"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 25 de abril de 2017

¿Por qué el euro no ha funcionado?

Matthew C Klein, en FT Alphaville, tiene un completisimo artículo que explica el fracaso del euro sobre lo que se esperaba de él económicamente. 
Del euro se esperaba que acelerara la homogeneidad económica de los países miembros, es decir, que adelantara la llamada Convergencia económica. Sin embargo, hay ejemplos dentro y fuera del euro que muestran indiscutiblemente que hay más convergencia entre países sin unión monetaria que con ella. 
Australia y Nueva Zelanda, por otra parte EEUU y Canadá, por ejemplo, son países con una gran convergencia y que sin embargo mantienen una divisa distinta que además fluctúa libremente, sin que por ello se vean afectadas las transacciones comerciales y movimientos de capital. 
Otro caso relevante es Noruega y Suecia, países que nacieron unidos, se separaron, y siguen progresando cada uno por su lado pero con estrechos lazos comerciales, de inversión directa y financieros. 
Los paises europeos que más han convergido hacia Alemania son los del Este y Centro de Europa que se han quedado fuera del euro. En cambio, los paises del euro "descolgados" (llámense PIGS) han tenido que ser rescatados, aunque con su propio dinero, por la negativa de Alemania a que el euro fuera una Unión monetaria completa. 
No importa. Los ejemplos de países vecinos con más motivos que Europa para formar una unión monetaria, pero que se desenvuelven bien sin ella, son la refutación de que sólo la unión monetaria consigue la convergencia máxima. 
Ni el euro ha sido condición necesaria ni suficiente para esa convergencia, al revés, ha sido un impedimento. 
Dicho de otra manera más teórica, los paises que cumplen con las condiciones de Área Monetaria Óptima que estableció Mundell en 1959 no se han unido monetariamente, les va bien; en cambio, los paises que no cumplían esas condiciones, como son los del euro, sí se han unido, y les ha ido muy mal. 
Por lo tanto, se ha demostrado que el Euro no es un una Área Monetaria Óptima. Pero también se ha demostrado que sí lo fuera sería redundante. Y más redundante cuanto más países incluya, como es lógico. Porque si no, lo idóneo hubiera sido volver al Patrón Oro (como desafía Klein), al menos para los paises más importantes. Pero cuantos más países, más obstáculos surgirían: más costes de ajuste a diferencias de ciclos cuantos más países... si es que se admite que la política monetaria individual es necesaria para aliviar las cargas que una crisis implica. 
El problema de la teoría es que ha dejado de lado los movimientos de capital, que se espera sean más eficientes tras la Unión de dos o más monedas. En el euro ha sido todo lo contrario: el euro contribuyó  a la burbuja inmobiliaria de España, y luego a la huida precipitada de capitales.
¿Como sucedió? Primero, la introducción del euro bajó los tipos de interés en beneficio de Alemania, que estaba en recesión severa por la reunificación con Alemania del Este. Después, cuando estalló la burbuja, y se vieron las deudas de los paises PIGS, España entre ellos, se dudó que sin un banco central pudieran emitir la deuda suficiente para socorrer las instituciones financieras dañadas y mantener al mismo tiempo el gasto aumentado de subsidios de paro y otros. Eso aumentó las primas de riesgo de impago, que además el BCE gobernado por Trichet se encargó de disparar subiendo dos veces los ripos de interés en 2011. Por eso dice Klein que Draghi salvó al euro en 2012, pero antes casi lo mata Trichet. 
Si los problemas de una UM fueran sólo comerciales... pero los importantes son los monetarios y financieros. Es decir, los problemas que necesitan un banco central nacional para apoyar la política fiscal de salvamento de la banca dañada y mantener durante el tiempo suficiente los gastos corrientes extras debidos a la crisis. 
En suma, el euro ha debilitado la potencia de la política anticíclica al separar la monetaria de la fiscal, sin haberlas unido por arriba en una Unión Eficaz. Una política monetaria-fiscal única sería enormemente potente, pero eso obligaría a Alemania a comprometerse fiscalmente con países de los que nunca se fiará. 
De ahí algunos concluyen que si hubiera habido una unión fiscal, bien coordinada con el BCE, el euro podría haber funcionado. Pero es difícil imaginar una unión fiscal sin una unión política, que Alemania nunca admitirá. 
En todo caso, estos mismos observadores dicen que es la única solución, porque no es posible volver para atrás. En el euro está cifrada toda la contabilidad, los activos y pasivos, y esa es su fuerza y su debilidad. Fuerza porque no va a ser reversible en tiempos de normalidad; debilidad porque en tiempos de dificultad volverá a surgir la sospecha sobre determinadas deudas nacionales. Así que lo único que se debe hacer es acelerar el camino hacia la Unión Total. Mientras no se llegue a ella, riesgos recurrentes de crisis al borde de la ruptura del euro y la UE. 
Y aquí me paro de momento. 

Productividad

Sugerencia: Leer el artículo de Rebeca Gimeno (El País) sobre la desaparición de la productividad. Sencillo e informativo. 
Algunos (seudo) economistas se empeñan en que la productividad está sobrevalorada. A ellos les molesta porque es, en la economía neoclásica, la variable que determina el salario. La economía neoclásica es un exceso de la lógica. En efecto, la productividad marginal no existe, ergo no hay curva de oferta, ergo la productividad marginal no es el límite del salario real. 
Todo eso es verdad, pero la productividad existe contablemente. Ergo, es una identidad contable. 
La productividad en contabilidad nacional es la parte de los ingresos empresariales que se dedican a pagar la renta empresarial y los salarios. Lo que con más tecnicismo se define como la parte del Valor Añadido al PIB por la empresa que va a salarios y excedente. 
Ergo, es un concepto muy preciso. Que no hay regla de distribución entre S y E no quiere decir que no exista. Sí quiere decir, obvio, que cuanto mayor sea la productividad, más dinero hay para beneficios y salarios. 
El reparto depende de varios factores, pero si no hay injerencia del estado, será resultado de una correlación de fuerzas entre la parte laboral y la empresarial. A su vez, está depende de poderes monopolísticos de una o la otra, del nivel de paro, etc. 
De lo que no hay duda es que la productividad es buena, y es bueno que crezca a un ritmo mínimo adecuado, porque cuanto mayor sea, mayor excedente de producción habrá para repartir entre fuerzas activas (empresas y trabajadores) y fuerzas pasivas (pensionistas, parados, etc). 
La mayor o menor armonía entre el estado y las económicas harán la productividad y su reparto más o menos eficiente de cara al futuro, por lo que sería bueno contar con un sistema impositivo no desincentivador de la productividad del capital y del trabajo, a la vez que se garantiza el pago de los pasivos intergeneracionalmente, es decir, teniendo en cuenta no sólo los pasivos actuales, sino los futuros. Sí: los pasitos actuales no son los únicos que tienen derechos, y menos ilimitados. 
Supongo que uds han comprendido que en España no hay nada de esto. Ni productividad, ni imposición ni gasto eficientes, ni gestión interpemporal... Una m---da. 

lunes, 24 de abril de 2017

El valor de Macron, no ser Le Pen

Las bolsas han subido como cohetes ante la probable victoria final de Macron en la segunda vuelta electoral. ¿Por qué es Macron bueno? Porque no es Marine le Pen, y punto. No es que los mercado sean demócratas, es que tienen pánico a lo incierto. Y Le Pen puede ser más revolucionaria y caótica que nadie. No hay más activos para este señor, sin partido, y con proyectos que no suenan insensatos, pero que no podrán ser llevados a cabo.
Primero, porque necesitaría un mayoría legislativa que no va a obtener cuando convoque, una vez presidente de la Republica, elecciones parlamentarias. Por lo tanto, se encontrará con un muro de gran resistencia a sus propuestas legislativas. 
Segundo, porque reformar Francia es cuasi imposible, como él mismo ha experimentado como ministro de finanzas. Hizo un intento de liberalización que acabó en una mayor competencia entre líneas de autobuses de larga distancia, y algunas aperturas de tiendas en festivo "sólo en zonas turísticas" (sic). Una broma. 
Tercero, como nos cuenta Matthew Lynn, las probabilidades de sacar adelante su propuesta de un gobierno fiscal único para el euro tiene "entre cero y cero menos uno probabilidades de ser consideradas en serio por Alemania, por muy razonable e inspirador que suene. 
Claro, que más surrealistas son los planes de Marine Le Pen, que piensa apoderarse del Banco de Francia, dirigir la cotización del nuevo Franco, mientras inyecta miles de millones en proyectos gubernamentales y eleva la protección frente al exterior. Las bolsas, ante la victoria improbable de Le Pen, crujirían antes de que pisase el Eliseo. Y eso es lo que tiene de bueno Macron. Es decir, un "más de lo mismo" de Hollande, el que ha llevado al PS a su muerte electoral. 
Probablemente Macron hará un intento liberalizador más o menos inocuo, como los que ha hecho, y rendirá pleitesía a Merkel entregándole los "planes secretos" de la europeización fiscal. Podemos preguntarnos, ¿durará los cinco años de mandato? Ese será su objetivo una vez que caiga de las nubes, y para ello cederá ante los grupos de presión de izquierdas y derechas, hasta las elecciones de 2022. Si no es así, es que las cosas se han puesto muy feas y no ha sido capaz de mantenerse a flote entre un parlamento pertinaz, unos sindicatos rocosos, y una Marine Le Pen que seguramente contará con más fuerza parlamentaria. Cuantas más veces convoque Macron elecciones legislativas, más subirá Le Pen. 
Así es Europa: una victoria por no ser otro. 

