Ayer pasaron dos o tres cosas que muestran qué mal va el mundo.
Antes se hablaba de “estado fallido” para señalar país cuyo estado era incapaz de cumplir sus funciones más básicas.
Ayer, en Ecuador (al borde del colapso, un estado incapaz de prestar la mínima seguridad), pero también en Francia (con un cambio de primer npminitro guiñolesco), y no menos España, mostraron lo que hay detrás del decorado de cartón piedra. Un estado de precariedad en manos de grupos de poder insolventes, incapaces de mantener siquiera las apariencias.
En España, unas bandas de cuatreros nos dirigen a su arbitrio: se comprobó que ya no hay Congreso, sino un chantaje permanente de minorías separatistas que dominan al gobierno de España. Con ese chantaje, se va agrandando las brecha entre ciudadanos de primera y los demás. Esta forma de tomar decisiones a salto de mata, solo te permite ver un camino sembrado de minas para los españoles, que no se sabe cuándo terminará. ¿Cuando alcancen la independencia el País Vasco y Cataluña?
No, no se conformarán con eso. Habrá más chantaje, porque ellos necesitarán financiación que no van a conseguir en otros sitios. Habrá que sangrar a los ahorradores españoles, pues los de otros lares cerrarán sus bolsas. Sí, seguirán. Seguirán robándonos. “Ho tornarem a fer”, incluso con independencia, como dicen ellos. Mientras quede un euro por robar, lo harán. Porque la independencia no será tal, si no una dependencia de nosotros españoles respecto a ellos, que nos marcarán el paso.
Los de Ecuador, lo de Francia son ejemplos de que no hay unos u otros estados que fallen. Falla todo en nuestro alrededor.
Y porque no se ha dado usted una vuelta por la siempre ordenada y eficiente Alemania. Allí están que se suben por las paredes con las barbaridades que perpetra día si, día no su gobierno tripartito. Aparte la altísima inflación que tienen, que se niega a remitir. Y no hay nada que un alemán odie tanto como la inflación.
ResponderEliminarPues sí, es verdad. Debería. Estoy pensando en eso, lo tengo en cuenta. En Alemania se está jugando una sorda lucha política contra el “progresismo “- ecologismo que arruina al país - ha quebrado a la gran industria exportadora (Alemania exportaba el 40% de su PIB) y a la agricultura (que empieza a votar a la derecha)... están hasta las narices, como en Holanda, donde ya se ha traducido en un vuelco electoral... En realidad son los primeros clavos en al ataúd del europerismo progresista que, esperemos, ceda el puesto a la derecha que lo fundó (De Gaulle, Gaspieri, Adenauer, fundadores de la Europa de las naciones). Si, estoy preparándome para dictaminar la caída de la UE, empezando por el euro, al que espera un castañazo con todo el equipo.
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