Yo me lo temía. Como miembro del PSC que, supongo, es.
Mientras, los secesionistas van ganando la batalla de la propaganda exterior, aunque sólo sea porque hay gente boba en todos lados, a los que falta romanticismo en sus vidas y creen que Cataluña es una colonia de España.
Lo único que le queda a Borrell, en defensa de su dignidad, es, me temo, dimitir estruendosamente. Por lo menos no tendríamos esa cortina de humo que a muchos les impide ver que este gobierno es decididamente anti español, lo que parece que a Borrell le importa una higa.
Supongo que lo que le pasa por la cabeza al señor Borrell es que a sus años ve un horizonte de ser “algo” cada vez más estrecho, y eso a ciertas edades es determinante. Nadie quiere irse a casa. Se podía haber quedado como presidente del Parlamento europeo, pero eso le parecía poco. Y ciertamente tiene en sus manos representar un papel importante en donde está. Pero no sé si le han maniatado o tiene el síndrome de Estocolmo.
Por cierto, ¿de qué le sirven sus rimbombantes cargos europeos que tuvo antes?
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