"Mi mayor interés es la naturaleza y las ciencias naturales: la cosmología. Desde el momento de mi renuncia al marxismo, en julio de 1919, mi interés por la política y por su teorización quedó reducido únicamente al propio de un ciudadano y de un demócrata. Sin embargo, los crecientes movimientos totalitarios, de derechas y de izquierdas, de los años veinte y comienzo de los treinta y, por último, la toma del poder por Hitler me obligaron a reflexionar sobre el problema de la democracia.A pesar de que mi libro The open society and its enemies (La sociedad abierta y sus enemigos) no mencionaba ni una sola vez las palabras Hitler o nazi fue pensado como mi contribución personal a la guerra contra Hitler. El libro supone una teoría de la democracia y una defensa de la democracia contra los viejos y nuevos ataques de sus enemigos, se publicó en 1945 y desde entonces ha sido constantemente reeditado. Pero el aspecto que personalmente considero el más importante de todos sólo fue comprendido por completo, según me parece, en muy raras ocasiones."
"Como todo el mundo sabe, democracia quiere decir "poder o soberanía del pueblo", en contraposición a aristocracia (poder de los mejores o de los más nobles) y a monarquía (mando de un solo individuo). Pero el significado literal no nos ilumina mucho más. Pues el pueblo no manda en ningún lado: quienes rigen en todas partes son los gobiernos (y, desgraciadamente, también la burocracia, es decir, los funcionarios, y a éstos es muy difícil o incluso imposible exigirles responsabilidades). Encima, Reino Unido, Dinamarca, Noruega y Suecia son monarquías y, al mismo tiempo, muy buenos ejemplos de democracias (con la excepción quizá de Suecia, en donde una burocracia fiscal irresponsable ejerce ahora el poder dictatorial). Todo lo contrario que la República Democrática Alemana (DDR), que se designa a sí misma como democracia, por desgracia injustificadamente.
¿Qué es lo realmente importante, cuál es la cuestión realmente importante?"
"Propiamente, sólo hay dos formas de gobierno: aquellas en las que es posible deshacerse del gobierno sin derramamiento de sangre por medio de una votación y aquellas en las que eso no es possible. Ésa, y no la cuestión de cuál es la designación correcta de esa forma de gobierno, es la cuestión verdaderamente importante. Normalmente a la primera forma se la denomina democracia y a la segunda dictadura o tiranía. Pero en este momento no se trata de debatir palabras (como DDR). Lo decisivo es únicamente la destituibilidad del gobierno sin derramamiento de sangre.
Hay procedimientos distintos para llevar a cabo esa destituibilidad. El procedimiento mejor es el de la votación: unas nuevas elecciones o un voto de censura en un parlamento elegido democráticamente pueden derribar a un gobierno. Eso es lo realmente importante.
Es, por consiguiente, falso poner el énfasis (tal y como se hizo desde Platón hasta Marx, y como se ha seguido haciendo posteriormente) sobre la pregunta: "¿Quién debe gobernar? ¿El pueblo (la plebe) o los mejores? ¿Los (bondadosos) trabajadores o los (malvados) capitalistas? ¿La mayoría o la minoría? ¿El partido de izquierdas, el partido de derechas o el partido de centro?". Todas esas preguntas están planteadas de una forma equivocada. Pues, mientras sea posible deshacerse del gobierno sin derramamiento de sangre, la cuestión realmente importante no es quién gobierna. Todo gobierno derribable estará muy fuertemente interesado en comportarse de tal forma que la gente esté contenta con él. Y ese interés desaparece en el momento en el que el gobierno sabe que no es tan fácil deshacerse de él."
4 comentarios:
Muy interesante Miguel, siempre es un placer leer a Popper. Qué duda cabe que vivir en un régimen verdaderamente democrático y liberal es una bendición, y seguramente eso sólo lo puede apreciar alguien que haya vivido en dictadura o que venga de un régimen más autoritario. Pero, a mi juicio, la crisis de identidad que estamos viviendo en España, y en otros países europeos también, aunque de forma más moderada o larvada, no se debe tanto al sistema de gobierno: Cataluña y el País Vasco tienen unos autogobiernos con los que regiones de muchos otros países supuesta o indiscutiblemente democráticos ni siquiera pueden soñar, y aun así muchos en esas regiones no están contentos porque su fin último y único es la independencia. Por eso, cada vez estoy más convencido de que una democracia solo puede funcionar si el pueblo se ve a sí mismo como un solo ente nacional, si no, antes o después aparecerán los tribalismos, las rencillas y las desuniones. Ya lo dijo de Gaulle: "Le nationalisme c'est la guerre".
El problema en España es que siempre hemos sido profundamente tribales, seguramente por nuestra geografía, tan montañosa, que favorece el aislamiento de unas zonas con respecto a otras, y también por la relativa debilidad que siempre tuvieron las cortes reales, que no tuvieron más remedio que apoyarse en fueros, privilegios, órdenes militares y demás porque rara vez pudieron ejercer su poder con la contundencia necesaria. Situación que los Borbones pretendieron modificar, con su mentalidad mucho más centralista, propia de un estado mucho más potente. Y tuvieron cierto éxito, porque la España moderna, en mi opinión, nace con ellos, aunque probablemente ya era tarde para enmendar ciertos problemas... Y es que en España, aún muchos se enorgullecen de sus añejos fueros medievales como símbolo de su abolengo democrático y patrio, confundiendo la verdadera democracia moderna, de iguales derechos para sus ciudadanos, con privilegios otorgados por reyes débiles con necesidad de consolidar sus reinos...
En España, sencillamente seguimos teniendo una mentalidad tribal y medieval, extremista, infantil, con incapacidad de ver el todo antes que las partes... De hecho, a mí me resulta muy patético, pero también muy gracioso, cómo los separatistas usan el argumento de la democracia como arma arrojadiza, como unos niños en el patio del colegio que acabaran de encontrar un juguete nuevo que no saben ni cómo usar más allá de emplearlo como una porra...
Saludos Miguel y gracias de nuevo por tu blog, como siempre.
Antonio de Badajoz
Gracias, Antonio, un magnífico comentario.
A ver que dice el link de Pablo...
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