"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)
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martes, 20 de septiembre de 2011

Activos buenos y malos y dinero


¿Por qué los activos caen de precio? ¿Por que son malos? (respuesta a un comentario)
Sí, claro que sí, hay activos mejores y peores. Pero cuando se compraron, a lo mejor eran casi iguales. Por ejemplo, antes de la crisis, un bono español y uno alemán estaban casi igual de valorados. Ambos rendían el 3%, aprox. Ahora el alemán rinde un 1,7% y el español más de 5%. Y eso que España tenía una deuda (45%/PIB) muy inferior a Alemania (80%/PIB). Y sigue España con una deuda inferior...¿Qué ha pasado? Ha pasado una crisis.
COmo diría un monetarista (de ahora, los que se llaman Market Monetarist) lo que ha pasado es que el dinero que estaba digamos normal, se ha esfumado en la cartera de los bancos, empresas y personas. Ha surgido una cosa que antes no había: incertidumbre. Y la incertidumbre produce miedo, y el miedo incita a atesorar dinero. Se gasta menos, se vende más, los precios caen, sobre todo de los activos. Ahora ya no hay activos seguros, sobre todo si hay recesión. Cuanto más intensa recesión, menos valen los activos y menos seguro es lo que valen.
De modo que con lo que antes se contaba para pagar las deudas, vale menos. O no vale nada. Y las deudas siguen valiendo lo mismo.
El paro afecta al valor de los activos. Cualquier debilidad afecta al valor de los activos. Cuando se habla de los activos de la banca, no sólo hay activos malos porque se estimaran mal al comprarlos; es que nadie quiere comprar activos y todos quieren venderlos.
Las dos cosas se interactúan: la recesión y el paro suscita desconfianza en los acreedores sobre la capacidad de pago; la desvalorización de los activos levanta sospechas sobre la economía real. Ambas cosas agravan la solvencia bancaria.
Lo malo es cuando se complica una crisis de ese tipo con la peculiaridad de un grupo de países que tienen un banco central compartido, y no hay criterio fijado sobre lo que hay que hacer.
Es un error pensar, o dejar que se piense, que los errores individuales son los culpables de todo. Los errores de una entidad pueden suscitar una crisis, pero cuando eso afecta a todas las entidades en cadena, no es el momento de buscar culpables, sino de poner el remedio para que no se extienda ni se haga más profunda.
Por ejemplo, Christine Lagarde, Directora del FMI, ha dicho que estamos en "un círculo vicioso" de creciente desconfianza. No se desdice de que los bancos necesitan recapitalizarse; simplemente pone el énfasis de que es necesario, urgente, crecer.
Yo no creo que el dinero sea un estímulo para crecer: creo que es una obstáculo muy grande a la vuelta a la normalidad su ausencia de los mercados.

sábado, 19 de marzo de 2011

Excelente

Excelente, magistral texto Nick Rowe  que explica por qué el keynesianismo es un bluff: no es más que una desviación- falsa- del monetarismo. Entresaco algunas líneas, pero si pueden, lean el original. No es más que un par de parábolas muy bien montadas, pero qué claro queda todo.

"El peluquero desempleado quiere que le hagan las uñas. La manicura desempleada quiere un masaje. La masajista desempleada quiere un corte de pelo. Si un acuerdo de trueque a 3 bandas fuera fácil de arreglar,lo harían, y no estarían desempleados.Hay un intercambio mutuamente ventajoso que no está sucediendo. El paro keynesiano supone un equilibrio a corto plazo con cortes de pelo, masajes, manicuras tirados en la acera sin poderse hacer. ¿Por qué no recogerlos? Y no es que los desempleados no sepan dónde comprar lo que quieren comprar.

