"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 2 de noviembre de 2018

Aprendan de los años treinta: todo esto ya pasó

Estamos saliendo de la crisis económica, dicen, pero no de la crisis política. La primera ha descoyuntado la estabilidad política, y la democracia liberal (que es la única posible, la que abarca de la derecha moderada a la socialdemocracia) está en peligro. Está en peligro por sus propias debilidades, porque no es capaz de defenderse a sí misma. En los años treinta del siglo pasado tampoco lo fue. Fue barrida de un escobazo por los comunistas y fascistas, a los que se aferraron unos con rencor y los otros creyendo que era la única defensa de su modo de vida. 
La crisis del veintinueve fue terrible. Entonces no había una teoría económica que hiciera frente a una crisis así, y aunque Keynes intentó aportar ciertas cosas, sólo Franklin D. Roosevelt le entendió, y mal que bien - como en el presente - EEUU fue el único país, junto Inglaterra, que no tuvo coqueteos con el comunismo ni el fascismo, a pesar que sí hubo brotes. Pero ambos países se aferraron a la democracia liberal, y no cayeron en los errores y los horrores de la Europa continental, verdadero galimatías de cruces gamadas y hoces y martillos. 
Encima algunos vieron en el fascio un freno eficaz al comunismo, terror de la clase media, y eso sembró con gran eficacia la semilla del fascismo. La polarización resultante trajo más polarización. Eso hirió de muerte aún más la democracia liberal europea, que quedó totalmente desacreditada y sin fuerzas para no ser roída por sus dos peores enemigos. Ambas nuevas fuerzas la tacharon de fachada de los burgueses, unos, o de puerta abierta al comunismo, otros. 
En este caldo de cultivo el que sacó mejor provecho de la propaganda, por ir siempre por delante y ser más astuto, fue el comunismo. Formó el Komitern, sito en Moscú, desde el que se repartían consignas y argumentos mendaces para convertir a Europa al comunismo. Una de las mentiras más eficaces de Stalin fue que él intentaba defender la democracia, y ordenó a los partidos comunistas europeos, bien disciplinados, aliarse con la burguesía demócrata, eso sí, bajo el control Máximo posible del comunismo. 
Así fue como la República española no fue una verdadera República española, sino un Frente Popular dirigido por Stalin, a través curiosamente del PSOE, partido en realidad extremadamente marxista y convencido de sublevarse contra la República, a la que tachaba de “burguesa”. Los estalinistas tuvieron que hacer grandes esfuerzos para que Largo Caballero & co no se saltaran ciertas reglas de disimulo. Deberían gobernar de hecho, pero con peleles adyacentes de otros partidos burgueses, como Azaña. Azaña nunca se enteró de que era una marioneta de Stalin. ¿O sí se enteró? En su obra “La velada de Benicarló” especie de exculpación de sí mismo contra el resto, parecía más convencido de la culpa de la España eterna, España en su historia que él detestaba, en la que encalló su Republica, que él pretendía haber manejado con su intelecto montando el tigre del socialismo-comunismo. 
Desagraciadamente, gracias a las elecciomes, Hitler llego al poder, cosa de la que todavía no se han enterado muchos intelectuales “demócratas”, que creen que la democracia es perfecta para defenderse a así misma. 
El único que supo ver el Mal sin fisuras que era Hitler fue Churchill, hasta el punto que desde una minoría inglesa fue capaz de convencer a su país de que ceder ante el Monstruo era la desaparición de Inglaterra. Fue el único que se enfrentó al Mal, mientras Francia se rendía y capitulaba el régimen de Vichy, lo que no le sirvió para que Hitler no invadiera toda Francia.
El ataque de Hitler contra Rusia, en 1941, con quien se había aliado en 1939, fue su gran error a largo plazo. El ataque de Japón a Pearl Harbour, fue el segundo error del Eje Alemania-Japón-Italia, pues abrió la puerta a la participación de EEUU, lo que inclinó definitivamente la balanza y le dio la razón a Churchill. 
La Democracia Liberal está siempre en peligro si no la defiende algún dispositivo disuasorio. Tiene en su esencia su propia debilidad, pues no puede negarse a la llegada electoral de sus enemigos. Con un buen disfraz cualquier enemigo puede presentarse y ganar la elecciones y acabar con ella, aún sin cambiarla el nombre, como vemos en Venezuela o Ecuador. Pero cualquier mecanismo de defensa, como las elecciones mayoritarias o la prohibición de ciertos partidos, no son garantía suficiente; quizás necesaria, pero no suficiente. Ahora bien, en España, la prohibición de los nacionalismos y la elección  mayoritarias, y una descentralización más razonable, nos hubiera evitado estar donde estamos, a las puertas de la destrucción de la mano de un gobierno en realidad en manos de los ultra comunistas de U-Podemos. 
Así que estamos en una situación similar a la de los treinta del siglo XX. Una nueva crisis como la de 2008 debilitaría definitivamente las defensas de la democracia. No necesariamente habría un Hitler belicoso desando invadir países adyacentes, pero con todo sería inevitable más belicosidad y, ciertamente, el fin de la UE. Así que lo que mejor podemos hacer es evitar una crisis, aunque algunas condiciones, como las deudas gigantescas, la harán posible. 


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