El análisis macroeconómico convencional pone su énfasis en el producto (potencial) generado por la capacidad productiva, y en el optimismo de los consumidores y las empresas que crea la demanda para este producto. Si esta última es insuficiente, surge una brecha de producción recesiva, que puede ser parcialmente compensada por las políticas monetarias y fiscales. La capacidad productiva existente (y en expansión) no sólo genera producción sino también riesgos, los cuales requieren demandas correspondientes. Si la demanda de riesgo es insuficiente, salen brechas de producto y riesgo. Estas brechas se alimentan entre sí y tienen el potencial de causar contracciones profundas. Para ver estas interacciones y el papel de la política monetaria en este entorno expandido, imagine una situación en la que la incertidumbre macroeconómica aumenta. La primera reacción ante tal choque es la reducción del deseo de los agentes económicos de sostener el riesgo producido por la capacidad productiva, incorporado en los activos financieros generados para financiar esa capacidad. En este contexto, la política monetaria funciona reduciendo el costo de oportunidad de las inversiones riesgosas. Al reducir las tasas de interés seguras, el banco central eleva la prima de riesgo de la renta variable y, por tanto, compensa a los agentes económicos por la mayor incertidumbre que perciben al mantener activos riesgosos. Es decir, la política monetaria cierra la brecha de riesgo, y al hacerlo impide la apertura de una brecha de producto.
¿Pero qué pasa si las tasas de interés no pueden ajustarse lo suficiente para compensar totalmente el aumento de la volatilidad incrementada? En las economías desarrolladas, es probable que esto suceda debido a la proximidad al límite inferior cero (o al límite inferior efectivo por debajo del cual podría haber un impacto negativo sobre el sistema financiero), mientras que en las economías de mercados emergentes es más probable que la restricción surgen de preocupaciones con fuertes depreciaciones o picos inflacionarios. Luego se crea una brecha de riesgo y disminuye los precios (arriesgados) de los activos, lo que reduce el consumo a través de un efecto de riqueza e inversión a través de un canal de valoración estándar (marginal-Q). Esto provoca una brecha del producto, que reduce los beneficios y los precios de los activos, y aumenta aún más la brecha de riesgo.
En resumen, la economía mundial es actualmente "bipolar", en el sentido de que existe una distancia muy corta (en el espacio de volatilidad) entre el entorno actual (buen momento, baja volatilidad, alta especulación) y una recesión global inducida por un riesgo punto de percepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ponga Ud. lo que quiera, Muestre su airada y justa indignación, su santa Ira, pero respete un mínimo sentido del decoro. Tenga en cuenta que las opiniones son libres, los sentimientos ofendidos dignos de reparo, pero serán tanto más respetados cuanto su expresión esté más alejada de lo vulgar.