Escalofrío. Descomposición del sistema de partidos

Un escalofrío ha debido recorrer la espina dorsal de los políticos del PSOE, al ver en lo que ha quedado de encogido el PS francés: un 6% de los votos, una miseria para un partido que ha sido, más que la derecha, el creador de Europa. En efecto, si han surgido voces discrepantes con algunos "avances" (eufemismo) de la UE, sobre todo Maastritch, ha sido de la derecha gaullista, mientras los socialistas se lanzaban frenéticamente a decir sí a todo, al euro, a la libre circulación, globalización, a la libre inmigración universal sin control, a la carta de ciudadanía hasta para el último pelagatos sin identidad, etc. Todo los elementos desintegradores europeos, deben ponerse a la cuenta de estos alucinados y de los acomplejados ex de derechas. 
Exactamente igual que el PSOE, y todos los partidos socialdemócratas de Europa, que han caído estrepitosamente por vender un producto deteriorado, y que además a nadie importaba de verdad.
El PSOE debe de tomar nota de lo que le ha pasado a sus colegas galos. Los  ciudadanos votantes queremos soluciones, no ilusiones. Los socialistas deben empezar por laminar a ese cretino de Pedro Sánchez que se ha declarado a favor de un referéndum y sus consecuencias en Cataluña, porque debemos aprender a decir no a lo imposible. Imposible es trocear España y querer gobernarla. Ahora bien, si lo que quieren es gobernar Castilla la Mancha, que lo digan, y acabarán como el PS francés o el partido laborista británico. 
El PSOE sólo puede aspirar a ser partido de gobierno si es español, como indican sus siglas. Cataluña no es una cuestión de Cataluña, sino española y, si me apuran, Europea. Ahora bien, no veo a Europa con la convicción suficiente en este asunto. Parece que sólo sabe respirar hondo cuando pierde Le Pen y volverse a dormir en su nana habitual, como si la termita no siguiera haciendo su trabajo.
Pero mientras, por la derecha, otro escalofrío nos acosa: asistimos a su descomposición acelerada, y Rajoy diciendo memeces, yo que le creí el único que se tomaba Cataluña medio en serio. Me preocupa seriamente la retahíla de memeces que puede decir en público este hombre, mientras la corrupción dinamita su partido. Estamos en manos de un tarado senilizado y un partido por rehacerse, lleno de incógnitas. Bueno, dos partidos. Ahora mismo el PP no podría convocar elecciones sin pegarse un batacazo, que no sería aprovechado por el PSOE si no le dan tiempo a recomponerse. Unas elecciones en las que se hundieran el PP y el PSOE sería trágico para España, porque no es imposible que los antisistema se hicieran con la mayoría. ¿ Se imaginan la mayoría del parlamento, de los jueces, de los gobiernos definitivamente disgregados territorialmente, en manos de Podemos, marea, etc, etc? Literalmente trágico. Imposible, pensarán uds, España no puede llegar a ser Venezuela. Pues yo no lo veo imposible. ¿Improbable? Déjenme un tiempo para que lo piense. Pero veo trayectorias trazadas que no se van a enderezar si no se hace un gigantesco esfuerzo. Y las más claras, las del PP y PSOE. 
Sino se convencen, lean el artículo de hoy de Alvarez Tardío y Roberto Villa, "El pucherazo de la discordia", donde se ve la descomposición a la que llegó la Republica de manos de los Republicanos. 
Hasta aquí nos han traído la Transición mal acabada y un Europa mal pergeñada, y unos políticos absolutamente grises, pero corruptos hasta las cachas. "Dios les de mal galardón". 

domingo, 23 de abril de 2017

Elecciones en Francia. Una batalla más entre los burócratas europeos y los nacionalistas

Los primeros sondeos a pie de urna dicen que Macron (centrista) y Le Pen (extrema derecha) se colocan en primera posición y por ese orden, a escasa distancia. Un resultado así supongo que tranquilizaría a los mercados hasta la segunda vuelta, en quince días. Macron seguramente obtendría el apoyo de los demás partidos institucionalistas en la segunda vuelta. 
Pero sería un respiro en una batalla que  no ha acabado, entre las fuerzas  nacionalistas y los burócratas europeos. A estos, sólo les defiende Alemania y países adyacentes. Como dice Jeremy Warner En The Telegraph

In truth, then the election of a eurosceptic French president is far less of a tail risk than markets generally assume, and much more of a real and present danger. A political asteroid is hurtling towards us; chances are of a near miss, with the future of the single currency given yet another stay of execution. But one day, possibly quite soon, there’s going to be a direct hit. Mervyn King, former Governor of the Bank of England, has it about right; the forces of democratic nationalism and centralised elitism are on course for a head on collision.

En suma, este resultado sería tomado como una tregua definitiva por los europeistas, cuando no es más que un alargamiento de una tendencia hacia el desastre, porque Macron representa exactamente más de lo mismo. Sí, seguramente los franceses serán prudentes y  no le darán el trono a Marine, pero también es verdad que la burocracia Europea respirará tranquila y, por ello, seguirá metiendo la pata.
Seguiremos atentos. 
 

sábado, 22 de abril de 2017

No sé qué pensar

No  sé uds, pero yo no sé que  pensar de las turbias aguas que caen jarreando sobre España, justo a un día de las elecciones francesas, tan cruciales. 
Rajoy puede estar muy contento de haber liquidado, al fin, a Esperanza Aguirre, pero la carrerilla  que ha cogido esto no le va a perdonar a él. Todo el PP está en el "candelabro" judicial, mientras en el PSOE luchan a brazo partido a ver quién acaba antes con las siglas. 
Yo creo que, una vez más, los Rubalcabas van a aprovechar la coyuntura del PP - como hicieron en 2004, 11 de marzo - y sacará a un PSOE presentable, dirigido por Susanita, listo para ganar unas elecciones por hundimiento del PP. 
Yo, que quiero ser posibilista, creo que es lo menos malo que nos puede pasar. Porque del PP no esperen ni las raspas. Ahora les toca a ellos la travesía del desierto, justo cuando creían haber acabado con el PSOE con la colaboración de Podemos. Pues no, amigos. Vosotros mismos, vuestra corrupción que os ahoga, no dejará ni a uno libre, y pasaréis las de Caín como lo ha pasado el PSOE. Si éste no lo hace mal, liquida a Sánchez, y se une en torno a una Susana ilusionante, se volverán las tornas, que es a lo más que puede aspirar este país. (Pedro Sánchez: "Hay que reconocer a Cataluña como lo que es, una nación").
Que esto sea suficiente para tirar una legislatura más, y luego con suerte otra, pues no está mal. A ver que se creen que hemos estado haciendo desde el 11-M. Sea quien sea, tendrá que hacer lo que no le gusta: recomponer la enorme deuda que deja el PP, con el apoyo de Bruselas, si es que Bruselas existe después de las elecciones francesas. No seamos ambiciosos. Pensemos a corto plazo. Partido a partido, legislatura a legislatura. No hay más. 
El PP al hoyo, y el vivo al bollo. 
Y total, ¿qué más da? Si el PP no era ya el partido de la unidad de España (motivo por el que le voté), que es el único tema importante, y parece ser, parece, que Susana quiere no romper España. Ojalá. 

viernes, 21 de abril de 2017

Totalmente de acuerdo

Cristina Losada sobre el PSOE, en LD:
"El pasado y los noes, esas son las coordenadas en las que se mueven los principales candidatos y quienes los apoyan. Porque no es sólo Sánchez el de los noes. Las alternativas que más o menos se perfilan suelen formularse en negativo: no imitar (a Podemos), no apoyar (por pasiva al PP). Cuando un partido insiste en que no tiene que diluirse ni confundirse con otro, ya es tarde."

Reflexiones: cambio climático y economía

Esta mañana, Juan Carlos Barba titulaba su columna "Es imprescindible dejar de pensar en el crecimiento económico". Razón: el crecimiento económico, culpable del calentamiento. 

"Visto el estado actual del conocimiento y la gravedad y aceleración del cambio climático, la única solución racional a todas luces sería reducir la actividad económica mundial."

