"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 27 de enero de 2018

Apalancamiento y subida de activos, mala conjugación

El apalancamiento ha vuelto a subir en EEUU. Como vemos en la gráfica, el total de pasivos de las familias, después de un breve receso en la crisis, ha levantado el vuelo. 



Esto, aparentemente, no es preocupante, pues siempre las familias han tenido un saldo positivo entre activos financieros y reales y deudas. Ahora bien, en 2008 se cometió el error de comparar las deudas por su valor de contratación con los activos por su precio de mercado, lo que gracias a la burbuja, exageraba mucho el valor del activo. Cuando éste se desinfló al pinchase la burbuja, lo que quedó a la vista es una situación patrimonial negativa para muchas familias, incapaces de pagar sus deudas hipotecarias. 
En el gráfico siguiente, vemos en que tiene materializado gran parte de su activo este sector:



En primer lugar, los activos físicos, principalmente viviendas, que es donde invierten principalmente las familias  (línea roja). Después, llama la atención lo que ha crecido la adquisición de acciones (línea azul), mientras que los bonos (línea verde) se han mantenido estables en torno a 4mm de dólares. 
Es decir, tenemos unas deudas en torno a 15 mm $ por el lado del pasivo, y 4mm en bonos, 16 mm en acciones, y unos 27 mm en inmuebles. Obviamente éstos cubren más que de sobra la deuda, y la otra parte del activo. 
Los análisis que se hicieron previos a la crisis, cometieron el error de tomar el precio de mercado de los activos como sólidos, es decir, cuyas caídas no alcanzarían a provocar problemas de insolvencia. Un error que cometimos todos, y me incluyo, porque la diferencia entre activo y pasivo era abismal. Ahora, por ejemplo, el activo tendría que caer de 47 mm a 20 mm para empezar a preocuparse por inpago de créditos. Pero esto se demostró totalmente falso: la caída del “Real State de 24 a 18 mm bastó para desencadenar una Gran Recesión. A ello hay que añadir lo que cayó La Bolsa, de 10 mm a 5 mm, y ya tenemos que los activos perdieron unos 11 mm y el balance final ya no fue tan positivo. La caída de otros activos no representados, como fondos de inversión y de pensiones, hicieron el resto. Cuando todo cae no hay más refugio posible más que el dinero. 
Ahora imagínense todo esto conectado a los bancos y al resto del mundo, para vislumbrar lo que pasó. Los mercados del crédito se colapsaron, hasta el punto de que el comercio internacional cayó a cero. 
¿Puede suceder otra vez? Obviamente, y lo que más debe intranquilizar es el nivel de apalancamiento. El apalancamiento es lo que forma el entramado que liga la suerte de unos sectores a otros, de manera que si uno cae, es muy difícil que no lo haga el acreedor. Y el acreedor es deudor de otro acreedor, que a su vez...
Dicen que los bancos están más y mejor regulados, y que tienen una cobertura de capital más importante. Pero el problema es el riesgo sistémico. El riesgo de contagio de una entidad a otra cuando todo se está cayendo. La regulación Macro prudencial - esencialmente vigilar el crédito - ha sido demasiado tímida. 
Es obvio que el precio de los activos físicos y financieros están creciendo mucho, mientras que las deudas suben incontinentes. Es difícil, como demuestra la experiencia, que todo vuelva a la normalidad por sus pasos contados. 

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