"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 10 de noviembre de 2019

España, 1933-2019

Zarzalejos nos advierte en su columna de hoy, en “El Confidencial”, que si nos vemos abocados a otras elecciones serán Constituyentes, por defección del régimen de 1978. 
Es posible que tenga razón. No lo sé. Lo que sé es que este momento me recuerda otro de la historia de España, las elecciones republicanas de 1933 que ganaron las derechas: la CEDA de Gil Robles y el partido Radical de Lerroux. Es como si hoyganaran los tres partidos de derechas, Voz, PP, y C’s.
Lo que pasó entonces es que la izquierda socialista y republicana no aceptaron el resultado, y amenazaron más o menos solapadamente con desobedecer o rebelarse si la CEDA entraba en el gobierno. Ésta estaba considerada como enemigo de la República. Es como si hoy ganaran los tres partidos de derecha, y la izquierda dijera que se levantaría contra una entrada de VOX en el gobierno, por ser un partido de “ultraderecha”. 
En 1933, la CEDA, que decía aceptar la República, sin embargo no insistió en entrar en el gobierno y se limitó a apoyar un gobierno de Lerroux desde fuera, sin representación ministerial. Algo así como lo que se ha pactado en Andalucía. 
De todos modos, un gobierno a la andaluza, con PP y C’s repartiéndose los ministerios y apoyados con los votos de Vox (que seguramente tendría más escaños que C’s), no sería bien recibido por nacionalistas ni por PSOE, y no digamos por Podemos et Al. La llamada a la insurrección estaría asegurada. 
¿Podría un gobierno de este tenor ejecutar su mandato? Volvamos a lo que pasó entonces, en 1933. El espíritu de revuelta culminó en el golpe de estado de octubre de 1934, propiciado por el PSOE y la Esquerra republicana de Cataluña, de Companys, que nada más declararse el golpe, él se declaró Independiente. El golpe en Cataluña fracasó a las pocas horas, y sólo en Asturias hubo una resistencia contra la que hubo que enviar al ejército. El gobierno había sofocado el golpe, muchos de cuyos cabecillas (Indalecio Prieto) tuvieron que emigrar, pero ese golpe fue el detonante de la guerra civil, al crecer la oposición al gobierno de derechas, subir la temperatura rebelde en la calle, y llegar a la convocatoria, ilegal, de nuevas elecciones que como deberían saberse ganaron las izquierdas aplastantemente  con sabotaje de las actas y manipulación de la segunda vuelta.
Bueno, llegado a este punto, me pregunto si un gobierno de derechas, hoy, sería dócilmente aceptado por la izquierda y por los nacionalistas. Mi sensación es que no. De lo cual se derivarían tiempos revueltos. De ahí a imaginarse un nuevo periodo constituyente me parece confundir el deseo con la realidad. Con líderes tan mediocres y pagados de sí mismos, no me los imagino enderezando pacíficamente la situación con una reforma constitucional. Las izquierdas aprovecharían para refundar otra República, lo que no sería especialmente neutral. España está partida en dos, artificialmente, porque la mayoría del pueblo no quiere conflictos. Pero si el poder revuelve las cosas, difícil es que haya un pacto de Estado para calmar los ánimos y hacer justo las reformas necesarias, como la ley electoral. En cualquier caso, la insaciable sed de conflicto de los independentismos y otros izquierdismos, no parecen propicios a un gran pacto como el de la Transición, que fue un pacto entre los que se pelearon en la guerra, pacto que algunos, muchos, quieren dinamitar. 
No deberíamos sorprendernos de las cosas nada pacíficas que podrían pasar. 

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