Hace unos días, yo publicaba un post titulado "¿Debe el capitalismo crecer constantemente?", en el que intentaba explicar por qué sería una tragedia de dimensiones mundiales que se extinguiera el crecimiento.
Las razones son sencillas. Sin crecimiento, sin cambios tecnológicos, estaríamos en una economía de supervivencia, todo el día trabajando para no morir de hambre, y sin lograrlo. El crecimiento es lo que nos ha traído beneficios enormes para todos, desde la alimentación asegurada hasta los máximos avances en la salud, pasando por el tiempo de ocio ganado gracias a la productividad y a que la mecanización (y pronto la robotización) nos libera cada vez más de ingratas tareas en el trabajo y en casa. El crecimiento no es producir más cantidades de los mismos productos, con la misma técnica, lo que no nos llevaría a ninguna parte. El crecimiento es aumento a largo plazo de la calidad: calidad de vida, lo que incluye cada vez menos incertidumbre en cubrir nuestras necesidades - en lo que no suele pensar la gente, que se imagina una historia rocambolesca de distribución -. Desgraciadamente la educación no se preocupa de enseñar al infante y la infanta estas cosas que son mucho más importantes que las fútiles boberías sin base que les inculcan. 
Vamos ahora con la tesis de Calentamiento. Creo que hay demasiada gente deseando creer en ella, por la elemental razón de que  hay demasiados roussonianos que quieren creer en el Buen Salvaje. Aún así, voy a a asumir su teoría y supongamos que es verdad, que el planeta se está calentando por culpa de la acción humana. Si es así, me temo que estamos aviados. 
Estamos aviados porque no soy capaz de imaginar cómo pueden redirigirse los recursos a este fin sin que todo se venga abajo y nos quedemos en la absoluta miseria. No niego que a lo mejor es falta de imaginación mía. Pero me temo que no. 
Les invito a que lean una magnífica entrevista en Revista Consejeros con uno de nuestros empresarios, Manuel Moreu Munaiz, ingeniero y consejero de Iberdrola y Tubacex. Es una magnífica visión de la falta de industria en España (a la que he visto, por cierto, mencionar a JC Barba en numerosas ocasiones), por deslocalización - la empresa española, tan competente, prefiere residenciarse en ámbitos más acogedores, como es lógico - y resulta que se presenta con ventaja a todos los concursos de obras en infraestructuras en el mundo, mientras que el sistema interno nuestro desincentiva tal actitud. Nuestras 10 mejores empresas están entre las 100 mejores del mundo, y sin embargo... 
¿Por que les invito a que lean la entrevista? Porque da una visión antitética de la que se desprende de una actitud cerril sobre el calentamiento. Nada más y nada menos que es necesario seguir innovando, compitiendo, construyendo, creando empleo y productividad, para que de todo ello rezume bienes y servicios para los más necesitados del mundo. Parodiando a Adam Smith, no es la distribución de los bienes y servicios lo que acabara con él hambre y la pobreza, sino la actividad empresarial. 
Y desde luego no se esperen que sean lo países que han llegado a tocar el cielo del capitalismo los que vayan a ceder graciosamemte en su afán de crecer y dar empleo a los suyos, como los paises asiáticos.
Mientras esos países creen con firmeza que están en el buen camino, nosotros, europeas decadentes, sólo miramos para atrás, hacia un mundo que nunca existió y nunca existirá. 
Sí, eso es lo que quiero decir. Si uno se hace adepto a la teoría del calentamiento, que sepa las consecuencias, y las diga, para que la gente pueda elegir entre una teoría  - que muchos científicos discuten - a la alternativa de un mundo devastado por el hambre y, probablemente, la guerra. Porque, tampoco esperen que se dejen de producir armamentos. Y tampoco esperen que el estado va a ser capaz de dirigir con éxito el nuevo modelo. 
Así que hay que elegir, que es el destino del ser humano. 

Caos, desconcierto. Vistazo a la prensa digital

1- ¡Cómo está la izquierda! El facineroso de Willy 'Gili' Toledo despelleja al hermano 'capitalista' del heteropatriarca

"Yo me acuesto ya muchísimo más tranquilo sabiendo qué tipo de fauna puebla el zoo parlamentario en las bancadas de la izquierda" (Periodistas Digital)

2 - La última corona de espinas que Juan Carlos le ha clavado a Sofía hiere al propio hijo

Volvió a recibir otro jarro de agua fría cuando su marido se negó a acompañarla a la tradicional misa de Pascua, celebrada en Palma de Mallorca. A pesar de que ha hablado con su padre sobre el tsunami mediático, don Felipe no ha conseguido que éste atienda a razones y se deje ver en algunos actos puntuales. El rey quiere transmitir la imagen de una monarquía fuerte, y dado que no es amigo de hablar con los medios, se propaga vía gestos, de ahí la importancia que este punto tiene para él. (ídem)

3- La alcaldesa de Madrid, en la apertura del Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y Educación por la Convivencia y la Paz, que arrancó el 20 de abril de 2017, reclamó que:

Hay que intentar entender, no disculpar, al terrorista suicida al que no le importa perder su propia vida con tal de hacer daño.

 

Hay menos violencia allí donde las autoridades son menos violentas.

 (Ídem)
4- Los vasos comunicantes que van de la ciénaga madrileña al tremedal catalán

Los últimos acontecimientos judiciales demuestran que, en esto de la corrupción, Rajoy no tenía razón, que el tiempo no lo limpia todo, mucho menos si el cauce del río no se ha dragado a fondo. (Voz Populi) 

5- Es imprescindible dejar de pensar en el crecimiento económico (JC Barba, Confidencial)

6 - ETC

jueves, 20 de abril de 2017

Le Malaise

Como cuenta con brillantez J. Ignacio TorreblancaFrancia está en un malestar continuo. Para los franceses cualquier tiempo pasado fue mejor, pero echando la vista atrás con un mínimo de objetividad se destruye esa nostalgia,  porque esa película es más falsa que una de Hollywood. Soy medio francés, y sé un poco de lo que hablo. Francia, la eterna descontenta. En realidad hay dos Francias, la Francia profunda y la europeista, y cada una se identifica con lo que los políticos le ponen delante, pero nunca ha estado bien satisfecha con Europa. Por una parte le prometieron que ella sería el inequívoco líder del proyecto, seguida a pocos pasos por Alemania - potencia económica, pero sin liderazgo político por su oscuro pasado, su pecado imperdonable -. Por otra parte, los franceses tienen una bien ganada fama de adornar el pasado como le conviene. Nadie habla de las matanzas de 1871 que "salvaron" la République. O de la derrota de Bien Dien fu. O de la huida de Argel. Francia cierra esas heridas con una gran facilidad - de la que debía aprender España, por cierto. 
Sin embargo, Torreblanca parece querer identificar el malestar con una característica francesa, mientras que yo digo rotundamente que el origen es europeo.  Es una pena. Torreblanca es un escritor notable, pero no se ha quitado la costra de la ideología europeista, que es de izquierdas y derechas, lo mismo sirve para un roto que un descosido. Como dice un comentarista, la PPSOE (Gracias, Alfonso Aniel Quiroga).
¿A qué pasado añora Francia, se pregunta Torreblanca? Por señalar uno muy laureado, podría ser la década de los sesenta, en la que, como España, Francia creció con vigor, mientras De Gaulle se atribuía el mérito. Pero De Gaulle era considerado por la izquierda un dictador asqueroso, y los chicos del mayo del 68 francés casi le derriban. Al final se fue el mismo, para no ser obstáculo a la continuidad de régimen que el había fundado en 1958. Y hasta hoy a trancar y barrancas. 
Pero tampoco demostró capacidad de liderazgo europeo. Maastritch, un invento de Mitterrand para contener la fuerza de Alemania reunificada, le puso más grilletes a Francia que a Alemania. Los franceses de algo eran conscientes, cuando casi se lo cargan en un referéndum. Y dijeron NO a la Constitución europea, que se tuvo que quedar en simple tratado internacional de Lisboa, al que se apela como constitución, pero sin mayúsculas. 
Tanto malestar en tantos sitios a la vez demuestra que Europa no ha sabido hacer un marco convincente para todos. Había que respetar la identidad nacional, no borrarla. De Gaulle tenía razón con su proyecto Confederal de naciones, no federal. Hubiera sido más lento, pero no hubiéramos pasado por las crisis seguidas de Grecia, Irlanda, Portugal, y las que se vienen encima de Italia, Francia, España... con el Brexit en marcha. Insostenible. 

miércoles, 19 de abril de 2017

La noticia de hoy

No he encontrado en ningún medio español, en primera plana, la que para mí es la noticia del día: la convocatoria de elecciones en junio por la Premier británica, Theresa May. 
Theresa May da un golpe muy importante a favor del proceso del Brexit, pues se supone que estas elecciones le permitirán aunar voluntades favorables cuando La oposición está buscándose a sí misma. Con una mayoría reforzada, podrá presentarse con un respaldo fuerte a las negociaciones, y evitar que las eleccioniones, que se presumían para el 2020, podrían envenenar el ambiente en lo crucial de las negociaciones. 
Por otra parte, la UE no puede hacer lo mismo, al contrario. Ve como una pesadilla inevitable las elecciones  cercanas de Francia, Italia, y Alemania, en la que no se encontrarán más que debilidad tras debilidad. 
De momento May ha dado un golpe maestro, pues en junio se presentará con un parlamento más cerrado y unido, y con una economía que carbura. Que carbura además  gracias a que la esterlina se quedó fuera del euro. Aquí pueden ver su anuncio oficial, donde dice paladinamemte claro lo que intenta. 
 Siempre fui escéptico sobre la abrumadora o aplastante ventaja de la UE frente a una "ruinosa" Gran Bretaña. (Un "agujero negro", como la ven en Bruselas.) Considero que la unidad es la fuerza más importante, no el tamaño desmembrado. Y la UE no es un buque imparable y soberbio, sino la suma atomizada de intereses contrapuestos con un director de orquesta que sólo piensa en su propia grandeza, no la de todos. 
En fin, mientras aquí abren todos su primera página con La detención - una más - de Ignacio González, no es noticia un acto de decisión política pura en el interés de un país según los cánones de la democracia parlamentaria. Unanimidad casi total en Los medios británicos sobre el acierto de May. 
¡Despertad españoles! ¡La UE es un buque medio hundido y a la deriva!
(Similar mensaje es el de Ambrose Evans-Prichard hoy, día 20 de abril)

martes, 18 de abril de 2017

Patochada de PI. Con Cristina Cifuentes

No hay cómo hacer ridículo tomándote en serio para quedarte desnudo como el rey del cuento:

