jugada maestra de "operación nieve"?

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