"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 13 de enero de 2023


Como se aprecia en el artículo de abajo, los de Hollywood no eran tan necios como se suele pensar. El mejor director de cine de la historia, John Ford, recibió ocho oscar en total, si contamos mejor película y mejor director. No, no eran tan lerdos. Solemos pensar de Hollywood como la vía del cine comercial, degradante y capitalista, la fábrica de sueños, sueños estúpidos en comparación con el cine “literario” (léase aburrido) de Europa. 

La realidad es bien distinta: Hollywood fue el foco cultural más importante del siglo XX, ese siglo pasado y cuyos últimos estertores vivimos todavía. Y no sólo en cine: en narrativa, poesía, música - con Gershwin, Bernstein & co, también el Jazz, el blues, el rock,  - EEUU dio un impulso a un mundo decadente y moribundo. Primero nos salvó del nazismo, y luego toda esa cultura que estaba en el fondo de la botella, que había empezado a derramarse en el periodo de entreguerras, invadió el mundo. Pero sobre todo inventó el arte del siglo XX, el cine, al que hizo inimitable por lo que voy a explicar.

El motor de esa rara manifestación cultural era un medio que para los americanos es un hábito, y que nosotros rechazamos de plano: la competencia como semillero de la excelencia. Y así nos va: rechazamos con horror y paroxismo algo que es fuente de vida continuamente renovada, y nos volcamos en la planta anémica que es la cultura de la subvención. un americano sueña con ser el mejor... del mundo, y si no lo consigue, en el camino se habrá perfeccionado y estará satisfecho, con su obra. Un europeo, salvo excepciones, no llega ni a los primeros pasos, pues en cuanto adquiere alguna destreza (y es del bando político correcto), le ahogan en subvenciones, matando su originalidad.

Leí no se dónde (a Dominic Lawson, creo), que un vendedor de helados europeo reniega y maldice de su trabajo, mientras que uno americano cree tener el mejor puesto de helados del mundo, está orgulloso, a menos que tenga sueños que le lleven por otro camino... 

en USA tienes que vender tu valor, tu talento, y por eso conquistaron el mundo. Por eso y otras cosas, como ser tierra de acogida a los desfavorecidos del mundo, a los que lo único que se les pedía era que juraran la Constitución y se buscaran la vida. 

No menos se puede decir de su victoria en la II Guerra Mundial. Empezaron a producir armamento, para ellos y sus aliados, y al final fue el mejor armamento. Idem con la Guerra Fría. Hoy, todavía, tiene la supremacía, pese a estar ya empezando su decadencia. 

En esa guerra participó John Ford, junto con otros cineastas, filmando  documentales elocuentes (ver art).

Sí, son unos paletos. Por eso alimentaron los sueños de generaciones en el mundo que iba al cine para olvidarse de los problemas. Entonces é decía, “voy al Avenida, que ponen una  de Jon Vaine”, por el protagonista, pronunciado en español. Poco después, sin embargo, empezó a decirse “voy a ver una de Hickok, primer cineasta que se labró un reconocimiento de marca por su nombre. Por cierto, ¿qué hubiera sido de don Alfred sin Hollywood?

EEUU atraía talento del resto del mundo y lo convertía en premio Nobeles, como nuestro Severo Ochoa, por ejemplo. Muchos triunfadores fueron inmigrantes judíos que huían de los progromos y demás persecuciones, como la última, los de Hitler, en su haber 6 millones de ejecutados con la “Solución final”, verdadero proceso de exterminio a una escala jamás concebida. Todo eso lo absorbía e integraba EEUU, como ahora a muchos de los que se infiltran por la frontera del Sur... 


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