"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 30 de septiembre de 2017

La Iglesia, como siempre: buenista, hipócrita, pero en el fondo trabucaire

La Iglesia tiene la misma actitud oficial ante los acontecimientos importantes: negar los conflictos, llamar a la conciliación y al perdón, al diálogo y a La Paz. Al mismo tiempo, ella, sutilmente, tiene posiciones muy definidas antes los hechos, lo que pasa es que las posiciones están divididas entre los distintos grupos, y son inconciliables. Así, hay una Iglesia pro etarra, una pro independentista, una comunista, etc, cada una con su nombre y apellidos. Lo que no hay es una Iglesia realmente democrática, que defienda con convencimiento el liberalismo democrático. No la hay. Hay más de cualquier otra cosa que democracia liberal. Para empezar, odian el capitalismo, lo que sintoniza muy bien con este país. Ante esta profunda división, el Papa se esconde... o se regodea porque está de acuerdo. Espero que se entienda que en la expresión liberalismo democrático incluyo la social democracia. Leche de biberón para muchos curas. 
Un ejemplo es el escándalo de la posición oficial frente al secesionismo catalán, que es la que deben seguir los fieles. (De paso, ¿como se entiende que el Obispo Blázquez, que fue descaradamente pro etarra en su paso por la diócesis de San Sebastián, sea el presidente desde hace años de la conferencia episcopal española, la CEE?. Yo no lo puedo explicar, sino es por la gran división y, por ende la enorme mentira que hay que tener para mantener las apariencias.)
Pero vayamos a los hechos. Ante la amenaza de secesión de Cataluña, tenemos los siguientes manifiestos oficiales, con los que los pobres fieles pueden romperse la cabeza, aunque afortunadamente para ellos, que sólo quieren mantener su paz sin más complicaciones, ninguno los lee. Es más, debe ser un gran curativo tener sobre la chepa una institución que te lava tus faltas sean del tamaño que sean. Pues entonces que no se metan en la realidad, que la dejen al margen, que, como decía san Agustín, se ocupen de la Ciudad De Dios. 

1) La declaración oficial de la CEE es lo de siempre: sobada melifluidad que debería darles vergüenza, de la que al final no se sabe que pensar del conflicto. Pero hay un detalle que apenas pasa apercibido, que es la referencia al la Conferencia Episcopal de Cataluña (llamada Tarraconense), como última palabra en la interpretación del conflicto. Es decir, la Iglesia española, que sea por encima de la catalana, se supedita a lo que diga ésta.

2) Bien, pues vayamos a ella, porque como dice la CEE, ha ella se remiten. ¿Y qué nos encontramos? Pues, créanlo o no, nos encontramos DOS, sí dos, declaraciones totalmente antagónicas, una posición mayoritaria, meliflua como es obligado apenas más osada que la de la CEE, y otra firmada por los obispos y agrupaciones eclesiásticas, separatistas, reclamando el derecho del pueblo catalán a autdeterminarse. Así, con un par. Quiero decir una división como un par. 
Imagínense el fiel con un poco de agudeza que lee la declaración de la CEE, y por curiosidad va a la de la "Tarraconense" y se encuentra con un giro de 180 grados ¡qué digo, de 360, si se me permite! Giro que, inequívocamente,  pone en realidad a la Iglesia a favor de referéndum, puesto que la española se ha remitido a lo que diga la Tarraconense... que dice que los catalanes tienen en derecho a manifestar sus deseos y a llevarlos a cabo. ¡Que cristianismo más sutil! Luego, pase lo que pase, cada uno seguirá en su puesto. 

La Iglesia no ha cambiado desde que yo era niño y alumno de un colegio religioso. Tanto es así, que estéticamente sigue trasnochada, como se ve en su emblema, que  no ha cambiado en 60 años: 



Ese logotipo es exactamente igual de feo, estúpido, banal y asexuado que cuando yo era niño. Si no me equivoco tiene un sabor al Concilio Vaticano II, aquel en el que se abrieron las puertas a las ideas comunistas, al todo vale. Los curas - españoles al menos -, siguen hablando igual de gangosos y amanerados que entonces, lo que les da un inevitable aire de hipócritas. Un cura es un cura, pero no es igual catolico y en España (o Italia) que en otra parte, porque la regla del virginato les obliga forzosamente a ser antinaturales. No es la única razón de crítica, pero es lo primero que salta a la vista: ¿por que este tío, jefe de la Iglesia española, es taaann amanerado? Y por qué es tan mentiroso? Y por último, por qué es pro etarra? 

4 comentarios:

interbar dijo...

Porque no soportan la libertad con mayúsculas y se apuntan a cualquier ideología que convierta a los hombres en ovejas.

Enrique dijo...

No es que no soporten la libertad,es querer mantener su estatus en la comunidad.Es cobardía.

Enrique dijo...

Habría que dedicar un día una entrada a Francisco. El comunista y teólogo de la liberación encubierto.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Pues sí. A ver cuando tengo información suficiente