Berlín, lunes 20 de marzo de 1922
... Cuando se fueron todos los invitados, él y su señora me retuvieron un rato y seguimos hablando sentados en el sofá. La conversación se orientó a sus teorías; le dije que entendía su importancia, pero que no las comprendía. Einstein sonrió y dijo: son muy sencillas, quiero exponérselas en pocas palabras, de tal manera que las comprenderá inmediatamente. Imagínese una esfera de cristal, que está quieta en la mesa, y en la parte de arriba está colocada una luz. En la superficie de la esfera hay círculos planos o escarabajos (en dos dimensiones) que se mueven allí. Por tanto, la imagen es muy sencilla. La superficie de la bola, si la consideramos en dos dimensiones, es un espacio ilimitado, pero finito. Los escarabajos se mueven en dos dimensiones en una superficie ilimitada, aunque finita. Y si se miran ahora las sombras que los escarabajos proyectan en la esfera de la mesa gracias a la luz, la superficie que estas sombras cubren en el tablero de la mesa y su prolongación en todas las direcciones es igualmente ilimitada, la mismo que la superficie en la bola, pero finita; es decir, el número de bolas, de sombras o de las secciones cónicas sobre el tablero de la mesa idealmente engrandecido corresponde siempre tan sólo al número de escarabajos sobre la esfera; y puesto que este número es finito, también es necesariamente finito el número de sombras. Aquí tendríamos, por tanto, la representación de una superficie ilimitada, pero finita. Y si ahora, en lugar de las sombras bidimensionales de los escarabajos, nos imaginamos esferas concéntricas tridimensionales, podemos trasladar a éstas exactamente la misma representación, y tenemos entonces la imagen de un espacio (tridimensional), ciertamente ilimitado, pero finito. Ahora bien, añadió, la importancia de mis teorías no descansa en estos procesos de ideas y representaciones, sino en la conexión entre la materia, el espacio y el tiempo, en la demostración de que ninguno de estos tres tiene consistencia por sí mismo, sino que cada uno está condicionado por los otros dos. Esta unión indisoluble entre la materia, el espacio y el tiempo es la novedad de la teoría de la relatividad. Pero no comprendo, dijo, por qué la gente se apasiona tanto por esto. Cuando Copérnico sacó a la tierra de su posición como centro de la creación, era comprensible la conmoción, pues con esa teoría de hecho se proponía una revolución en todas las ideas humanas. Pero ¿qué cambia mi teoría en el mundo de las representaciones comunes? Es una teoría compatible con toda concepción racional del mundo o toda filosofía; a partir de ella se puede ser idealista, materialista, pragmático, o lo que se quiera.
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