"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 3 de enero de 2018

La drástica reducción del coste de la deuda del gobierno. La necesidad de recentralizar

 En el interesante artículo de Salvador Jiménez y Carmen López, en FUNCAS, los autores explican la radical contracción del coste medio y marginal de la deuda. 
Para ello se han tenido que producir dos nuevas condiciones. Una, a partir de 2015, ante la inoperatividad del BCE en sus intentos de luchar contra la deflación, decide dejar de esterilizar las operaciones de compras de activos, lo que decididamente baja los tipos de interés, algunos a menos de cero. Ante esto, el gobierno se encuentra con un descenso radical del coste de interés de la nueva deuda, a vencimiento más largo, lo que le permite recaudar fondos en muchas mejores condiciones para su financiación y de paso para la financiación de las CCAA, que son las grandes beneficiadas. 
Así, el estado central se enfrenta a un coste de interés de los nuevas emisiones del 0,69%, frente al 3,9 del año 2011. 
La segunda causa de mejora de las CCAA es la reorientación hacia la financiación de estado, lo cual se manifiesta en un tipo de interés medio que baja del 3,64% al entorno al 1,4% para algunos, y de un 2,4% para otras, aunque éstas reconvierten el plazo de sus deudas a un vencimiento más largo y beneficioso. 
El gobierno, a través del incentivo de interés subvencionado (en una estrategia clara de palo y zanahoria), obliga con más convicción a la CCAA a controla más su déficit, lo cual facilita que en 2017 se llegue a cumplir el compromiso de déficit total con la UE - y por primera vez en años se alcance un superávit primario. Por otros caminos, el gobierno decidió usar una política de persuasión similar con los ayuntamientos, algunos de ellos viéndose obligados a cumplir un límite de gasto. 
Según los autores, 

Esta decisión, que en principio podría supo­nerse transitoria con el objetivo de ayudar a las comunidades a que cumpliesen sus objetivos fis­cales, dadas las dificultades que estaban teniendo para reducir sus déficits presupuestarios, más si cabía cuando no se llevaba a cabo una reforma del sistema de financiación autonómica –que tres años después sigue sin llevarse a cabo–, terminó por convertirse en permanente y vigente hasta la actualidad. Es más, en 2015 se decidió que toda la deuda que tuviesen las comunidades autóno­ mas frente al Estado, devengaría en el año un tipo de interés del 0%. Y se estableció que, en adelante, en toda la deuda que tuvieran en ese
momento con los mecanismos de financiación estatales se novaría el tipo de interés. Este nuevo tipo se situó en el 0,834%, sustancialmente por debajo de los previamente establecidos. Esta última medida, dado que el volumen de deuda con los mecanismos estatales ya era muy elevado, supuso una reducción de la carga de intereses muy relevante, cuyos efectos, continúan teniendo impacto en la actualidad.

¿Una decisión inteligente o una añagaza de Montoro “el zorro”, aprovechando de esta manera la política de BCE? 
Yo creo que pensando en las alternativas - dejar que cada palo aguantara su vela - ha sido una inteligente manera de salir del paso, pero también inteligente manera de demostrar que con el estado fragmentado actual no podemos seguir. Habría  que aprovechar que las CCAA, incapaces de autofinanciarse, no puedan seguir siendo autónomas en el gasto, descoordinado del resto del estado. Hay que ir a una recentralización, que se hace cada vez más urgente, ya que hemos conseguido algo así, aunque con subvenciones, en el aspecto financiero. 
El resultado final es que el control del déficit logrado para las CCAA, y en definitiva, para toda la Administración, es bueno para las perspectivas españolas para los años  que vienen, pero ha de consolidarse. 
Montoro se parace cada vez más al Mago de Oz. 

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