Leer lo mal que va este país con el soplahojas funcionando no es agradable. Cuando se calla se oyen los ruidos habituales de la calle, que son los que me gustan: el pio pio de los pájaros, un coche que pasaba por ahí, un voz humana, o dos, etc. Y me digo: mientras se oiga esta música, todo va bien.
He llegado a la conclusión que El Progreso es ruido, y como soy progresista, pues me aguanto. Todos los ruidos por El Progreso! lo que pasa es que se debería limitar. Aquí, a la puerta de casa, bueno, pero si vas a un parque lleno de plantas, pájaros, brisa marina, y oyes el sopla hojas, Ah no, entonces No! Que le den por c. Al progreso!
Aparte de eso leo con desgana que le han partido la nariz a una señora en Cataluña, y nadie ha hecho un gesto de desagravio, pese a ser una mujer. Las feministas, nada. Silencio. Parece que es más importante para ellas la secesión y esas impertinencias.
Arcadi Espada nos recuerda que hace 40 años ataron a Federico Jiménez Losantos a un árbol y le pegaron un tiro en la rodilla, en nombre de la misma consigna. Y nadie dijo nada, ni un desagravio, nada. Me acuerdo perfectamente de la indignación que me produjo.
Voy a seguir leyendo, a ver si encuentro un hilo de esperanza.
Ah!claro, nadie ha entendido nada de la campaña de los lazos amarillos. Son condones. Es una secuela Catalana, algo confusa, del póntelo, pónselo. Para e ser que la gente pasa del condón, y coge unas sifilis de ahí te espero. Los catalanes, siempre tan vanguardistas, han aprovechado su lucha por la independencia para que los suyos usen el condón. Y lo que esa señora quería era coger uno. Para su hijo, o su marido, cualquiera sabe.
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