"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 26 de febrero de 2021

La Transición fallida

Creo que no hay muchas dudas de que la Transición está decididamente inclinada a su fin, llámese como se llame éste. No cuesta mucho imaginar un fin abrupto, que de hecho ya intentaron los catalanes, y lograron en parte - no he oído que se hayan anulado esas leyes subversivas catalanas del 3 de octubre, revolucionarias e ilegales a toda vista. Supongo que el art. 55 las anuló. Realmente no sé en qué limbo legal estamos. Supongo que para los catalanistas están vigentes. 
La segregación de Cataluña y País Vasco se alientan desde el gobierno, lo que sólo se puede llamar suicidio del Estado. Es fácil vislumbrar que los partidos de las Cortes tienen una incapacidad absoluta para enderezar la situación. Unas elecciones no servirían para tomar otro rumbo, pues el PSOE figuraría entre los partidos decisivos, y el problema no es Podemos, es el PSOE. El PSOE es el partido donde anida el mecanismo suicida, esté o no aliado con Podemos. 
La Transición se despelleja todos los días a ojos vista, con el desprecio y la violencia crecientes en las calles. Uno de sus fundamentos, La Corona, es pieza de caza a corto plazo de la izquierda, y sin esa pieza la Transición explosionaría. 
Estos días se ha hablado largo y tendido del golpe del 23-F (golpe de estado de esa fecha en 1981). Fue un golpe que tuvo consecuencias de largo alcance precisamente al fallar, si uno conoce los detalles de ese golpe, que no era militar y nostálgico del franquismo, si he entendido bien a Jesús Palacios. 

Era un golpe convenido por todos los grupos de interés que querían frenar la deriva nacionalista impulsada por una Constitución funesta, que en la práctica concedía a las autonomías una carrera ilimitada hacia la independencia. Fuera verdad o no esta versión de J. Palacios - y me parece difícil rebatir -, es pertinente cuestionarse si ese golpe moderado, en el que Tejero era una mera pieza de transmisión desinformada y patética, quizás hubiera supuesto una reconducción hacia un centralismo más plausible; quién sabe. 
El caso es que el golpe blando falló, unos ganaron honores y otros pagaron los platos rotos, pero la carrera hacia la destrucción del régimen y de España se reinició. 
Probablemente muchos de nosotros moriremos antes de saber la verdad, pues los papeles donde se prueba esto están vetados y se ha prorrogado el veto por otros 25 años (y nadie nos garantiza que será la última prórroga). 
Pero lo pasado, pasado. Tampoco es seguro que se hubiera enderezado la Constitución. Es verdad que fue la única vez que tantos personajes conspicuos de derechas e izquierdas estaban de acuerdo en reformar la Constitución y sostener el régimen recién nacido. Régimen que, por desgracia, está contando sus últimas horas. Hoy por hoy, es inimaginable un consenso de sesudos políticos que se pusieran de acuerdo para volver al único camino. 
Su caída no puede ser pacífica ni salvífica. Como decía Ortega, “pasan dos generaciones, y todo ha cambiado, Para bien o para mal”. 
Lo que es indiscutible es que este hoy estaba ya escrito en la Constitución de 1978. 

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