 

... Y Con Cristina Cifuentes, que usa armas de mujer, como todas, y además lo confiesa. No conozco a ninguna mujer seria que no utilice su atractivo. Y hacen bien, porque es aprovechar una debilidad del hombre. Algunos quieren construir la naturaleza y la historia a medida de su mezquindad, y están todo el día a hóstigas consigo mismos. Como los del Tramabus. 
A mí me encanta ser seducido. Los marxistas-feministas me aburren. 

domingo, 16 de abril de 2017

De la Secular Stagflation al Ciclo Financiero

En este artículo ofrecemos una visión alternativa - y crítica - a la tesis del Estancamiento Secular, de Larry Summers, con un enfoque financiero elaborado por Claudio Borio. El papel del desorden financiero nunca se ha negado, pero Borio no llega a sustituir satisfactoriamente la hipótesis de raíz keynesiana formulada por Summers. Ciclo Financiero versus Estancamiento Secular. En todo caso, una fructífera discusión en el mundo desarreglado que vivimos. 


Claudio Borio, del BIS, tiene un artículo en el que quiere proponer una alternativa a la hipótesis de la "Secular Stagnation" de Larry Summers. (Borio es un conocido conservador contrario a la Expansión cuantitativa" y los tipos de interés cero.) Su propuesta frente a Larry Summers es la hipótesis del ciclo financiero (GFCD) , desde la que critica sin miramientos la política que se ha seguido desde que estalló la crisis. Hay que reconocer que ante la duda e incertidumbre que invade la economía desde 2008, es gratificante el esfuerzo de Borio por traer una narrativa alternativa a nuestros problemas. 
Primero, veamos las principales diferencias que el propio autor señala entre la Secular Stagnation y la Financial Cycle Drag hipothesis. 
 1) El primero manifiesta que desde antes de la crisis se ha registrado una caída estructural de la productividad debida a factores varios, como la decadencia demográfica, que ha desincentivado la acumulación de capital - y esto se ha traducido en una caída tendencial del tipo de interés natural (tipo de interés real de equilibrio con pleno empleo), bien visible en la caída de los tipos de mercado desde hace décadas. En los últimos tiempos es notable que los tipos reales de equilibrio han caído por debajo de cero, lo que dificulta tremendamente la funcionalidad de los Bancos Centrales para llevar los tipos que controla a un nivel compatible con el pleno empleo. A ello ha contribuido la caída de la inflación a signo negativo, haciendo temer por una deflación acelerada. La inapetencia por la inversión real ha llevado a una caída Secular de la productividad. 
2) Por el contrario, la GFCD dice que lo que estamos viviendo es una crisis financiera traída por un boom previo, que acentuó los desequilibrios de balance de los agentes (activos y pasivos). La brusca interrupción y caída de la burbuja descabaló los balances de todas las instituciones, interrumpiendo la acividad normal, creando un marasmo que no tiene nada que ver con una lenta caída de la demanda. Lo que es más importante, es falso que el tipo de interés natural haya caído por debajo de cero, lo que es una crítica sin tapujos a la política de los bancos centrales. La tesis de la caída de la demanda ha sido sobrevalorada, mientras que se han desestimado factores de oferta que son los que explican la caída -transitoria - de la productividad. 
En el siguiente grafico pueden verse las notables diferencias entre la tesis de la SE y el GFCD. En las notas se describe cómo se obtienen ambas curvas. Lo importante es el observar el gran impacto que cabe esperar de los ciclos financieros. 

Pero ambas teorías, o hipótesis, tienen sus aciertos y sus debilidades. 
La teoría de la SE se basa en una caída lenta y structural de la demanda, lo que casa mal en EEUU, en donde antes de 2008 hubo un gran déficit exterior por cuenta corriente - déficit que jugó un papel fundamental en las distorsiones financieras que desataron la burbuja - déficit que dice todo lo contrario que una debilidad de la demanda interna. Más oportuno parece admitir que ese déficit, que acumuló grandes volúmenes de reservas en China, al ponerse éstas en movimiento, elevaron los mercados del crédito en EEUU. Mientras, el, crecimiento en EEUU no era espectacular, pero no despreciable. 
Por otro lado, Borio alega que el ciclo financiero es perfectamente capaz de originar una tendencia contracriva en la productividad, debido al empeoramiento de la asignación de recursos, tanto en la fase alcista del boom y la burbuja, y luego en la fase contractiva cuando la burbuja explosiona. 
Tampoco admite que la deflación sea necesariamente mala: según sus análisis empíricos hay multitud de ejemplos de deflaciones sin efectos contractivos, incluso "buenas" (aunque admite que no todas).


 De todo ello Claudio Borio ofrece una narración alternativa basada en su hipótesis de la FCG.

Quiero destacar dos párrafos. 
"Consider, in particular, the GFC [Financial Cycle Drag] and its aftermath – although qualitatively this pattern has been discernible since the 1980s (eg Drehmann et al (2012)). Inherent sources of instability in financial markets and poor risk management combined with a monetary policy focused on near-term price stability as well as inadequate regulation and supervision allowed unsustainable financial booms to develop in several countries, most notably the United States, the United Kingdom, Spain and Ireland. The booms turned to bust and caused major recessions, which spread around the world. The policy response to the recession was less than fully adequate. To be clear: policy was very successful in avoiding a major depression as a result of a downward spiral between the financial system and the real economy – ie during the crisis management phase, in which monetary policy in particular played a critical role, in line with its historical lender of last resort function. But the policy mix was less successful in setting the basis for a prompt, balanced, robust and sustainable recovery – ie during the crisis resolution stage. There was too little balance sheet repair and too much reliance on traditional aggregate demand management, especially on monetary policy. Such a response tends to be ineffective when the private sector is overindebted, so that it wishes to retrench rather than spend, and when a broken banking system fails to transmit policy impulses, as empirical evidence suggests.
"Over time, the effectiveness of the policy mix diminishes and its side effects increase. This reflects, in particular, the multifaceted impact of persistently ultra-low interest rates (Borio (2014a), BIS (2016)). They tend to weaken the profitability and resilience of financial institutions, by compressing banks’ net interest margins and inhibiting their incentive to take losses and repair their balance sheets, and by raising the value of insurance companies’ and pension funds’ liabilities, thereby also highlighting the need to save more for retirement. They can encourage resource misallocations more generally: everyone looks “sound” when nominal interest rates are effectively zero in nominal terms and negative in real terms. They can promote the wrong forms of risk-taking, hence the dissonance between exuberance in financial markets and sluggish investment, at least in advanced economies: firms prefer to borrow to pay back shares and hand out dividends rather than invest. And they can fuel unsustainable financial booms in other countries in a different cyclical position."

Es verdad que la política de los Bancos Centrales no ha acabado con los efectos de la crisis ni con elementos de riesgo que se habían acumulado antes de ella: por ejemplo, las deudas públicas y privadas. El gráfico de abajo demuestra como La Bolsa americana se ha distanciado cada vez más de la financiación de la inversión empresarial, por lo que tiene razón  Borio al decir que los tipos de interés tan bajos han incentivado la práctica de circulo viciosos de recompra de sus propias acciones por las empresas y reparto de mayores dividendos, en vez de expandir la empresa, como se puede ver en el gráfico. 

