"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 17 de enero de 2023

El origen de la Unión Europea

Sabía que cierta clase social, en todos los siglos, grandes o pequeños, era siempre la misma..., pero también sabía lo que era la fiebre y la decadencia, y conocía sus síntomas. Tibia promiscuidad; tolerancia de la debilidad; ironía sin fuerzas; ingenio indiscreto; la agudeza por la agudeza misma; sangre cansada, despilfarrado su ardor en la ironía, en insignificantes aventuras, en mezquinos anhelos, en refinados fatalismos, en una lánguida inutilidad. «Desde aquí no será salvado el mundo –pensó–. Pero ¿desde dónde entonces?».
(Eric Maria Remarque, “Arco de Triunfo”)

Cuando la clase dirigente empieza a mostrar esos signos que describe Remarque, empieza la decadencia. El enorme signo y el más definitivo es cuando los retoños de la clase dirigente se hacen de izquierdas. Véase Shumpeter, Tolstein Weber. 
Llamo clase dirigente a ese grupo de personas que a lo largo de los siglos ha tomado en sus manos la iniciativa y, por acción u omisión (no lo olviden), ha propiciado la creación de unas instituciones que han mantenido la senda recta (permítaseme la imprecisión), como en las últimas décadas el gobierno del mundo.
Repentinamente, las cosas se estancan, se hacen pétreas, se pudren, ya no hay movilidad vertical, ascensos y caídas. 
Lo que quiero decir es que sin esos pioneros y sus sucesores, no se hace historia. Pero el tiempo lo desgasta todo, y llegan los signos de decadencia y caída. Pasó en Roma, pasó en los imperios de España y de Inglaterra, o en el reinado absurdo de Luis XVI que acabó en la Revolución. Ahora se empiezan a percibir esos signos preocupantes en el gobierno que nos ha regido durante, más o menos, ocho décadas. 
Este gobierno mundial, aceptado por consenso en Europa y otros adheridos tras la última guerra mundial, no han explicado a su población quien era el que llevaba la manija y vigilaba al exterior. 
Desgraciadamente, esa vigilancia no fue perfecta, sino humana: fue torpedeada por cantos de sirena que hicieron boquetes en la valla cada vez más amplios. Sí, como los romanos, que fueron cediendo las armas y la cultura a los bárbaros. En este caso, a China, los bárbaros de hoy, con gran entusiasmo le cedimos tecnología y mercados, y un día se hicieron fuertes. 
No se puede culpar a nadie. Fuimos todos, desde los más listos a los más tontos. 
Ya es tarde. Sólo quedará en pie la nueva Constantinopla, último faro de Occidente hasta que lo apaguen los Bárbaros.
Entre tanto, hemos urdido ilusiones que aparentaban ser instituciones, como la Unión Europea. 
…………
El origen de la UE fue la CECA, Comunidad Europea del Carbón y el Acero. En wikipedia leemos, 

El Tratado de París (formalmente Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero),[1]​ firmado el 18 de abril de 1951 entre la República Federal AlemanaBélgicaFranciaItaliaLuxemburgo y los Países Bajos, fue el tratado que dio origen a lo que posteriormente sería la Unión Europea. El tratado estableció la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) que formó parte, primero, de las Comunidades Europeas y, luego, de la Unión Europea. Entró en vigor el 23 de julio de 1952 y expiró el 23 de julio de 2002, exactamente cincuenta años después de su nacimiento, tal como estaba previsto en su tratado.[1]​ Las competencias en materia de producción y comercio del carbón y el acero fueron asumidos en ese momento por la Comunidad.

En 1950 los franceses estaban obsesionados con lograr algún tipo de acuerdo para evitar una nueva invasión de Alemania, que ya habían sufrido tres veces desde la guerra Franco-prusiana de 1871.

