Lo curioso es que la mía está hablando con una tía que está a 400 metros, por una calles agradables de chalecitos y una temperatura idónea para quedar. No, pero prefieren esto, las ondas, el aparato reproductor pegado al oído, que debe tener un magnetismo que nosotros no se lo vemos. Lleva una hora. El final no se adivina.
Risas. Se están contando nonadas. Cuando hay risas, chorradas. De repente, el tono se pone serio. Hablan de colegios. Consejos: "Pues Fulanita lleva a los suyos a..."
Somos tan sistemáticamente distintos. Hay días que te vas a hacer algo una hora, y vuelves y sigue hablando, no sabes si con la misma con una que vive en Alemania. Ah, acabo de oír, "bueno, te dejo, que tengo que... Eh, jajaja, no me digas! y otra vez rebobinan el carrete interminable.
Este curita que habla en este vídeo lo explica perfectamente. Los curas conocen bien a las mujeres: la confesión. Los hombres no se confiesan. Las mujeres lo hacen con naturalidad.
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Ponga Ud. lo que quiera, Muestre su airada y justa indignación, su santa Ira, pero respete un mínimo sentido del decoro. Tenga en cuenta que las opiniones son libres, los sentimientos ofendidos dignos de reparo, pero serán tanto más respetados cuanto su expresión esté más alejada de lo vulgar.