"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 22 de julio de 2016

Capital y financiación

In the tranquil view which the modern theory of value presents us there is one dark spot which disturbs the harmony of the whole. This is represented by the supply curve, based upon the laws of increasing and diminishing returns. That its foundations are less solid than those of the other portions of the structure is generally recognised. That they are actually so weak as to be unable to support the weight imposed upon them is a doubt which slumbers beneath the consciousness of many, but which most succeed in silently suppressing. From time to time someone is unable any longer to resist the pressure of his doubts and expresses them openly; then, in order to prevent the scandal spreading, he is promptly silenced, frequently with some concessions and partial admission of his objections, which, naturally, the theory had implicitly taken into account. And so, with the lapse of time, the qualifications, the restrictions and the exceptions have piled up, and have eaten up, if not all, certainly the greater part of the theory. If their aggregate effect is not at once apparent, this is because they are scattered about in footnotes and articles and carefully segregated from one another. (Piero Sraffa, op. cit.)

El capital ha significado en economía el monto de medios de producción producidos: es decir, todo lo que se produce para producir otros bienes. El capital aporta una serie de ventajas, que se resumen en que con el tiempo se abarata el coste de producción y se mejora su calidad. Sobre todo, la inversión incorpora la innovación tecnológica que es la base de los saltos adelante en calidad de vida u disponibilidad de más recursos para atender las necesidades más perentorias. 
El capital es un desvío temporal que permite luego aumentar la eficiencia de la producción. 
En economía hay una tendencia muy fuerte, irresistible, a considerar capital todo lo que se puede acumular para usar en el futuro. Así, sería capital el dinero, las acciones, los bienes físicos instrumentales, ytodo lo que no es vendido en el periodo usual de producción ni es un ser humano. 
Capital, por una parte, y trabajo, por otra, serían los dos factores únicos de producción. Combinados segó la tecnología disponible, transforman las materias primas y los bienes intermedios en nuevo capital u en bienes de consumo. 
Es decir, se suele dar por supuesto que el capital es agregarle y convertible a una cifra. Esto es una falacia que fue desentrañada por Piero Sraffa, un italiano con pleno derecho a estar en primera línea de la historia económica, aunque poca gente le ha hecho caso. Sraffa acabó sus días en Cambridge, porque Keynes le invitó. Allí hizo trabajos imperecederos, pero la verdad, poco o nada fácil de ser utilizados. 
Sin embargo, sus críticas a la economía usual fueron demoledoras. Se pueden considerar como las críticas de Hume a la razón, demoledoras definitivamente, pero que es mejor guardar en el cajón si no queremos volvernos locos. 
Sraffa escribió u artículo inmortal en 1926, "The Law of Return under Perfect Competition". El el que trituraba sin piedad la lógica neoclasica de la curva de oferta. 
La curva de oferta neoclásica, de pendiente positiva (es decir, que es más alta cuanto mayor es el precio) se deducía de un tinglado lógico-matemático en el que no voy a entrar, pero cuya elemento esencial era la ley de los rendimientos decrecientes. Eso es, cuanto as se intensificaba el uso de las instalaciones para aumentar el nivel de producción, el incrementos de costes era mayor que el incremento de ingresos -que era el previo, fijado por el mercado). 
La empresa racional llevaría la producción hasta que el incremento de coste se igualara al incremento de ingreso por unidad: ergo, la curva de coste marginal es la curva de oferta de la empresa. 
Ese es el ABC que se enseña en todas las universidades, pero es una falacia como un templo. 
Sraffa demostró que la empresa no se enfrenta a un precio dijo cuando aumenta la producción: las de,as empresas reaccionarán y moverán los precios. Esto destruye el supuesto de que el aumento del ingreso por aumentar una unidad la producción es el precio fijo. 
Segundo, el supuesto de que los rendimientos son decrecientes para una dotación de capital depende de suponer que el capital es una sustancia homogénea, divisible, cuando en realidad los bienes de capital son heterogéneos y de vidas útiles muy diferentes. La empresa se forma con una dotación muy superior a la que predicaban los neoclasicos, por lo que los rendimientos rápidamente decrecientes pueden ser verdad para una empresa concreta, pero para una industria es absurdo: en realidad tardan en aparecer, porque lo que hay es un dotación con suficiente capacidad para que los incrementos de costes por unidad sean decrecientes durante largos periodos. Lo más normal es que haya rendimientos crecientes de escala, es decir, costes decrecientes con aumentos de producción. Asesinato de la curva de oferta de pendiente positiva. Muerte del las dos hojas de la tijera (demanda, oferta) que Marshall consagró como la base de la economía. 
La gran aportación de Sraffa fue demostrar que el capital es un conjunto heterogéneo e imposible de agregar, de cosas tan opuestas como una plataforma petrolífera y un silo de trigo. Y, sobre todo, que capital no es capital financiero. 
El capital financiero define la propiedad del capital físico, y desde luego es fundamental su capacidad para dirigir el ahorro de todos hacia la inversión productiva. Pero suele confundirse una bolsa muy alta en valoración con un gran estado de la inversión. Esto es falso, como expliqué en el post anterior
El nivel de la bolsa es sobre todo, y casi nada más, que efecto de la especulación en el mercado secundario. Es decir, cambio de propiedad de unos títulos que ya ha financiado la inversión de la empresa que las emitió. Por eso no computa como PIB. No es valor añadido: si alguien compra unas acciones o bonos, no está invirtiendo (lo que es una mala expresión), sino habiendo un simple cambio contable con el que poseía los títulos. La bolsa sube más deprisa cuanto a más velocidad se hacen estas operaciones, y cuantas más veces cambian de mano por unidad de tiempo. Una subida en flecha de la bolsa no significa más que una especulación desenfrenada de títulos ya existentes. 
(Hay gente como el gurú Daniel Lacalle que confunde esto con un gran auge del PIB. Hay mucha gente de bolsa que confunde las dos cosas.)
El gráfico que publicaba ayer demuestra el gran auge de la especulación sobre la inversión real: capitalización bursátil sobre inversión real en EEUU (escala semilog).

 

Como vemos, el nivel actual de este indicador está mucho más alto que el anterior máximo, el previo a la crisis de 2000, lo que no es tranquilizante. 
Sin embargo, esta euforia genera más euforia. No estoy prediciendo un gran colapso, pero si la probabilidad de un corrección. 

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