Si el trueque fuera fácil, esto no podría suceder. Los tres estarían de acuerdo y harían un  trueque mutuo de tres vías. Incluso precios rígidos no impedirían que esto sucediera. Si las tres personas han fijado sus precios un 10% muy alto, sus precios relativos son aún toda la razón para el acuerdo de truequeCada uno vende sus servicios demasiado caros a cambio de la de otros servicios demasiado caros. 
Pero el trueque no es fácilNo hay doble coincidencia de deseos aquí, y es costoso encontrar las tres personas en el triángulo wickselliano para hacer el trueque. Así que la gente usa el dinero.
El peluquero desempleado está más que dispuesto a dar su trabajo a cambio de una manicura, a los precios establecidos, pero no está dispuesto a renunciar a su dinero a cambio de una manicura. Lo mismo para las otras dos mujeres desempleadas. Es por eso que están desempleados. No van a gastar su dinero.
El paro keynesiano tiene sentido en una economía monetaria, donde el dinero es lo que Hahn llama "esencial" para el comercio. No tiene sentido alguno en una economía de trueque, o donde el dinero no es esencial.
El paro keynesiano es un exceso de demanda del medio de intercambioEs un fallo de coordinación, porque si los tres pagaran los $ 20 para comprar lo que quieren, los tres se encontrarían que en el bolsillo hay más para comprar. Los $ 20 vuelve a aparecer tan pronto como se gasta. Pero para que así fuera, deberían  hacer el gasto los tres a la vez. Y, en el equilibrio de Nash, ninguno de los tres quiere hacer eso. Prefieren los $ 20 en su bolsillo.
Nosotros compramos nuevos bienes producidos con el dinero. Una recesión keynesiana es un exceso de oferta de bienes recién producidos, y una deficiencia de la demanda agregada. En una economía de intercambio monetario, una deficiencia de la demanda agregada, y un exceso de oferta de bienes, es un exceso de demanda de dinero...
[como Yeager señaló, hay dos maneras de conseguir más dinero. El primero es vender más cosas, y la segunda es comprar menos cosas. Y nadie puede detener a un individuo de obtener más dinero mediante la compra de menos cosas. Eso es lo que hace al dinero único. Eso es lo que hace un exceso de demanda de dinero cualitativamente diferente de un exceso de demanda de cualquier otro tipo de ahorro.]
EL paro keynesiano sólo tiene sentido como un fenómeno monetario. ¿Entonces, por qué es la política fiscal lo que se receta para el paro? La política fiscal se supone que es cosa de las micro, como el abastecimiento de los bienes que sólo el gobierno puede proporcionar. La política fiscal no puede hacer esas cosas micro correctamente si se le pide que haga también el trabajo que la política monetaria se supone que debe estar haciendo.
OK. Queda una legítima defensa al keynesianismo. Si un médico  de huesos no puede arreglar una fractura en la pierna, podría recomendar una silla de ruedas como una segunda mejor solución hasta que la pierna se recupera. Se podría argumentar que ayudará a que la pierna sane más rápidamente. OK. Pero entonces debe admitir que es una solución subóptima, menos buena que otras, y debe buscar la mejor, y alentar a buscar la mejor la primera vez. No es un vendedor de sillas de ruedas.
El problema con los keynesianos es que no son lo suficientemente radicales. Tienen que mirar a sus propios modelos y ver la raíz del problema, y ​​recomendar las políticas para llegar a la raíz del problema. La raíz de todas las recesiones keynesiana es monetaria.
[Acotación al margen: Ninguno de nosotros realmente entiende nuestros propios modelos. Una cosa es escribir algunas ecuaciones y resolverlas,  y otra cosa es que entender realmente lo que está pasandoY siempre hay una suposición implícita,una  implicación oculta, o una  nueva interpretación, a la espera de ser descubiertos. No está exenta de accidentes la construcción de modelos... Es por eso que la teoría es un desafío.]"

jueves, 20 de enero de 2011

Errores y omisiones

Aquí, Cochrane (Chicago) explica con total claridad por qué la teoría keynesiana del "estímulo fiscal" no funciona. O, mejor dicho, sólo funciona sí-sólo-sí, el déficit es monetizado.
Si el Gobierno decide, para combatir la recesión, gastar más, o sube los impuestos, o se endeuda. En ambos casos está transfiriendo recursos privados presentes (impuestos) futuros (deuda) al Tesoro, para que los gaste. Esto es quitar un $ al consumo o a la inversión privada. de esta forma, el gobierno está impidiendo levantar fábricas para construir puentes (independientemente de la valoración social de esas alternativas).
Ahora bien, si el gobierno vende la deuda al banco central y éste emite dinero para comprarla, entonces está incrementando el gasto total. Pero sólo funciona sí-sólo-sí, no suscita expectativas de mayor inflación. Lo cual nos lleva a que sólo la política monetaria tiene efectos.
De todas formas, hay que tener en cuenta que Keynes nunca dijo que el endeudamiento excesivo era inerme. Precisamente recomendaba monetizado, una vez que la política monetaria había acabado en la "trampa de la liquidez" y no bastaba -en su famosa expresión- "llevar al caballo al abrevadero si éste no quería beber".
La gran aportación de Friedman es haber desmentido a Keynes: no hay trampa de la liquidez: hay una demanda monetaria que aumenta al infinito y el BC debe cubrirla emitiendo dinero.
Krugman (aquí, del que saco la cita de Cochrane) no está de acuerdo, claro, y dice (sic) que estamos pasando una edad oscura (Dark Age) de la economía, pues parece que se hubieran perdido todos los conocimientos adquiridos. Cuando se pone así parece un abuelito cascarrabias contando batallitas en las que no estuvo. De todas maneras, ¡alguien le debería hacer mirar el nivel de la deuda!!
Con todo, son disputas muy estimulantes, pues obligan a los oponentes a afinar sus argumentos, de lo que aquí no hay mucho salvo a niveles muy condicionados y/o pedantescos. Es curioso que llevo 30 años asistiendo a estos debates con diferentes personajes, y eso me hace pensar que Krugman se equivoca, que no es una edad de plomo de la economía. Está cada vez más viva; al menos en algunos sitios.