"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 23 de abril de 2020

El concepto de ‘pueblo’ español

¿Existe realmente tal concepto con entidad definible? Yo creo en los individuos, no en los colectivos.
No sé. Ahora está de moda decir que el pueblo ha demostrado tener más sentido del deber, más entereza, que sus gobernantes, como sucedió al parecer en la “francesada”, cuando Napoleón invadió España y se encontró con un pueblo sin líderes, arisco, levantisco, que empezó a matar franceses y le puso al tirano las cosas muy difíciles. Luego éste tirano se extrañó, cuando conoció a la familia real y a Fernando VII - ser tan vil que se ofreció a ser hijo adoptivo de Napoleón - se extrañó de que el pueblo, sin líderes, adoptara como tal a Fernando VII, “el Deseado”. Algo no funciona bien en las meninges de los españoles, debió pensar. 
En todo caso aquella hazaña fue admirable, admirada en toda Europa, pues fue el principio del fin de Napoleón. Lástima que los españoles que se habían dotado de una Constitución en 1812, eligieran como coronación de esa obra a Fernando VII como indiscutible protector de la misma, quien cuansompuso la anuló. Un fallo del pueblo imperdonable. 
Pero estamos hablando del pueblo español hoy, y a mí no me parece tan admirable como le parece a mi amigo Agustín Rosety. 
Lo que pienso lo resumiría con una frase de Josep Pla. “El pueblo español es de una bondad extrema, pero no tienen ni la mínima noción de maquiavelismo.” Por ejemplo, el pueblo español tiene la idea que la economía es una cuestión de reparto equitativo  de lo que hay, lo que explica muchas votaciones. 
Y así es, por eso vota a verdaderos badulaques corruptos que les mete la mano en el bolsillo y se ríen de él. El pueblo español de hoy lo veo más ineducado que el que hizo la transición, que supo ilusionarse con la democracia y todos los cambio que ésta trajo consigo. Sí, yo creo que el pueblo ha perdido en educación todo lo que se ha degradado la educación. 
En realidad toda la Nación ha perdido cantidades incalculables de educación. Eso se debe a la degradación paralela de pueblo y de los lideres.
Yo veo al pueblo dócil y ovejuno siempre que tenga algo que comer y merendar. Aplaudir llorando a ciertos grupos (éstos sí, meritisimos) que han estado en los sitios de más riesgo, no es un signo de nada. No veo ningún signo de indignación porque la mitad de gobierno sea comunista, cosa que le importa un pito salvo a una minoría que sabe qué es eso del comunismo. Aquí la caída del Muro de Berlín fue un nubecilla que pasó sin pena ni gloria por la camisa del pueblo español. Esto tiene algo de masoquista porque el proyecto comunista lleva a la expropiación del patrimonio de todos, pobres y ricos, y a un montón de ejecuciones e injusticias sin fin.
No sé si la entidad ‘pueblo’ es mejor que la entidad ‘gobernantes’ porque hay un hilo que une fuertemente a uno y a otro. 
“Un pueblo tiene los gobernantes que se merecen”, decía alguien que no recuerdo, quizás Marx. Quien fuera tenía razón. 
Así que viendo a los gobernantes me hago una idea de cómo es el pueblo. 
No creo, por otra parte, que seamos como pueblo peor o mejor que otros. Hay pueblos mejor gobernados y peor gobernados, y gobernados como africanos, pero de eso no tienen la culpa. No les han dejado, pobres, educarse e informarse. El gobierno puede ir por delante del pueblo, y darle la educación necesaria para que elija gobernantes buenos. Pero eso es muy raro en la historia. Lo normal es que los lideres estén a la altura de sus pueblos. 
Las masas necesitan líderes. Como decía Galdós en “La Fontana de oro”,

