"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 3 de febrero de 2021

Los funcionarios y los currantes. Hay que saber vender

Para vivir en una sociedad abierta (Popper), hay que saber vender. Bueno, siempre ha sido así. Si no vives en un régimen comunista que te dice qué puedes debes consumir, en cualquier sociedad capitalista debes saber que vives de lo que vendes. Si eres dentista, por ejemplo, debes buscarte la clientela. Es la parte de la política de ventas, que tiene cualquiera que no sea funcionario. 
Aquí en España es curioso que los funcionarios ganen más que los trabajadores privados, que chapan más y además su sueldo se ve minorado por ese coste adicional que él o su patrono tiene que dedicar a las ventas, que se llevan su pellizco del gasto total. España y yo somos así señora. Además, cuando la economía va mal, lógicamente los privados no ven aumentos de sueldo, pero los funcionarios sí. Supongo que todo el mundo sabe que los funcionarios viven de los no funcionarios. Estos, sin embargo, se dedican a poner palitos en las ruedas en la economía privada, que en España es cada vez más anémica. 
No es que no haya funcionarios útiles, como todos sabemos los hay. Pero si midiéramos la productividad de éstos (si se pudiera) y comparáramos con los privados, veríamos que la inmensa mayoría de las protestas y reivindicaciones de la rúa no tienen sentido. 
La productividad funcionarial no se puede medir porque no tiene mercado, su consumo es obligatorio sí o sí, no hay un precio de demanda que permita calcular el valor atribuido al servicio, ende no hay cálculo posible del valor del producto y por ende, de su productividad. 
Lo que me extraña es que todo el mundo no se presente a unas oposiciones. Ganas más, chapas menos, te vas a hacer la compra mientras uno/a compañero/a (que sobran) te atiende tu chiringuito, el trato con los jefes es más relajado, etc. Y lo más importante: no te tienes que vender. Es difícil que te de un estrés. Eso vendrá más del lado de lo hijos, del colegio, seguro. 
En este país se odia a la empresa privada, que es de la que vivimos. Tiene unos ingresos y beneficios que dependen de la venta del producto a un precio que permite calcular la productividad. Eso permite conocer la verdad del país, lo otro es ficción pura. 
Hay gente que confunde la productividad con la cantidad trabajada. Error. Cuanto más tiempo trabajado, menos productividad. Hay funcionarios que se largan el pegote de que trabajan 10 horas día, pero eso no significa nada. Puede satisfacer su conciencia, pero la verdad es que no hay nadie que desee lo que produce o que le pague un precio por ello. No, no es una cosa que vaya por la economía habitual de los currantes.
No me quiero pulir a los funcionarios. Sólo estoy valorando a este país, que es como es, y que marca el contexto moral en que habitamos.

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