Déficit y deuda también se desbordarán en España, tal y como contempla la OCDE: el déficit se moverá entre un 10,3% y un 12,5% del PIB en 2020, cifras muy preocupantes.
Su consecuencia, la deuda, se moverá entre un 117,8% y un 129,5%, sí, han leído bien, y eso que el tratado de Maastricht excluye muchos pasivos financieros que sí se recogen en otros países de la OCDE, porque, de incluirlos para hacerlo comparable con otros países que no sean de la eurozona, entonces la deuda española sobre el PIB llegaría a moverse entre un 139,5% y un 151,2%.Una vez más, el gran problema es el carácter estructural de gran parte del gasto, que junto con una lenta recuperación de los ingresos hará que el déficit español siga siendo enorme en 2021: entre el 6,2% y el 9,6%, que hará que la deuda sobre el PIB apenas se reduzca, al estar en el siguiente ejercicio entre el 115,8% y el 128,8%.
La OCDE muestra, así, una gran debilidad de la economía española: elevado endeudamiento, alto déficit estructural que sale a la luz en cuanto el componente coyuntural positivo del saldo presupuestario desaparece (siendo también negativo) y un mercado de trabajo que destruye empleo a borbotones en cuanto la economía cae, que denota una baja productividad.
Lo mismo refleja el Banco de España, que por eso pide reformas de profundidad en 2021 en la economía española, para que se pueda generar actividad de manera estructural en España y se retorne a la estabilidad presupuestaria, que era lo mismo que también solicitaba la AIReF, debido al crecimiento exponencial del endeudamiento español.
Por eso, España necesita reformas, muy profundas y urgentes: lo dice la Comisión Europea y lo reflejan estos datos de la OCDE. Sólo con reformas estructurales podrá España recuperarse antes y de manera sólida. Reformas es lo que precisa la economía española, y no la amenaza de la derogación de la reforma laboral, deseos de nacionalización y ansia de confiscatoriedad, que es lo que muestra el Gobierno engullido por Podemos. Calviño debe plantarse e imponer las reformas necesarias porque si no la economía española no se recuperará a tiempo y millones de personas permanecerán años en el desempleo, debido a un estancamiento prolongado de la actividad económica.
El número de contratos registrados durante el mes de mayo ha sido de 850.617. Supone una bajada de 1.225.124 (-59,02%) sobre el mismo mes del año 2019. Por su parte, la contratación acumulada en los primeros cinco meses de 2020 ha alcanzado la cifra de 6.139.876, lo que supone 2.839.992 contratos menos (-31,63%) que en igual periodo del año anterior.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado este miércoles en el Pleno del Congreso que los indicadores económicos muestran un "cambio de tendencia" en la crisis provocada por la pandemia del virus Covid-19 y que "la recuperación ya se ha iniciado".
Preguntada en la sesión de control al Gobierno celebrada este miércoles en la Cámara Baja, Calviño ha señalado que, pese a la "situación de incertidumbre", desde el fin de "la hibernación" por las restricciones para afrontar la pandemia, más de un millón de trabajadores han salido de una situación de ERTE y la Seguridad Social ha aumentado en casi 300.000 sus personas afiliadas por cuenta ajena.
"Ahora bien, la recuperación no depende solamente de lo que hagamos a partir de ahora, depende de lo que hicimos desde el primer día", ha aseverado la vicepresidenta tercera del Gobierno, reivindicando unas medidas "tremendamente eficaces" para contar con "una base suficiente" para asegurar una "recuperación robusta y sostenible".
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