Fueron invasiones devastadoras, especialmente la de 1914. De la brutalidad de Alemania entonces, que arrasó todo el norte del país vecino, nació en Francia un profundo rencor por los “boches”. Para comprender el chauvinismo francés hay que imaginarse la devastación de Francia por lo sucedido alemanes. 
Aunque si miramos un poco más para atrás, Napoleón había hecho lo mismo en Alemania en su conquista de Europa entera... (lo que dio origen al nacionalismo alemán...)
Además, en La Paz de París, en 1919, Francia (como hizo Alemania en 188) se empeñó humillar tanto a Alemania (con el beneplácito de EEUU y Gran Bretaña), exigiéndole unos pagos de reparaciones de guerra imposibles de cumplir, lo que consiguió crear el hundimiento de la Europa post bélica, tal como predijo Keynes en su “Las Consecuencias Económicas de La Paz”. Keynes hizo una valoración minuciosa de la carga inhumana que los vencedores pusieron sobre los hombros de los vencidos, y predijo, acertadamente, que la crisis de Centroeuropa sería el origen de más conflictos y una posible guerra. 20 años después asomaba la Segunda Guerra Mundial... 
En 1950, los fundadores de la futura UE pensaron que un tratado que ungiera los intereses materiales de los dos países - eso sí, adecuadamente no muy ambicioso -, sería un buen principio para aplacar la belicosidad de ambos. Se invitó a otros países a participar en el acuerdo, que fueron los mismos que, años más tarde, firmaron el nacimiento de la CEE, Comunidad Económica Europea, ésta sí verdadera base fundacional de la actual UE. 
Desde entonces, fue poco a poco abriendo sus fronteras entre sí, invitaron a más países, y luego se expandió por el sur, y al final por el Este, tras el hundimiento del comunismo. 
España pidió la admisión en sus comienzos, que le fue negada por no ser democrática. Pero logró firmar un buen tratado comercial en 1962 que le abrió las fronteras a sus exportaciones. Además, los países fundadores recibieron muy bien a los trabajadores españoles en paro y que hacían falta en Europa. De nuevo wikipedia:

España solicitó el estatus de país asociado a la Comunidad Económica Europea por primera vez el 9 de febrero de 1962, mediante una carta escrita por el ministro de Asuntos Exteriores Fernando María Castiella al presidente del Consejo de Ministros de la CEE, el francés Maurice Couve de Murville: partiendo de «la vocación europea de España», su situación geográfica y sus intereses económicos, el gobierno franquista solicita en esta carta «una asociación susceptible de llegar en su día a la plena integración después de salvar las etapas indispensables para que la economía española pueda alinearse con las condiciones del Mercado Común».[5][4][6]​ Sin embargo, dado que la CEE prefería que España tuviese un régimen democrático, fue denegada la adhesión mediante un mero acuse de recibo por carta el 6 de marzo.[7]​ En efecto, para ese año se estaban elaborando documentos en donde se exigía que para ser miembro debían ser Estados democráticos:[8]

 Siempre se ha considerado la CEE, luego UE, como la única pieza clave de la prosperidad y el progreso de los 1950-60, pero esto es una simplificación interesada. Lo que de verdad impulsó la paz y la prosperidad fue el Plan Marshall, de EEUU, un plan inteligente del que se beneficiaron ambos lados, EEUU y Europa (salvo los países del Pacto de Varsovia comunistas, por tajante rechazo de la URSS). EEUU exportaba a Europa todo lo que necesitaba, y Europa pagaba a muy largo plazo, mediante asientos contables cuya devolución se extendía en el tiempo hasta que la prosperidad los hacía cómodos de pagar. 
Como leemos en Sinahuga, el plan Marshall transfirió unos 13 mil millones de dólares, que eran depositados en el banco central. Estos fondos eran vendidos por moneda local (aumentaba el dinero líquido) a los importadores de suministros de EEUU. 
Pero el mayor impacto del Plan no provenía de los fondos financieros, sino de su condicionalidad a la liberación de las economías receptoras, que abrieron sus mercados internos y externos, evitándose tentaciones de proteccionismo y/o de socialización. Paralelo a esto, los países europeos se democratizaron políticamente, y como contra ejemplo, España no entró como beneficiario del Plan. 
A eso hay que añadir la ayuda no financiera en materia de seguridad, lo que permitió a Europa no tener que pagar la cuantiosa factura que hubiera exigido defenderse de la amenaza comunista. 
No es que la CECA, luego CEE, no fuera decisiva en el desarrollo europeo, pero la condicionalidad liberal y democrática del Plan hubo de ser aceptada como paso previo a CEE. Es posible que sin esa condición de 1948, la Comunidad Europea, comenzada en 1950, no hubiera sido tan inclinada a la democracia política ni a la economía de mercado. 
Por supuesto, democracia y economía de mercado interpretada según la tradición de cada país, muy diferente de uno a otro. Por ejemplo, en Alemania se desarrolló una economía peculiar llamad “Ordoliberalism”, en la que hay un concierto no escrito entre empresarios, sindicatos y gobierno, gracias al que la política antiinflacionista ha sido más fácil que, por ejemplo, en Francia. 
La Alianza en Seguridad bajo el Tratado de la OTAN, previo también a la fundación de la Comunidad Europea, fue el complemento perfecto. 
El impulso financiero y material del plan Marshall, y todo lo que le acompañó, 

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