S&P (índice) / PIB. Inversión empresarial /PIB. (indice IV trimestre 2007 = 100)
 

Eso, sin embargo, puede ser una crítica a la política financiera, no a la monetaria. El mundo financiero se ha desconectado aún más de la economía real, y eso agudiza los riesgos de un nuevo sobresalto. Por otro lado, esta crítica tampoco es una refutación definitiva de la crítica keynesiana, en el sentido de que lo que ha faltado es inversión pública que aumentara la demanda y arrastrara la inversión privada. Borio ni menciona está hipótesis, o la subsume en la crítica a la Secular Stagnation, sin decir ni "mu" del austerismo federal fiscal que hemos padecido. Tampoco mención alguna de las tesis de Minsky, financiero preocupado por la tendencia a la inestabildad y el exceso de las finanzas. Minsky predijo las crisis financieras recurrentes con los mismos pasos que la describe Borio. 
¿Es culpa de los tipos de interés cero la baja demanda de inversión? es difícil aseverarlo. Un coste cero para adquirir capital no parece ser, de ninguna manera, causa de que se estanque la adquisición de capital. Tiene que haber otra razón que se interponga, como, por ejemplo, el estado catatonico de los "Animal Spirits" empresariales. En estos pueden influir muchos factores concomitantes, como por ejemplo el nivel de paro, que debilita el consumo y esto frena la necesidad de ampliación de instalaciones. Y estos bajos "Animal Spirits" si que podrían haber sido contrarrestados por una política fiscal más keynesiana, que hubiera ayudado a absorber la deuda privada, hubiera lanzado la demanda de bienes públicos, y arrastrado la inversión privada (siempre pensando que hay un sector público eficiente y no corrompido, lo que a veces es mucho suponer). 
Los tipos de interés cero no son creación de los bancos centrales. En la imagen, vemos que mientras la FED decretó un tipo de interés cero y un bajada de los tipos del Tesoro, el diferencial tipo de interés del bono empresarial respecto al bono del Tesoro estuvo mucho tiempo a máximos históricos, lo que contradice radicalmente la tesis de que  el tipo de interés oficial es una buena guía del coste de la inversión empresarial. 

Diferencial Rendimientos del bono privado Baa - Ídem Bono Tesoro público 
 

Es un indicador certero de que la preferencia del ahorrador en tiempos de incertidumbre se ha ido a lo seguro, el Treasury bond, exigiendo una prima de riesgo más alta, de hasta 3 pp, para adquirir el bono Baa empresarial. 
Por ende, nada de tipos de interés cero para la financiación empresarial. Lo cual responde a fuerzas totalmente lógicas del oferente de fondos - la banca - ante el deterioro de su propio balance en la crisis como el balance de la empresa demandante de fondos. ¿Dónde hubieran llegados estos tipos de interés sin la política de los Bancos Centrales? Algo han hecho para moderarlos tirando hacia abajo de los del Tesoro.

En definitiva, no es que estemos dando palos de ciego en el aire sin encontrar ninguna respuesta, pero una respuesta definitiva nos falta, como en tantos otros campos, por ejemplo, la regulación bancaria. Este estado de seno desconcierto hieren algunos cerrarlo con modelos matemáticos abstractos, tanto más alejados de la realidad cubro más matemáticos. 
En este artículo hemos ofrecido una visión alternativa y crítica a la tesis del Estancamiento Secular, de Larry Summers, con un enfoque financiero que nunca se ha negado, pero que no llega a sustituir satisfactoriamente la hipótesis de raíz keynesiana formulada por Summers. 
¿Lograremos alguna vez cerrar un modelo que nos salve del riesgo de "cisnes negros" financieros y de tendencias a largo plazo inevitablemente pesimistas? Esperemos que estos ejercicios de competencia entre visiones alternativas no sea estéril, y aliente un progreso en el conocimiento de la realidad económica. Lo necesitamos, porque los políticos están ávidos de respuestas, las que sean, no de preguntas, y eso siempre acaba en la compra de demagogia barata y debilitamiento de las instituciones más necesarias. La ideología nunca es la solución. 

Vargas Llosa y Siria

Leído hoy en su artículo del país, 

Aunque es uno de los conflictos más sangrientos en el mundo actual, el de Siria está lejos de ser el único. Hay la pausada y sistemática carnicería de Afganistán, los periódicos atentados que destripan decenas y centenas de pakistaníes, la desintegración de Libia, los secuestros y degollinas que puntúan el avance imparable del terrorismo islámico en África, la porfía subsahariana en escapar al hambre y la violencia que empuja a millares a lanzarse al mar tratando de alcanzar las playas de Europa, la nomenclatura militar de narcos y contrabandistas que sostiene el régimen de Maduro en Venezuela y el deprimente espectáculo de la putrefacción que Odebrecht difundió por Brasil y todo América Latina. Y la lista podría seguir, por muchas horas.

¿Que tienen de común los conflictos enumerados aquí - quitando el del final? Islamismo y comunismo, y más o menos  distancia  a Europa. Sí. El mundo es inseguro y siempre lo ha sido. No ha habido más que breves instantes sin guerra en la historia de la humanidad. Los que se han librado en su vida de conocer la guerra, o es porque han muerto pronto, o porque han tenido una suerte infinita. 
Europa es una isla de paz - de momento, y no en toda su extensión - en un mar ardiendo en guerra. Hay una línea muy bien perfilada que separa Occidente europeo del islam, como decía Huntington, el criticado ensayista por los bien pensantes. Línea que no responde a ninguna racionalidad, interés material, sino al rencor del sentimiento religioso. 
Europa se hizo contra el islam, dicen muchos historiadores, como Julián Marías, lo cual es obvio por otra parte. Europa se hizo de la debilidad ante los nuevos invasores hasta la Reconquista, exactamente igual que España, y en eso España es bien Europea. 
Hubo momentos en que la actividad normal era combatir. El clero y el militar eran las clases superiores. Este último se encargaba de la seguridad. Los demás trabajaban para ellos. Como no había economía monetaria, cobraba por su servicio en especies. La seguridad era el problema número uno en la larga Edad Media. Todo giraba en torno a él. 
Pero no ha desaparecido. Ahora estamos más seguros porque vamos ganando, no porque les hayamos aplacado. El resentimiento está vivo. 
Este es el conflicto de fondo sobre el que rezuma lo que pasa hoy no sólo en Europa, en el mundo. 

sábado, 15 de abril de 2017

Mussolini. La marcha sobre Roma

Genial manera de Josep Pla de narrar la famosa marcha de Mussolini sobre Roma (de la que fue testigo de primera línea), por la que consiguió que el rey le concediera el poder. Atención a la absoluta pasividad del orden constitucional vigente, que piensa que la razón  está de su parte, sobre todo del rey, que efectivamente le da el gobierno a Mussolini ante la falta de resonancia de los demás partidos e instituciones. 
¿No hay una ligereza remembranza con Cataluña y la parálisis del gobierno? Mussolini, ¿no era un payaso? Un golpe de estado sin un solo tiro. (Fuente: Josep Pla: "Notas y dietarios")

