No sólo nuestro entrañable Bonopoly es aficionado al disfraz: me refiero tanto a sus implantes teñidos de negro zahino (creo que desimplantados de la cola de un caballo de la Hípica en que su vástago se proclamó campeón del universo; en realidad ése es el fin último de tan turbio negocio: proporcionar materia prima implantadora), como a sus maquillaje genial de cuentas de la tal Hípica, en las que él figura ¡como victima! (véase Gaceta hoy)
Los del panel anticalentamiento ONU/NASA etc, llamado ISSG (o algo así) gustan también de disfrazarse y maquillar datos; como por ejemplo, tomar datos desde una cómoda posición, y adjudicarle tal temperatura a un radio de 250 km, o más si hace falta. Por ejemplo, como aquí, blog genial sobre estos temas, la temperatura del polo ártico pude tomarse desde Otawa, cómodamente, sin bajarse del coche o el yate que te halla prestado un amígo del partido demócrata, que aprenden de Bonopoly mucho y bien, con aprovechamiento. Otro ejemplo es que a África le endilgan la temperatura de sitio periféricos (no vaya a ser que se quemen los buittons) con lo que con eso hace un mapa térmico la mar de chuli, como puede verse en el sitio indicado.
Ver también C3 (link en la columna de al lado).
El Cuaderno de Arena (La decadencia de Occidente). Foto Guillermo Navascués. "How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
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