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DECADENCIA DE OCCIDENTE

martes, 7 de septiembre de 2010

Las creencias de Churchill

En LD, Alicia Delibes dedica un buen artículo a la "Fe de carbonero" de Churchill. Es tal como me lo imaginaba. En los diarios del que fue su secretario, en plena guerra, cuando el personal de Downing Street iba a misa los domingos, él les decía: -"Ah muy bien jóvenes, recen por mí; ya saben "ora pro nobis y esas cosas", y volvía a sus quehaceres bélicos.
Lo que no comparto del todo es que Churchill no fuera culto. No poseyó títulos universitarios, pero escribió muchos libros; y de la historia, como le reconocieron los catedráticos que luego le ayudaron a escribir sus libros, tenía conocimiento y una visión profunda. No se puede escribir un libro como el suyo de la segunda guerra mundial sin ser tener una profunda visión de la historia. Yo recomendaría su "Historia de los Pueblos de Habla Inglesa" para comprobarlo y disfrutar leyendo historia (y no esas mamarrachadas noveleras que se editan ahora como churros).
Y otra cosa que me parece digno de destacar es que su mujer era una persona extraordinariamente inteligente, como demuestran las cartas que se escribían, al menos las que se reproducen en al monumental biografía que le escribió Roy Jenkins, y que ahora me gustaría encontrar para reproducir unas líneas. Creo que ninguna otra mujer hubiera sabido vivir su vida con la independencia y a la vez el apoyo constante a su volcánico marido. Viajaban por separado a distintos lugares, con amigos diferentes, y sin embargo se escribían todos los días  con inteligencia y ternura. A Churchill no se le conocen aventuras mujeriegas. Tuvo sin embargo ocasiones infinitas, pues ambos estaban muchas veces separados por obligaciones y diversiones distintas. Que estaban hechos el uno para el otro, no lo sé, pero que ellos dos lo hicieron posible, eso desde luego.
Más que un matrimonio normal parecía una amistad muy profunda, una amistad teñida de un cariño inquebrantable, a la par que de una confianza total. Una rareza.

3 comentarios:

  1. He llegado a pensar que Churchill, a quien admiro tanto como tú, no necesitaba hacer alarde de religión si ya servía a D-s rescatando a la civilización cristiana.

    En cuanto a su relación con Clementine. No sé, ¿no es eso lo que un matrimonio debe llegar a ser con los años? ¿Una gran amistad, gran confianza, darse espacio el uno al otro? La pasión dura tan poco y hay que alimentarla constatemente.

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  2. Sí, eso pienso yo. Pero no es fácil, si juzgamos por lo que se ve.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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