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DECADENCIA DE OCCIDENTE

lunes, 21 de abril de 2025

Trump rompe las estructuras de la economía mundial

Las consecuencias de Trump: La caída del dólar y de la deuda soberana de EEUU

Seguramente no sabía Trump las consecuencias de su famoso movimiento (“geo estratégico”, dicen algunos) de subir los aranceles. Ha intentado rehacer el imperio económico con instrumentos caducos que fracasaron estrepitosamente en los años treinta del siglo XX.

Al jugar con los aranceles ha logrado que los mercados desconfíen del dólar y de la deuda. Como dice Quantum Macro, gráficamente:

“La principal exportación de Estados Unidos son los dólares, ya que es la moneda de reserva del mundo. Cuando Estados Unidos le dice al mundo que no está dispuesto a comprar los bienes globales, el resto del mundo le responde que no va a comprar la principal “mercancía” que EE. UU. vende al mundo: el dólar estadounidense y los bonos del Tesoro.”

Y otro comentario, profético, éste de Krugman:

El escenario de pesadilla, que vimos desarrollarse en 2008, es que la caída de los precios de los activos provoque una avalancha hacia la liquidez, lo que lleva a ventas forzosas que hacen bajar aún más los precios, y todo el sistema implosiona. De repente, ese escenario ya no parece imposible.”

¿Es reversible el desaguisado? Es muy difícil. No solo por la estrangulación del comercial mundial, como dice Krugman. El presidente ha creado una gran incertidumbre en la mente de los inversores, y la incertidumbre puede ser intratable[1]. El comercio y la inversión mundiales se van a contraer. Es algo sorprendente que el FMI haya diagnosticado que no va a provocar una recesión. Al contrario, muchos, como Krugman, hablan de subida de la inflación y contracción económica (estanflación).

Los tres gráficos siguientes muestran el inesperado resultado de Trump en sus primeros dos meses en La Casa Blanca.





 

El primero representa la repentina caída del dólar frente a euro (en dólares/euro) cuando se anunciaron los aranceles. De un valor de 0,98 €, cayó a menos de 0,88 €. El siguiente gráfico da cuenta de la pérdida de confianza en la deuda soberana americana, no menos repentina, por lo que la Reserva Federal ha tenido que comprar deuda, y el gobierno se verá obligado a pagar un interés más alto cuando requiera emitir deuda[2]. El tercero es el aumento de los índices de volatilidad más allá del nivel alcanzado por la pandemia.




 Los inversores del mundo entero han mostrado una súbita pérdida de confianza en la solvencia y rentabilidad de la deuda americana, y del dólar como moneda reserva, el más utilizado hasta ahora en los mercados mundiales comerciales y financieros. La explosión de la volatilidad hace patente la mayor incertidumbre de los mercados:

 






El tumulto se calmó un poco al suspender por un plazo la aplicación de sus aranceles anunciados, pero no se sabe si va a ser suficiente para restablecer la normalidad anterior. A esto hay que añadir la precaria situación en la que Trump ha dejado a la Reserva Federal, dirigiendo a su presidente Jerome Powell Invectivas que rebasan la norma fundacional de la Fed.  Esto abre la puerta a una motivación añadida de Trump, que estaría buscando una monetización de la deuda.

 

En todo caso, algunos, quizás con precipitación, piensan que el euro podría sustituir al dólar como nueva moneda reserva, si la UE hace reformas, cómo propone Luis Garicano.

El euro hasta ahora no ha tenido mucha vocación de ser moneda-reserva, pese las ventajas que ello, supuestamente, reporta: la principal, tener más confianza crediticia del resto del mundo, y por ello financiarse a costes financieros más bajos (tipos de interés, vencimientos, comisiones, etc.). Pero esto tiene sus contrapartidas: puede convertir a la UE en zona de importaciones neta de capitales, lo que redunda en un tipo de cambio alto y, probablemente, un déficit de Balanza de Pagos permanente, como EEUU en los últimos 45 años, con un déficit de cuenta corriente creciente desde 1990, lo que ha causado una Posición endeudada neta frente al resto del mundo, lo que coloca al país en una evidente debilidad. Véase gráfico:






Los pagos regulares de esta posición endeudada creciente es lo que ha alimentado los mercados mundiales del dólar. En realidad, pese a ello, EEUU no ha tenido que demostrar nada para financiarse en buenas condiciones. Al fin y al cabo, es (o era) la economía más productiva, la que más crece, y la que ofrece más rentabilidad-riesgo tanto privada como pública. Su dólar era tan estimado como para no pagar prima de liquidez: tener dólares era tener liquidez disponible en todo el globo
[3]. Pero es claro que de continuar aumentando la deuda exterior, llegarían los problemas. (Es como si Trump hubiera adelantado esa percepción bruscamente.)

Por su parte Europa no es, obviamente, una nación unida y hegemónica. Es un mosaico de países que tienen intereses comunes, pero algunos opuestos también. Cuando salen problemas agudos, como ahora, automáticamente cada país de peso se presenta como líder del conjunto, lo que da imagen de desunión larvada. No tiene un gobierno central representativo. Tiene una burocracia, la Comisión, con capacidad de emitir normas a los países miembros, pero sin “accountability”; el parlamento no tiene poder legislativo ni de control de la Comisión, cuestionada cada vez más por decisiones perjudiciales para las economías europeas[4]. Estos puntos débiles requieren atención más urgente que intentar hacer del euro sucesor de dólar. Las instituciones de la UE se han quedado en el molde de Maastritch, pero sin contenido. Y sus ciudadanos no tienen “sensibilidad democrática” para exigir un cambio.

