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DECADENCIA DE OCCIDENTE

lunes, 27 de junio de 2016

Mujeres al teléfono

Es típico de las mujeres cuando hablan por teléfono amagar que se acaba la charla, con expresiones, bueenooo cariño y, a continuación, reanudar el hilo de la conversación desordenada y confusa, que se convierte en un magma de tamaño incontrolable. Pero lo malo es que, cuando se acaba, te la cuentan con pelos y señales, aunque no conozcas a la intercepta, ni de quién habla, ni te interese lo más mínimo. El mujerío, que nada tiene que ver con el feminismo. 
Lo curioso es que la mía está hablando con una tía que está a 400 metros, por una calles agradables de chalecitos y una temperatura idónea para quedar. No, pero prefieren esto, las ondas, el aparato reproductor pegado al oído, que debe tener un magnetismo que nosotros no se lo vemos. Lleva una hora. El final no se adivina. 
Risas. Se están contando nonadas. Cuando hay risas, chorradas. De repente, el tono se pone serio. Hablan de colegios. Consejos: "Pues Fulanita lleva a los suyos a..."
Somos tan sistemáticamente distintos. Hay días que te vas a hacer algo una hora, y vuelves y sigue hablando, no sabes si con la misma con una que vive en Alemania. Ah, acabo de oír, "bueno, te dejo, que tengo que... Eh, jajaja, no me digas! y otra vez rebobinan el carrete interminable. 
Este curita que habla en este vídeo lo explica perfectamente. Los curas conocen bien a las mujeres: la confesión. Los hombres no se confiesan. Las mujeres lo hacen con naturalidad. 

VIDEO



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