bendita la nación que tiene un pueblo tan impresionable y dócil, porque si bien puede extraviarse, puede también servir de instrumento para volver al buen camino, y luego con un sistema de represión el pueblo no volverá á ser impresionado por nadie.
Falta que una voz sola diga lo que todos sienten. En estos momentos solemnes es cuando vemos un cuerpo elevarse sobre miles de cuerpos y una mano temblorosa extenderse sobre tantas cabezas. Una voz expresa lo que en tantos cerebros pugna para adquirir formas orales; esa voz dice lo que una multitud no puede decir; porque la multitud que obra como un solo cuerpo con decisión y seguridad, no tiene otra voz que el rumor salvaje compuesto de infinitos y desiguales sonidos. Cuando aquel hombre ha hablado, la multitud ha dicho lo que tenía que decir; la multitud se conoce, ha podido recoger y unificar sus fuerzas, ha adquirido lo que no tenía: conciencia y unidad. Ya no es un conjunto inorgánico de fuerzas ciegas: es un cuerpo inteligente cuya actividad tiende á un objeto fijo, bueno ó malo, pero al cual se encamina con decisión y conocimiento.

En resolución, no hay pueblo sin cabeza que le mande, guíe, para bien o para mal ¿Conocen La parábola del bandolero bueno? Un pueblo es regularmente arrasado por los bandoleros. Un día llega un bandolero más listo, que acaba con todos los demás y se ofrece como protector del pueblo, dándose cuenta que es mejor negocio cobrar una tasa regular que jugarse la vida. Y se instala como gobernante. A partir de aquí empieza la historia de la relación del pueblo con sus gobernantes. Historia que no tiene fin.

4 comentarios:

xxavier dijo...

La resistencia contra 'el francés' fue inducida por la Iglesia Católica. A través del púlpito, se agitó al pueblo para que exterminase a los 'herejes'. Con gran éxito.

Solo pocos años más tarde, en 1823, los 'cien mil hijos de San Luis', todos franceses, ocuparon militarmente España sin apenas resistencia, porque contaban con la bendición de la Iglesia... La sumisión así lograda fue otro gran éxito...

La España de hoy, en la que la Iglesia Católica ha perdido su influencia, ha quedado perdida, sin rumbo. Los españoles se han convertido en 'ovejas sin pastor', y cualquier cosa es posible... Ya escribió Menéndez y Pelayo aquello de que España no podía ser otra cosa que 'Luz de Trento, martillo de herejes, espada de Roma, etc.' añadiendo que 'esta es nuestra grandeza y nuestra unidad, **no tenemos otra**...'

www.MiguelNavascues.com dijo...

Los cien mil hijos de san Luis no eran sólo franceses. Era una alianza de monarquias para defender sus puestos en una Europa en erupción. Preocupación bueno, aparte de eso, pues sí.
Lo que pasa es que no me gustaría pensar en una España sin influencia (más que espiritual) en el pueblo.ahira bien, igual Menéndez Pelayo tenía razón. Eso no se condenaría a la destrucción.

xxavier dijo...

Tampoco los soldados de Napoleón que invadieron España eran todos franceses de cuna. Estaban los polacos y los mamelucos, por lo menos. El ejército napoleónico era también multinacional... Y temo que Menéndez y Pelayo tenía razón: ahí tenemos la correlación entre la pérdida de influencia de la Iglesia, que se inició en los 70-80, y el desvanecimiento del 'ser de España', tan potente en otros tiempos, incluso cuando en el 36-39, se luchó en España 'por Dios y por el Diablo', y el Madrid asediado fue referencia universal de las izquierdas, mientras el sitiado alcázar de Toledo fue objeto de la admiración planetaria en el bando contrario. Fuimos aún referencia, para unos y para otros. Hoy, en cambio, somos poca cosa...

El zorro de la tinaja inclinada dijo...

Un "Cigoto" abducido por la Secta de 1848, se limitaba a tragárselo todo y nunca se les indigestaba porque lo que tragaban no dejaba ningún residuo, igual que un grano de trigo puede pasar por el cuerpo de un pájaro sin ser digerido.(G.O.1984)
El social-comunismo no es más que la excusa que necesita el fracasado, la herramienta que escoge el envidioso y la vía que elige el tirano ... (Anónimo)
Entonces los "Cigotos abducidos", se fueron a comer garbanzos de "Pucherazo" en la cueva de Alí Babá..., dónde se cocinan los Cigotos de la Secta de 1848.
... "No hay diferencia entre comunismo y socialismo, excepto en la manera de conseguir el mismo objetivo final: el comunismo propone esclavizar al hombre mediante la fuerza, el socialismo mediante el voto. Es la misma diferencia que hay entre asesinato y suicidio.“ (Ann Ryan)