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DECADENCIA DE OCCIDENTE

viernes, 6 de agosto de 2010

Alimentos politizados

Desgraciadamente, Putin es lo único que toleran los fanatizados y desinformados rusos como gobernante: alguien que les satisfaga sus instintos demagógicos (lo cual no impide que tengan una clase funcionarial muy bien preparada). La cosecha de trigo ha sido mala... pues el "padrecito-dios", en vez de gestionar inteligentemente la escasez, dedicando un poco de dinero a importar trigo, lo que hace es, sencillamente, prohibir su exportación. Jugada digna de un caciquillo de pueblo manchego del siglo XVIII.
La única explicación es favorecer esos instintos que son los que le dan votos, y de paso obtener algún dinerillo en el mercado negro, que él, a buen seguro (o sus amigos) controlará.
Las consecuencias han sido suscitar la desconfianza en el mercado mundial y mandar a las nubes el precio del trigo, algo cuyo primer efecto será matar de hambre a los niños africanos desnutridos, que lo necesitan con urgencia y lo reciben, tarde y mal, como ayuda del exterior. Naturalmente, también provocará hambre a sus propios "ciudadanos", que habrán de buscar el trigo en los mercados prohibidos por la acémila mandante.
Los pueblos son reacios a dejarse imponer modelos administrativos de otros; ¿Ha mejorado en algo la Rusia desde 1990? Rusia ha mejorado,supongo, en cohesión y estabilidad social, pero sigue siendo un país de poderes ocultos demasiado amigos del poder oficial. Los rusos odian a occidente, y Putin gobierna sobre esa base emocional. Los rusos no saben desprenderse de las cadenas del pasado. Durante 70 años vivieron con la ilusión de la victoria final de "su" modelo, anquilosado, burocrático, aterrador. Se derrumbó, pero siguen viviendo esa ilusión. ojo a Putin y los que vengan: es un país exportador de materias primas que todos compramos, y son capaces de cerrar las fronteras por cualquier motivo.
Luego vendrá el erudito repolludo de siempre que dirá que, gracias al embargo de las exportaciones y la subida de precios, tomamos consciencia de la importancia de ese bien, que era demasiado barato. Como cuando la OLP en 1973 impuso el embargo del petróleo.
ya sólo faltaba que los alimentos se politicen, y estamos a pocos pasos del ello. Ya la bobada del calentamiento y las subvenciones al biodiesel provocaron una carestía hace dos años. demasiadas armas ideológicas flotando por ahí, disponibles para el primer alucineta de los que estamos sobrados en el mundo.

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