Toso sabemos cómo acabó la fiesta de la liberalización de Reagan y Thatcher & co de los ochenta: la gran crisis financiera de 2008 por los abusos de los agentes financieros (impulsados por los gobiernos desreguladores), que tardó 10 años mínimos en curarse, y que luego fue solapada por la crisis del Covid. Nada importante desde luego, salvo que estuvo a punto de llevarse por delante la economía mundial.
Pues bien, el Bitcoin es una amenaza creciente a la estabilidad financiera, algo que pide a gritos una regulación, pues contagia su volatilidad a los demás mercados. Dejémonos de utopías sobre la naturaleza humana, que hasta ahora ha demostrado no ser digna de una desregulación completa a lo Los mercados financieros están invadidos de gente sin escrúpulos, como se demostró en 2008-18, eso sí con una capacidad de inventiva para desestabilizar digna de mejor causa.
Bitcoin no ofrece nada a la economía, aunque supongo que el entusiasta Polavieja tiene unas inventiva grandiosa para adjudicarle una utilidad, utilidad que se puede encontrar en cualquier otro activo normal, sea en spot, sea en derivados. Lo único que les diferencia es estar regulados, al contrario que Bitcoin. Bueno, pues sigamos jugando a la ruleta rusa.
¿Es esto ser antiliberal y estadista? No lo creo. Es simplemente ver las cosas sin las gafas de una ideología infantil, que cree que el ser humano con su razón es capaz de autoregularse. Ja.
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