... "Un buen día leí en letras capitales en la primera página de mi periódico matinal de entonces, La Nazione de Florencia, la noticia de la gran concentración fascista que se estaba produciendo sobre Milán, con gente llegada de toda el área del valle del Po y de la Alta Italia. Según La Nazione, la concentración era muy numerosa y su bloque principal había iniciado una marcha hacia Bolonia para llegar, tras haber cruzado los habituales collados de los Apeninos, a Florencia, y dirigirse, desde esta población y por la carretera directa, hacia Roma. El periódico aseguraba que Mussolini dirigía personalmente la operación, flanqueado por sus cuatro principales adláteres: el general De Bono, el marqués de Vecchi, Italo Balbo y Michele Bianchi, que al parecer encarnaba el matiz más extremista del fascismo y que, según decían, era el hombre a quien el Duce más apreciaba en aquel momento. 
Acabado el desayuno (más bien escaso) de la Pensione Balestri, me asomé a la Piazza Mentana. Estaba negra de gente, la concentración humana era muy espesa. Cantaban el himno fascista. El Giovinezza. Puede que lo cantaran con un aire ligeramente expectante, pero lo hacían con cierto aplomo y en medio del jolgorio general. Como aquellos días oí cantar repetidamente el Giovinezza, voy a reproducir ahora un fragmento, para darlo por acabado. 
Giovinezza, giovinezza Primavera di bellezza , Il fascismo è la salvezza Della nostra civiltà . Per Benito Mussolini , Cia, cia, a-la-là! 
Confieso que leí la información de La Nazione sin inmutarme mucho, porque los hechos eran inevitables. Hacía apenas cuatro días el partido fascista había celebrado en Nápoles un congreso importantísimo. En su discurso, Mussolini había reclamado el poder por enésima vez. Había transcurrido poco tiempo, pero el tiempo transcurrido era considerado prudencial para obtener algún tipo de respuesta, oficiosa u oficial. No había existido respuesta alguna. Los jerarcas fascistas habían vuelto a Milán exasperados. Al cabo de poco de haber vuelto, Mussolini, incapaz de contener a su gente, que él mismo había exasperado, ordenó la marcha sobre Roma para forzar con el alzamiento popular (a mi modesto entender) la voluntad del monarca. Era la puesta en práctica de lo que venía anunciándose desde hacía tantos meses. La primera parte de la información de La Nazione había sido, pues, largamente pronosticada. La segunda era mucho más curiosa. Consistía en manifestar que la marcha proseguía con toda normalidad y que, durante su proceso, no se había producido el más mínimo obstáculo, el más ligero contratiempo, ni por parte de la policía del Estado ni por parte de los grupos de acción de los partidos contrarios. 
Si bien lo último ya causaba bastante extrañeza, más raro parecía lo que a mi modo de ver era lo fundamental de la situación, a saber, que ante la actuación de los fascistas, el ejército, la policía y el bloque del Estado en general acababan de adoptar una postura de neutralidad de neutralidad favorable, en definitiva—. El bloque general del Estado había jurado la Constitución y era evidente que servía a la Corona. La Corona, hasta la fecha, no había dicho en público esta boca es mía. De lo que no cabía la menor duda era de que sus servidores, de puertas afuera al menos, se habían anticipado. 
Bajé a la Piazza Mentana y entré en contacto con gran cantidad de gente. En la mismísima puerta del Fascio quiso la casualidad que me encontrara a un fascista importante, el onorevole Finzi, a quien conocía de los medios periodísticos locales y que en aquel momento salía de casa. Me dijo con gran vivacidad lo que yo quería preguntarle: 
Non ne parlamo più, caro signore! Il Re è d’accordo, Auguri! Arrivederci ... 
Salí del creciente empalago patriótico de la Piazza Mentana y me dirigí al centro de la ciudad. En un café frecuentado por periodistas, hallé a unos cuantos. Estaba formándose la concepción general. El hecho de que la marcha no hubiera encontrado obstáculos, ni tan siquiera en los sitios más adversos, era un indicio de que el fenómeno, si no avalado, cuanto menos había sido aceptado. En aquella época yo conocía muy poco poquísimo—Italia. 
Me llevé una sorpresa al constatar la felicidad de los italianos ante el hecho consumado. Les gustan los ganadores. A nosotros, en cambio, parecen gustarnos los perdedores. Son dos posturas radicalmente opuestas. Ante la inmediatez de un cambio, el gran problema de un italiano es situarse de un modo favorable. Nosotros solemos entenderlo de forma diferente: a veces por dignidad, a veces por recalcitrante testarudez. Por la tarde, casi toda Florencia había llegado a la conclusión de que la marcha, aunque no prosiguiera con la bendición, había sido aceptada por las más altas instituciones. La gente iniciaba la aceptación... Cosa vuole? se oía decir a la gente—. Capirà ... 
Al día siguiente empezaron a llegar fascistas a Florencia. Llegaron muchos. Todo parecía perfectamente orquestado. Llegaron primero los que venían en tren en los trenes normales, además de los trenes especiales—. Estos tenían su importancia, pero no tanta como los que venían por carretera, en una procesión interminable de medios de transporte basados en el motor de explosión: automóviles de todas las formas y categorías, de todas las edades, de todas las marcas, ómnibus, camiones, etc. Los fascistas llegados en tren habían hecho mucho ruido, pero habían resultado mucho más visibles los llegados por carretera, sobre todo la población rural, a la que Mussolini valoraba al máximo. Unos y otros llegaron a la misma hora o casi—. 
Es muy posible que la marcha hubiera empezado en un ambiente más bien frío quiero decir, de fría expectación—; lo cierto es que a medida que bajaban hacia el sur el ambiente iba caldeándose. Florencia había sido, hasta hace bien poco, un covo di sovversivi. Con la llegada de los primeros pelotones, la ciudad empezó a imbandierarsi ; primero con cierta parsimonia; luego, todas las fachadas quedaron saturadas. En la Piazza Mentana no había quien diera, literalmente, un paso. Tuve trabajos para llegar a la pensión. En mi habitación había dos camas; cuando entré, un fascista dormía vestido se había desprendido tan solo de las armas—sobre la cama que yo no ocupaba. Daba la impresión de estar cansado, porque dormía como un tronco absolutamente vegetal. Abandoné la habitación de puntillas y volví a la plaza. La música, las canciones, llenaban literalmente el aire. La Giovinezza llegaba de los cuatro puntos cardinales. También se cantaban muchas canciones de la pasada guerra. Me acuerdo de aquella del Piave : E il Piave mormoró: non passa lo straniero! También se cantaban las de sabor geográfico-provincial, como aquella de Venecia, tan maltratada: Andiamo in gondola , andiamo in gondola , andiamo in gondola , a conspirar ... Y muchas más. Era sorprendente la cantidad de canciones que sabía aquella gente. Cuando acababan una, empezaban otra, sin parar, horas y horas... A medida que crecía la riada humana, Florencia iba cogiendo un aire insólito, inaudito. Por la Señoría y sus alrededores, por Santa Croce y el Museo, Tornabuoni, Santa Maria Novella, la estación ferroviaria, por los jardines de Boboli, o al otro lado del Arno, el gentío era impresionante. 
¡Cuántas camisas negras! La densa negrura de las camisas le daba al aire, a las cosas, una negrura general, vastísima, continua. Florencia, que a través de su historia ha visto tantas cosas, ¿había visto nunca desde el punto de vista del color, sobre todo—semejante espectáculo? La negrura, al principio, me produjo cierta extrañeza. Después, no me gustó en absoluto. No estoy diciendo que en Italia el negro no sea un color popular el negro del duelo, de los entierros, el color de los vestidos de tanta gente, el domingo sobre todo—, pero quizá había demasiado. En los cafés, en los hoteles, en las calles, no se podía dar un paso. En las calles del centro, que no se caracterizan por su anchura, se veían coches de caballos, automóviles, carros volcados, bloqueados por la gente. ¡Y cuántas armas, válgame Dios! 
En las calles estrechas, la prostitución iba a todo gas. Florencia estaba convirtiéndose en el remolino fascista de todo el norte de Italia. El desorden era considerable, prueba tal vez de que el fenómeno tenía un fondo de seguridad en los dirigentes. Este desorden quizá no llegó nunca a ser cafarnaúmico debido tal vez a la visión de las armas que llevaban los fascistas—. La gente confraternizaba, cantaba, se abrazaba, se besaba, se traslucía en su cara la temperatura de los sentimientos patrióticos. La temperatura era elevada; no había forma de ver una cara con facciones normales; todos parecían algo demudados y frenéticos. Algunos parecían un poco cansados. Había algún fascista maduro; viejos, poquísimos; la juventud menor de treinta años era abundantísima. 
Observando el panorama humano, podían distinguirse grosso modo—los dos tipos: el fascista arreglado, bien vestido, generalmente con guantes, reaccionario de conversación convencional, disciplinado, perfil estilizado, pelo rizado a veces; y el fascista popular y echado a perder, hablando de cualquier manera, con las facciones ligeramente desencajadas, muy parlanchín, tránsfuga, por lo general del anarquismo y el sindicalismo los anarquistas y sindicalistas que Mussolini había convertido al patriotismo garantizándoles, probablemente, seguridad frente al mecanismo de la policía—. Estos sujetos no eran muy amantes de la disciplina, eran sentimentales y cínicos, pero el fascista de buena casa los adoraba porque constituían, en definitiva, la base popular del partido y tenían una historia de subversividad muy similar a la de Mussolini. 
En aquella riada humana, no alcancé a ver o así me lo pareció—a mucha gente típica de la industria o del comercio. Había más bien clase media, empleados y muchos campesinos de toda clase propietarios, y campesinos que iban a la mezzadria—. Vi a personas de ojos azules, rubias, de piel blanca, de la parte del Véneto, que parecían algo intimidadas por aquel alboroto, y a hombres de ojos oscuros, de la Emilia, de Lombardía y del Piamonte de esta región, menos—, que se movían con mayor libertad y holgura. Aquella tarde di una larga caminata por Florencia nada cómoda y con muchos empujones—. 
Cerca de la estación terminal, vi un coche con una pancarta que decía «Presse». Me acerqué. En realidad no era un coche: eran dos taxis de Milán que llevaban la pancarta «Presse». Eché una ojeada, y mi primera impresión fue que los coches estaban vacíos. La luz no les daba de lleno. Mi segundo examen fue más fructífero: vi a un hombre, con un vestido claro, tumbado en los asientos traseros de uno de los taxis. Intenté abrir la puerta. El tumbado levantó la cabeza con total indiferencia. Lo reconocí enseguida: era un periodista danés, de la Agencia Telegráfica escandinava, al que había conocido en París y tratado en la Conferencia de Génova; un hombre conocido por Tomsen pero ignoro si se llamaba así—. «Allo!», me dijo al reconocerme. Y abrió la puerta enseguida. Me hizo sentar en el automóvil y fumamos unos cigarrillos. «Mais qu’est-ce que vous faites ici?», me dijo con aire compasivo. Le respondí que al ver un automóvil que decía «Presse» había tomado la decisión de seguir la marcha hasta Roma al precio que fuera. Que no disponía de unas finanzas lo suficientemente boyantes como para tomar un taxi por mi cuenta y seguir el itinerario fascista. Que la verdadera solución sería encontrar un sitio en cualquiera de aquellos taxis alquilados por los compañeros de la prensa extranjera pagando a escote, naturalmente—. El periodista danés me dijo que en los taxis había sitio, que él, personalmente, no veía dificultad alguna en el proyecto, pero que la respuesta estaba condicionada a la opinión de sus amigos. «¿En los coches solo hay periodistas?», le pregunté. «Sí, señor. Está toda la ménagerie, como dicen en París: ingleses, franceses, un holandés, escandinavos...» «¿Y dónde están estos amigos?» «Divagando por Florencia. Están pensando en el telegrama que enviarán por la noche.» «¿Les verá usted en alguna parte?» «Nos encontraremos para cenar en el restaurante de la estación. Casi con toda seguridad, en este restaurante es donde habrá menos fascistas. La gente tiene tendencia a ir para el centro.» «¿Usted, no se ha movido?» «No, señor.» «¿No le interesa?» «Pse... Claro que sí. Pero estos espectáculos son siempre iguales. Llevo más de veinte años haciendo lo mismo. Esta noche redactaré los telegramas, que serán aproximadamente como los de los demás. Usted es joven, pero quizá me comprenda...» Le pregunté enseguida si a él y a sus compañeros les importaría que yo cenara con ellos. Me respondió que no creía que a nadie le importara. Así, para esperar la cena, pasamos el rato, sentados en el automóvil, fumando cigarrillos. La conversación se alargó en exceso. (Me figuré que la noche anterior aquel grupo de periodistas había bebido copiosamente.) De pronto, el escandinavo pareció despertarse y me preguntó bruscamente. «¿Lleva usted mucho equipaje?» «No, señor; una serviette .» «En este caso, prácticamente le puedo asegurar que viajará con nosotros. Hace bien llevando poco equipaje. Esta historia durará poco. Pasado mañana, Mussolini será presidente del Consejo de Ministros.» «¿Está seguro?» «¿Acaso no se da cuenta de que ya lo es? Mirando el espectáculo, se ve clarísimo. Falta la tramitación... Nada más.» 
Estuvimos hablando muchísimo, aunque de forma espaciada, hasta la hora de cenar. De vez en cuando, el periodista se dormía, descabezaba un sueño. No podía más. De golpe, se despertaba y me miraba, triste y sonriente. En uno de sus momentos de lucidez me dijo unas palabras que me han quedado grabadas para toda la vida. Me dijo que el régimen de Mussolini sería espectacular y que, desde el punto de vista periodístico, daría un gran rendimiento. «Las agencias de noticias y los periódicos van a ganar mucho dinero. Será algo nuevo, de ahí que vaya a interesar a la gente... El resultado... comprenderá que a mí tanto me da...» 
Cuando llegó la hora, fuimos al restaurante de la estación Firenze-Termini. Cené con aquellos compañeros periodistas. La cena fue silenciosa y morosa, porque los periodistas no suelen ofrecer nunca noticias antes de haberlas transmitido. Me aceptaron en su viaje hacia Roma. Después de cenar chianti abundante—, fuimos a telegrafiar. Yo llegué dificultosamente—a la Piazza Mentana para recoger una serviette. En la cama sobrante de mi habitación no había ni rastro del fascista; otro uniformado había ocupado su puesto y dormía profundamente como el primero. A las dos de la madrugada, se pusieron en marcha los coches y emprendimos el camino de Roma siguiendo la riada fascista. Era una verdadera riada. Tomar una velocidad cualquiera resultó imposible. Se impuso la cola inevitable. La noche era magnífica. Los periodistas empezaron a dormir. Las canciones habían ido muy a la baja. Se oía tan solo el ruido sordo de la carretera bajo las estrellas inmóviles e indiferentes. Íbamos encontrando a tanta gente que me pareció que la cola no tenía principio ni final. Esto me abrió los ojos: la estancia de los fascistas en Florencia había durado solamente unas horas; a medida que iban llegando, hacían salir a los que ya se encontraban allí. Internamente, la cosa parecía desorganizada; ahora bien, las líneas generales de la organización de la marcha eran perfectas. Al rayar el alba, pareció que los periodistas se despertaban. Se pasaron un poco de colonia por la cara y, a pesar de la devastación y el cansancio, parecieron reponerse. Uno - un francés—planteó enseguida un problema. «¿Dónde está Mussolini?», preguntó. El periodista holandés salió con una teoría del honor y dijo y afirmó que la vergüenza exigía que Mussolini estuviera al frente mismo de la manifestación, rodeado por los grandes jerarcas. Tal composición de lugar fue considerada tan infantil que ni siquiera se discutió. Cayó en la pura inanidad. Como el periodista francés afirmó enseguida que la primera obligación era acercarse a Mussolini, un periodista escandinavo sugirió sin empeñarse demasiado en ello—que el Duce debía de estar seguramente en la cola de la marcha, como el pastor tras sus ovejas. Un periodista inglés preguntó entonces, riendo, dónde estaba la cola de la marcha: ¿en Florencia, en los collados de los Apeninos, en Carrara? El periodista francés, sin embargo, se hizo fuerte en la necesidad ineludible de ver a Mussolini. Ante todo, ordenó que el chófer tratara de llegar como fuese a la vanguardia de la marcha; al poco, el intento fue abandonado por imposible. Le tocó el turno entonces a la segunda solución, y el periodista propuso aparcar en la boca de una carretera lateral, ceder el paso al grueso de la marcha y tratar de ver si al final estaba Mussolini. 
Estuvimos parados mucho rato y casi nos dormimos, cansados como estábamos de ver pasar la procesión. El periodista francés era excelente, pero no me cabe la menor duda de que ignoraba por completo la longitud que las cosas pueden llegar a tener. Perdimos un tiempo considerable. Presenciamos el paso de los fascistas por las tierras de secano de la parte sur de Umbría: les recibieron de forma entusiástica y muchos campesinos de la más variada condición se unieron a la marcha vestidos de paisano. En cambio, al llegar a Perusa, y de esta ciudad hacia abajo, me pareció que el recibimiento dentro de la universal curiosidad, naturalmente—se volvía más frío. Llegamos a Roma después de comer y casi muertos de hambre. Lo primero que hicimos nada más llegar a la capital fue ir a la oficina estatal de prensa. Allí, le oímos decir a un portavoz oficial que Mussolini saldría de Milán en un tren expreso aquella misma noche y que a la mañana siguiente sería recibido por el rey. El funcionario dejó entrever que de la entrevista saldría la investidura de Mussolini como presidente del Consejo de Ministros. 
En realidad, el fenómeno de la marcha estaba acabado. Muchos participantes ni siquiera entraron en Roma. Fueron devueltos a sus lugares respectivos. Y así empezó el Gobierno de Mussolini y la era llamada fascista, que duró muchos años y ha tenido, en nuestra época, una importancia decisiva."

