La corrida

Hay un tipo de corrupción de la que no se habla, pero más dañina que la del tipo "Marbellí", o "Luis Roldán", por ejemplo. no es una corrupción de dinero, abiertamente "cohechadora", sino la de la sumisión de voluntades por el despertar de ambiciones profesionales. Es la corrupción a la que aludo en mi artículo de hoy. Yo los he visto, pues los he tenido al lado: son los que se han callado su fundada opinión por no perder, o por ampliar, su carrerita ascensional. de todas maneras ya tenían una carrerita garantizada por su variado currículum, pero resulta que ese curriculum estaba hinchado como un globo, de aire, de gas. ¿Entonces, porqué no amarrarlo con una buena carga de obediencia servil?
Tanto dinero gastado en su educación en USA, en las más selectas universidades, para que luego lo aprendido se tire al estercolero del servilismo, y a cambio de una ampliación del horizonte profesional (nada menos que de España a Europa, de escala prvincial a escala cosmopolista, cinco estrellas de dietas), se admita como norma el silencio ante la venta a la baja del estado. total, ¿qué más da, si de todas formas va a ocurrir?
lo malo es que se acaban impregnando de sus mentiras, y te quieren convencer de que lo blanco es negro, y se ponen, y ponen a España, a la cabeza de la manifestación. Y se monta el gran GLOBO de que España, y sus funcionarios, son los mejores del mundo,y que se van a comer Europa, y, desde Europa, el mundo. Eso lo he visto yo todos los días durante 15 años. Me han llegaso a sugerir que yo no estaba en la onda... o más suave que me han dicho es ¡cállate!
Doble cajón, doble moral, doble lenguaje...
Han logrado unos sus ambiciones; otros, han sido dejados en la cuneta, pero no sin haber ascendido un poquito. Sin embargo, no quedan contentos.
Y ahora, ¿qué? Ahora, mirar y ver. Porque son los mismos que van a gestionar la crisis, esa que ellos mismos han originado... Aquí, en España, como nadie se quema, como todos caen de pie, como los fracasados emergen de sus cenizas, cuál aves fenix... Pues ná, a ver la corrida desde la barrera, y a callar. es lo que hay.