Garicano & al hace mención de unos problemas que deberían ser corregidos para convertir al euro en moneda-reserva, centrándolos en el BCE. El BCE tiene funciones muy importantes, pero no es la única raíz de la fortaleza del euro. Lo decisivo es lo que hay detrás: el poder político que apoye a las instituciones económicas. Ese poder unificado, que tiene EEUU desde siempre, no existe hoy en Europa.

Por eso el BCE no siempre ha actuado con fidelidad a sus objetivos antiinflacionistas: estos no son plenamente compartidos por los distintos países miembros partícipes en el Consejo de Gobierno[5]. Algunos de estos tienen un historial de tolerancia a la inflación y a la emisión de deuda, y su monetización, características que hoy se han visto acentuadas desde las sucesivas crisis habidas desde 2008-12, un período no muy brillante para el euro.

El euro no parece tener una sólida base institucional que ha tenido hasta ahora el dólar. Si Trump deja al dólar malherido (lo que no es imposible, porque está dañando sus reputadas instituciones), el euro no tiene por qué tomar el relevo como divisa en la que se facturan los contratos comerciales y financieros. El mercado del dólar se ha sido forjando espontáneamente, a lo largo de los años, fruto de su solvencia, por una parte, y su liquidez, “gracias”a una oferta de dólares alimentada por el pago de la deuda exterior creciente de EEUU.

Pero el posible deterioro del mercado del dólar no hace más plausible un euro-reserva inmediato. Contemplando los pros y contras, esta ambición para el euro podría suponer un riesgo no menor para la UE. Sería mejor arreglar las disfunciones, cada vez más a la vista, y que el euro encuentre su sitio en el mundo como el mercado determine. Otras monedas que han sido, en momentos de incertidumbre, reservas de valor, como el franco suizo, sus países se encontrado con efectos nada saludables para su economía interna, difíciles de corregir. El Banco Nacional Suizo se vio obligado a poner tipos de interés negativos a los depósitos en francos, reiteradamente, para doblegar sus revalorizaciones perniciosas[6], como se puede ver aquí.





[1] La incertidumbre de Keynes, que no se podía estimar como el riesgo.

[2] Recuerden la crisis británica, 2022, cuando la primera ministra Liz Truss decidió presentar una bajada de impuestos. Resultado: caída de la deuda de un rendimiento del 3,78% al 4,99% y de la libra hasta 1,03 dólares/libra, la más baja desde 1985. El BoE tuvo que comprar 65000 millones de deuda. El gobierno sólo duró 45 días.

[3] El papel de moneda-reserva no tiene una explicación cerrada. Hay países, como Suiza, que gestionan con más rigor su moneda, y por eso en ocasiones ha sido una moneda refugio, pero no moneda más usada en las operaciones, como lo es el dólar.

[4] Como la crisis industrial.

[5] Que por cierto, decide por unanimidad, sin saberse el voto de cada país miembro. En la Fed  es por mayoría y se publica el voto de cada miembro.

[6] Krugman, “Macroeconomía de una economía abierta”.


6 comentarios:

  1. ¿Por qué tengo la sensación de que vamos hacia otra Gran Depresión?

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. El 2008 no fue buscado. La pandemia tampoco.

    Pero la recesión mundial que se avecina sí está buscada. El plan que tienen es ése.

    La globalización económica es buena para la mayoría de la población mundial; por eso quieren deshacerla.

    Una nueva recesión reducirá los nacimientos a nivel mundial, el consumo de todo tipo de materiales y, sobre todo, el consumo de energía. Sí a eso le añadimos la destrucción del comercio mundial tras la recesión (consume mucha energía) matan dos pájaros de un tiro.

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  4. Miguel. Conspiranoico. Totalmente demostrado que no tienen un plan. Han tratado los problemas con bombas de racimo. Son simios jugando con la consola de botón rojo. Pablo. Es posible, pero hay medidas disponibles para ahuyentar, que no se usaron en 1929 , pues entonces la economía era “ortodoxa”. El único que propuso algo nuevo, y Rooselvet lo usó, fue Keynes. Esas medidas tendrían que ser acordadas, lo que desde luego no es fácil.
    Las cosas van así: se acerca un pánico financiero. Cuando sucede esto, todo el mundo quiere liquidez. Entonces los riesgos de deflación y contracción aumentan vertiginosamente. Los bancos centrales deben estar dispuestos a dar esa liquidez comprando la deuda para que no se hunda. Lo ha detectado Krugman, y estoy de acuerdo con él.

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  5. “El escenario de pesadilla, que vimos desarrollarse en 2008, es que la caída de los precios de los activos provoque una avalancha hacia la liquidez, lo que lleva a ventas forzosas que hacen bajar aún más los precios, y todo el sistema implosiona. De repente, ese escenario ya no parece imposible.” Krugman

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  6. He leído esta columna del premio Nobel Joseph Stiglitz que me ha dejado a cuadros. La banda que ahora gobierna EEUU es una banda muy peligrosa. Son hombres que se creen dioses:
    https://www.project-syndicate.org/commentary/america-becoming-largest-tax-haven-under-trump-by-joseph-e-stiglitz-2025-04

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