viernes, 14 de abril de 2017

Procesiones y progres

Elvira Lindo en "Por los clavos de Cristo" (me suena a juramento de película anglosajona. No lo he oído en España) muestra su faceta progre molesta con tantas procesiones.
 ¡Y qué más da, por cuatro días que la gente se disfrace de legionario o de penitente, con esos gorros picudos que dan pánico, recuerdan a la Inquisición! qué más da.
Sobre todo cuando uno está en Madrid, ciudad en la que te puedes esconder y no ver ni una sola procesión. Ni olerla. Madrid es la ciudad donde nadie te vigila. Sales a la calle y te sientes libre. Si no, tuerces una esquina y iups, has dado esquinazo a quien sea. Un penitente que te persigue con una cruz (oh, perdón, quizás un de tus "pesadillas" más insistentes).
Venga Elvira, coño, no es pa tanto. Además, trae dinero, divisas, pasta. Los del turismo crean empleo y se forran por cuatro días de nada. Con eso preparan la campaña del verano. Ten en cuenta que es nuestro negocio más seguro. ¿Que somos un parque temático? Pues sí, y lo que hay que hacer es buscarle las vueltas para que sea más productivo. Pero lo necesitamos. Vivimos de eso y poco más. Lo que habría que hacer es convencer a Alemania que nos subvencionara más por la fiesta, los toros, los penitentes, los pasos, las saetas. Italia vive de sus piedras, nosotros vivimos de reavivar un pasado estrambótico que se convierte en presente atrayente, apasionante. A ver qué país del sur de Europa tiene un espectáculo tan pintoresco, sorprendente, y muchas veces incluso estético. 
¡Esa mezcla de marchas militares, cantos religiosos, desfiles, silencio! Por Dios y los clavos de Cristo! 
¿Acabar con eso? No, no, no, jamás, marchaos vosotros, los progres estetas decadentes, a Alemania, a moriros de asco, dejadnos solos de una puta vez en vez de querer echarnos a nosotros. Zoy españó - pese a ser medio francés. "Ni venceréis ni convenceréis", porque sois menos de los que creéis. 
Y si no, perdeos por Madrid, como hago yo. 

jueves, 13 de abril de 2017

Las consecuencias económicas de Keynes

En referencia a mi post "Por qué Keynes, por qué Friedman", he recibido la típica crítica del bando austriaco que asegura que Keynes consiste en hacer gastar a la gente en cosas que no quiere comprar. Literalmente, 

"Dejando al margen las distorsiones que ciertas políticas puedan generar (muy en especial, la rebaja artificial de los tipos de interés), la cuestión clave sigue siendo: ¿y por qué los consumidores y los inversores, de un modo u otro –con impuestos o con la dilución del valor de sus divisas–, tienen que acabar pagando por una producción que no quieren? Pues únicamente porque se ha fijado como objetivo social que el desempleo no aumente. El problema es que por esta vía disolvemos la economía y la división del trabajo: si una parte ineficiente de la población fabrica unos bienes que la otra parte más eficiente no desea, forzar a que los segundos entreguen sus valiosas mercancías a cambio de las de los primeros equivale obligarles a realizar un intercambio no beneficioso."

