Como he insistido tantas veces, la subida de los precios alimenticios, causada por el empeño de subvencionar el Biodiesel a escala planetaria, iba a provocar hambruna. Ya no es una hipótesis, como podemos leer en el Financial Times:
"Hunger on a massive scale is looming across the Horn of Africa as a combination of drought and high food prices has left more than 14m people in five countries in need of emergency food aid, according to the United Nations."
Es decir, más o menos, "Una hambruna a gran escala se extiende en el cuerno de África por una combinación de sequía y altos precios de alimentos ha dejado a unos 14 millones, en cinco países, en estado de emergencia alimentaria, según la ONU."
El desvío de cultivos de gran productividad, que vienen alimentando a los países necesitados, hacia la producción de imputs de biodiesel, ha sido, si se me permite, la gran cagada del siglo XXI -hasta ahora.
Sabemos de siempre que esos países son improductivos y viven malamente de la caridad internacional, porque tienen gobiernos corruptos. La ayuda a través de esos gobiernos sirve de poco; pero la ayuda, cada vez más eficaz, a través de ONG honradas que van directamente a los necesitados, sin pasar por estamentos oficiales, consigue, mal que bien, mantener un mínimo de aistencia. Mientras existan esos regímenes no habrá más remedio que mantener un sistema como ése, muy poco liberal y productivo, pero lo menos malo de lo peor.
Ahora bien, lo prioritario es desmontar ya esa aberración de la ayuda al biodiesel, que está haciendo un daño inmenso, y no sólo allí: los precios que estamos pagando en nuestro mundo por los alimentos nos ha reducido la renta real, con lo que tenemos menos recursos para hacer esas donaciones. Los únicos ganadores han sido los subvencionados, que no creo que dediquen muchas ganancias a las ayudas. Por mucho que se empeñe Zapatero en aumentarnos los impuestos para ayudar al mundo, debería pasar el cazo primero a los beneficiados y promotores del gran fiasco.
En fin, que la economía es una cosa delicada en la que, si se trastocan los sistemas de precios, todo se descaraja. Lo mejor es que los precios recompensen la productividad, y no ensueños, por muy bienintencionados que sean. El camino del infierno sí está empedrado de buenas intenciones.
ONG honradas...te cagas!!!
ResponderEliminarLa solución está en la megapila de uranio...a tomar por culo los árabes y su puto petróleo y los progres y su puto biodiésel.
Perilo
PD: qué tal la berza???
La berza la que llevas puesta, que no te has bajado a la tierra, tocagüevos.
ResponderEliminarUsando la energía de biomasa que crea la berza en tu organismo se soluciona el problema del calentamiento global...Pero si cagar para mover tu coche no te acaba de convencer, te sugiero que leas las ventajas del uranio según Arpamón en el siguiente link:
ResponderEliminarhttp://www.lorem-ipsum.es/blogs/equilibriosocial/
Qué fumao, malthusiano!!!!
Perilo
Ya me lo imagino: ¡una fumada!
ResponderEliminar... Además, estoy leyendo el Hola, que es mas diver.
ResponderEliminar... Por cierto, el heredero japonés, más bajito que doña Leti. Cuirioso, lo relativo que es todo.
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