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DECADENCIA DE OCCIDENTE

lunes, 25 de diciembre de 2023

Todos tenemos la culpa

¿Por qué el 53% de la población de Cataluña que no es separatista ha mostrado tanta sumisión a la política racista de inmersión lingüística?

Aquí García Domínguez ofrece un hipótesis. 

https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2023-12-25/nueva-cataluna-silenciada/

Yo ofrezco otra, compatible con la suya: porque el reiterado y perverso mal fue pasiva y vergonzosamente tolerado por el consentimiento del Gobierno español, que debería haber sido el defensor de los derechos básicos de los oprimidos. El gobierno español ha dado la espalda a su obligación más elemental: la igualdad de todos los españoles ante la ley. 

No se podía esperar que las demandas individuales, heroicas pero a un alto precio personal (además de sofocadas por los medios), fueran a revertir el estado de flagrante indefensión. ¿O qué esperaban, que los pobres ciudadanos catalanes de segunda salieran aireadamente a la calle? La democracia está para que no se necesiten héroes...

Lo que ha fallado durante décadas es la vergonzosa pasividad/complicidad del Estado, que disponía de unas magníficas instituciones que no quiso utilizar para disponer de una mayoría engañosa en el Congreso. 

Esa complicidad, cuando no sucia colaboración activa, nos ha traído a la oprobiosa situación actual de liquidación del Estado democrático por la abierta conjura del gobierno con los separatistas. Conjura por activa o por pasiva de todos los gobiernos de la Democracia. Recordemos el bochornoso pacto del Majestic de Aznar con Pujol en 1996, o los pactos del Tinell de la izquierda. Todos, a izquierda y derecha, no han asumido sus deberes. Que no vengan ahora ocultando sus graves fallos.

Fallos que irremisiblemente hacen de este estado un estado fallido. Como no tardaremos mucho en comprobar.


1 comentario:

  1. El Estado, los partidos políticos, el sistema político con sus defectos...

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Ponga Ud. lo que quiera, Muestre su airada y justa indignación, su santa Ira, pero respete un mínimo sentido del decoro. Tenga en cuenta que las opiniones son libres, los sentimientos ofendidos dignos de reparo, pero serán tanto más respetados cuanto su expresión esté más alejada de lo vulgar.