Me pone de muy mala leche esta manera de "pensamiento automático", de los que han leído una sola versión de la economía y de la historia. Y que seguramente no son economistas, aunque los hay que dirían algo parecido. La escuela austriaca es sospechosamente fácil de aprender para un no economista. Mi respuesta ha sido breve, pero necesito alargarla. 

"Se nota que no ha leído a Keynes, sino sólo críticas de la escuela austriaca. Keynes predijo en su "Consecuencias económicas de La Paz" (1919) la Segunda Guerra Mundial. Todo por gente que pensaba como ud.
"El problema no es que me obliguen a comprar algo que no quiero. Es que no puedo vender mis activos, o mi trabajo, para comprar lo que quiero. Y cuando eso ocurre masivamente, por millones y miles de millones, lo que dice ud no tiene nada que ver. Es decir, crítica austriaca superficial." 

Primero, no ha leído bien mi texto, que era afirmar que Keynes nunca fue el fantasma de gasto fiscal creado por sus seguidores. Fue un economista monetario, y además un economista que tenía en cuenta la importancia de los balances financieros. Eso le permitió recriminar a los potentados de la Conferencia de Paz  París de 1919, en el sentido de que si a Alemania y sus aliados  se les exigía tal cantidad de indemnizaciones de guerra, El Centro de Europa se empobrecería tanto que habría conflictos crecientes y otra guerra... como sucedió. Y sucedió porque Francia se empeñó en cobrar hasta el último céntimo, como si eso le devolvería los daños de guerra. Todo lo contrario, lo que creó fue un rencor y un malestar social que generó monstruos como Hitler... que inició la segunda guerra. Ténganse en cuenta que Hitler ganó el poder por las urnas, algo que en estos tiempos de baja ignorancia no lo saben ni los cultos. Es decir, Hitler era popular, no un militar que dio un golpe de estado para hacerse con la voluntad de los alemanes. Cosa que puede volver a suceder en Europa en estas fechas tan "democráticas". 
Bien. Vayamos a Keynes. Keynes nunca dijo que había que restablecer a lo loco el gasto público para compensar la caída del gasto privado, financiada con impuestos. Si subimos los impuestos y los gastos en la misma cuantía, no creo que eso anime a la gente a gastar. 
El problema en 1929 y 2008 es que la gente, repentinamente, se quedó sin recursos para comprar lo que quería, no lo que no quería. Es decir, se quedó sin activos, que se habían desfondado, como acciones y pisos, y sin trabajo. No tenía para comprar caprichitos, sino comida y vivienda. ¿O no ha oído hablar de los desahucios, de los despidos, del aumento del paro hasta el 25%? La respuesta no es decirle a la gente, "aguántate, o jódete (como decía aquella diputada del PP), no haberte comprado ese piso que ahora no puedes pagar", o redúcete el sueldo hasta un nivel de miseria, saca a los hijos del colegio, etc..."
Lo que quería Keynes (y Friedman hubiera estado de acuerdo) es darle a la gente el dinero que necesita para gastar en lo que quiere. Porque mientras no gast en lo que quiere, otros se quedan sin renta, y no gastan en lo que quieren, etc... Son circunstancias excepcionales. Yo no digo que haya que hacerlo siempre. Pero en una economía moderna, todo afecta a todo, y si la caída del consumo trae la caída de la inversión y el despido masivo, sentarse a esperar que las cosas se arreglen por sí solas exige años, como ha sucedido en Europa con su maldita política de la austeridad. La prueba del nueve: EEUU y RU hicie no una política distinta, de expansión monetaria y endeudamiento, y en 2009 estaban saliendo de la crisis. Nosotros no empezamos hasta 2015, cuando Draghi se decidió, siete años más tarde que EEUU, a expandir la oferta monetaria. 
Pero si, estuvo muy bien como lección moral: no haber gastado tanto, no haber especulado. Lo malo es que esas lecciones morales se las lleva el viento, porque la gente prefiere culpar a otros, al gobierno, a los políticos, y acaba votando a lo que ahora llaman "populismo" pero que yo prefiero llamar fascismo o comunismo, depende. 
Yo veo a Keynes como un gran observador del comportamiento humano, y su trayectoria lo demuestra. De "Las consecuencias económicas de La Paz" en 1919 (por cierto que dimitió de su cargo de la delegación británica), a su "Teoría general de la renta, el interés y el dinero" (1936) luchó por La Paz. En el entretanto, descubrió una nueva teoría monetaria, que todavía prevalece. La demanda de dinero por parte del público ya no se puede obviar como hacían los anteriores. ¿Cometió errores? Muchos, pero lo malo es que desde los años cincuenta fue obviado y su teoría fue mistificada. En gran parte, justo es reconocerlo, por sus propios seguidores. 
Luchó por La Paz al mismo tiempo que lo hacía Ortega y Gasset, alguien que desde otro ángulo sentía la misma angustia por la situación de Europa, como conté en "Vidas paralelas". 
En fin, que Europa estaba en una tesitura angustiante, y me temo que hoy estamos en otra tesitura angustiante, aunque los Minayas y los Tortejadas no se quieren enterar. Ojalá tengan razón, y no yo. 

Un nuevo riesgo electoral en Francia: Mélenchon

Los mercados están empezando a reflejar el "doble" nerviosismo de que en Francia ya hay dos riesgos electorales. Ya no es sólo Marine Le Pen; Jen-Luc Mélenchon está ganando posiciones inesperadamente, hasta el punto que cabe la posibilidad de una segunda vuelta entre dos terrenos: Le Pen versus Mélenchon. Vean la prima de riesgo del bono graves a 2 y a 10 años. 

 

¿Y quién es Mélenchon? Un izquierdista de tintes sovietizantes, anticapitalista, que pretende plantearle a Alemania una política fiscal keynesiana para Europa financiada por el BCE, y si no acepta, ordenar que el Banco de Francia empiece a emitir euros y hacer su propia política social. Una especie de Modern Monetary Theory a la francesa. Lo que tenía ensado Syeiza para Grecia, pero se arrugó. Mélchon dice que el no se va a arrugar, y que Francia no es Grecia. 
10 días faltan para la primera vuelta electoral. 

miércoles, 12 de abril de 2017

Titulares de prensa indescifrables, para entendidos, o incitadores a la risa

Titulares-enigma, ¿quizas para invitar al lector a leer el texto? ¿O hay un premio para quien acierte con el Sentido?

1) La estafa de la nevada de Burgos: Ausbanc traicionó a sus propios socios por 400.000€ (Confidencial). Ilustración: quitanieves en acción. 
 
 

2)  Pineda ofreció a La Caixa patrocinar aceite de oliva como antídoto (sic) contra Artur Mas (VozPopuli).

3) Saracho se la juega con DBRS, la única agencia que no ve a Popular como 'bono basura' (VozPopuli). En efecto, Popular no es basura. 

4) Una historia de terror y supervivencia escrita en la caca de los pingüinos (VozPopuli). Día del libro. Incitación a leer caca, 

5) Interior duplica el gasto en imanes para combatir el yihadismo en las cárceles (VP). 

martes, 11 de abril de 2017

¿Por que Keynes, por qué Friedman?

He leído un agresivo post de Scott Summer contra Keynes: Keynes as religion. Viene a decir que sería mejor que Keynes no hubiera existido, o al menos que se le olvidara. Todo ello en respuesta a un artículo de Noah Smith sobre la necesidad que tenemos de Keynes. La crisis ha dejado un vacío teórico, ha certificado que los modelos al uso eran erróneos, y al menos algunas características de la teoría de Keynes han sido  más o menos probadas: cuando el tipo de interés llega a creo - trampa de la liquidez - el Banco Central se vuelve inoperante. 
Es verdad que Keynes, o al menos el keynesianismo, ha fallado en Japón. Décadas de déficit público no ha conseguido levantar la economía - aunque nunca sabremos que hubiera pasado sin ellos. Pero no deja de ser un fallo escandaloso de la teoría del multiplicador, puesto que la deuda pública ha aumentado más que el PIB, sin lograr que arrancara. 
Pero es que Keynes NO es una religión. Para empezar, Keynes - como dijo Minsky -  es un excelente economista monetario, el mejor probablemente, el más original, al menos el primero en hablar de la demanda se dinero como inestable y decisiva. Las condiciones monetarias no se definen por la oferta de dinero del banco central, si no se comparan con la demanda de dinero. Oferta y demanda determinan las condiciones monetarias fáciles o difíciles. Eso no lo han entendido los de la escuela austriaca ni nunca lo entenderán. 
 Así que esa es una razón para salvar a Keynes de la hoguera: sus aportaciones decisivas a la economía monetaria. Aportaciones que no le negó ni Friedman, que decía más o menos lo que he dicho aquí (ver su artículo "John Maynard Keynes"). 
Hablando de Friedman, Mark Thoma nos lleva a Olivier Blanchard, que dice que necesitamos cinco modelos macroeconómicos para poder responder a los desafíos de hoy. Esto es inadmisible para la teoría de los Nuevos Clásicos, que no haya un solo modelo que responda a todo. Pero Blanchard, que se ha trajinado la crisis como jefe de economistas del FMI, sabe se lo que habla. 
No se puede ser exclusivista sin riesgo de caer el el dogma. 
Otro día me expandiré sobre esa proposición de Blanchard.