"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 14 de mayo de 2020

Diferencial de desconfianza

A) Un país que se endeuda por necesidad para hacer frente a una crisis o acometer obras ineludibles, vende la deuda que emite a sus ciudadanos, que así colocan su ahorro en un activo frente a un deudor seguro. Los balances macroeconómicos del país no se ven alterados, pues los activos de Estado se hacen pasivos frente a los nuevos activos del sector privado. Esa deuda, por grande que sea, será devuelta, pues el banco central está como prestamista de última instancia en la misma moneda emitida, para el caso de que un imprevisto originara un pánico y el público quisiera recuperar su dinero instantáneamente. El Banco Central compraría el excedente de oferta a su propia ciudadanía, manteniendo la cotización de la deuda y frenando con ello el pánico. La deuda comprada por el banco central se convertiría el dinero líquido, lo que posiblemente venga bien para combatir las tendencias deflacionistas originadas en el aumento de demanda de liquidez. 
Este es el caso claramente de Japón: tiene una altísima deuda/PIB, como se puede ver en el primer gráfico, en comparación con España; pero tiene un banco central que está haciéndome una política de Quantitavity Easing que ayuda a mantener muy baja la curva de tipos, como se ve en el segundo gráfico.




B) un país no goza de la confianza total de sus ciudadanos y si emite deuda la ha de vender, en parte, en los mercados exteriores. Tampoco encontrará total confianza en ellos, pues la desconfianza interna se contagiará al exterior. Esta desconfianza se verá reforzada por errores del gobierno en su gestión, que transmiten la idea no dicha en alto, pero entendida a voces, que no es amigo del capital ni de la empresa, para satisfacción de sus bases, que quieren imponer impuestos a los “ricos”, desalientan la entrada de inversiones, y la demanda de sus activos en general se ve lastrada por esta actitud contradictoria: querer aumentar los ingresos pero denostar y vilipendiar a quien tiene dinero. Hablo de España, naturalmente.
Además, a diferencia del país A), no cuenta con un banco central propio, pues el poder de emisión ha sido cedido definitivamente a un banco central multinacional, el BCE. Se confía que éste actúe a la manera de un banco central, pero no del todo, como demuestra la permanente prima de riesgo de los bonos nacionales respecto al país más fiable. De manera que no es seguro que el BCE actúe 100% como prestamista de última instancia, porque en 2011-12 no lo hizo, y como se ve en el segundo gráfico, los tipos de interés de su deuda aumentaron sustancialmente, hasta el 7%, en un momento de fuerte recesión. Esto retrasó la salida de España de la Gran Recesión, y dejó la impronta indeleble de que el BCE no iba a ser igual de fiable para todos. Ahora lo estamos viendo con los rebrotes de la prima de riesgo España/Alemania.



Es claro en este gráfico que pese a un nivel de Deuda/PIB el doble que España (ver primer gráfico), Japón merece mucha más confianza del inversor, por lo que tiene que pagar un tipo de interés de la deuda cero o negativo, con un notable margen de ventaja sobre España. Y sabemos que Japón no es un país ejemplar. Su población está alarmantemente en descenso, y no se ha quitado de encima la deflación persistente.
Esto es importante en unos momentos en que tenemos necesidad de emitir deuda para sustituir al sector privado, que no puede. Tenemos la necesidad, primero, que el confinamiento y sus efectos colaterales sobre las empresas dure lo menos posible, y además poner todos los recursos que puede captar el gobierno en poner en marcha la economía lo antes posible. Pero parece que el gobierno no está centrado en esto, sino en su particular guerra ideológica, que en muchos casos lleva a una desviación de recursos. Y no pensemos que subiendo los impuestos vamos a recaudar más, porque eso hará aumentar la prima de riesgo y el coste de la deuda. 

No hay comentarios: