De Paul Krugman saco este gráfico (datos FMI) que habla bien a las claras del problema del euro. El euro no puede funcionar si resulta que, desde que se creó, Alemania sigue ganándonos en competitividad a los españoles.
Eso es el ajuste vía deflación interna: un fraude. De nada ha servido la enorme contracción de la demanda y del empleo en España para que luego Alemania siga siendo más competitiva que nosotros, en términos de precios relativos (deflactor del PIB). Si por lo menos Alemania hubiera impulsado su gasto interno y sus precios y salarios... pero Alemania es unidireccional.
La teoría que justifica al euro es una falsedad. Nunca iba a funcionar. Ahora, bajo circunstancias excepcionales - caída del precio de la energía, política monetaria ultra expansiva - España ha reaccionado al alza. Pero esas circunstancias no son eternas, y no han originado más que una reacción pasiva de la economía española, como explicaba el otro día brillantemente Miguel Buesa: crecimiento por transpiración, no por inspiración; es decir, no por aumento estructural de la productividad, sino por aumento de la demanda y del empleo de baja calidad. Y eso era precisamente una de las excusas del euro: que ajuste vía tipo de cambio no servía de nada, porque se eludía la verdadera reforma...
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