Porque esa es la visión española mayoritaria, sanchopanzista, que disuelve obstáculos para llegar al sueño ideal de la isla Barataria, donde todos seremos igual de ricos, y en euros. Porque esto de la igualdad es muy importante dónde la envidia es la pasión nacional por excelencia.
Con planteamiento como los de Sosa Wagner no se endereza a Europa, porque no se reconocen los verdaderos problemas que hay por delante, los cuales - esto es bien triste - han sido causados y agravados por las propias instituciones europeas, como el euro.
En Europa antes de Maastritch no había más que muchos problemas solubles con el tiempo. Desde entonces, se generaron fuerzas incontrolables, que - parece imposible- nadie, nadie, fue capaz de vislumbrar. El euro dio origen a unos movimientos de capitales de norte a sur que ahora se han convertido en deudas de sur a norte. Mientas, el norte se niega a ver que esas deudas son tan grandes que impedirán, durante medio siglo al menos, la normalidad económica y social de los paises del sur.
Y mientras, estos intelectuales a la violeta, que no han comprendido el sanchopanzismo de España, ni la pasión nacional, nos vienen a hablar de "su" solución, su utópica solución, en la que no se sabe cómo se resuelven esos problemas de deudas estrambóticas y acreedores duros como el pedernal.
Y, dale que te pego, siguen diciendo lo mismo, e incluso se atreven a criticar la última propuesta (no oficial, pero oficialista) de permitir una Europa a dos velocidades. Una Europa a la carta, dicen ellos mordazmente.
Lo que les puede garantizar es que la solución el galimatías de Europa no saldrá de España, en la que sólo caben este hooliganismo a la violeta, Rajoy y su pasividad, o la jauría de Podemos. España tomará lo que le toque, y eso creará frustración, lo que no se sabe que consecuencias políticas puede tener.
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